El madurismo fue derrotado el 28 de julio y de manera contundente en todos los estados de Venezuela y más allá de nuestro territorio. En las últimas semanas he venido analizando diversas opiniones coincidentes en que es indispensable que quienes no están de acuerdo con este régimen, se unan para formar una gran coalición con el propósito de participar en las elecciones ya convocadas por el órgano electoral para no entregarle más espacios al madurismo. El deseo es correcto, pero una cosa es lo que deseamos y otra la realidad de los hechos.
El problema de fondo es que los venezolanos el 28 de julio de 2024 expresamos mediante el voto nuestra voluntad de cambiar el gobierno cuyo periodo venció el 10 de enero pasado y elegimos a Edmundo González Urrutia para ejercer la Presidencia de la República por los próximos seis años, apegados estrictamente a lo que nos consagra el artículo 5 de nuestra Constitución. Como imaginé y lo plasmé en varios de mis artículos, el resultado sería desconocido y la delincuencia electoral se impondría a la brava. Lamentablemente no contamos con las herramientas proporcionalmente necesarias para ir a la calle a defender la victoria, tal cual nos ocurre hoy.
Me encantaría que quienes manifiestan disposición de acudir al proceso electoral, de corazón desearan la salida del madurismo, el pequeño problema es que quién les puede creer si cuando tuvieron la oportunidad de demostrarlo, exigiendo el respeto a la soberanía popular, enmudecieron y por el contrario se convirtieron en encubridores del robo de su voto a casi 8 millones de venezolanos
Entiendo perfectamente a quienes expresan: No podemos dejar que el madurismo continúe secuestrando todos los poderes, tenemos que recuperar los espacios perdidos y menos entregarles los espacios que hoy tenemos, si vamos todos unidos con candidato único a cada cargo ganamos todo. Matemáticamente eso es correcto, pero cuando la aritmética electoral la manejan delincuentes la sumatoria es distinta. Le pregunto a quienes con vehemencia desean lanzarse a esa piscina vacía, ¿creen ustedes que estos pillos que manejan el país, si fueron capaces de cambiar el resultado de la elección presidencial del 28 de julio, habiendo ganado Edmundo González Urrutia con casi 70%, no serán capaces de cambiar el resultado de una curul, de una gobernación o de un consejo legislativo? Además, si el resultado que anunció el hampón mayor al filo de la medianoche ya estaba elaborado, ¿no creen ustedes que, si se da la mascarada de abril, ese resultado ya está listo?
No se han percatado de que el régimen persigue entre otros, dos objetivos esenciales: 1. Que haya la fragmentación de la coalición que respaldó a Edmundo González Urrutia, pensando que uno que otro directivo de varios partidos se dejarán seducir por la ambición de ser candidatos, lo que seguramente estará ocurriendo tal vez con aquellos que el 22 de octubre de 2023 quedaron tan desnudos como el régimen. Afortunadamente, la inmensa mayoría de quienes sufragamos por Edmundo estamos claros en que antes de cualquier elección se tiene que reconocer el resultado del 28J y que la banda que se prestó para ese atraco no tiene ninguna legitimidad para convocar ni dirigir ninguna elección, ni siquiera la de una reina de Carnaval. Y 2.- Que dentro y fuera de Venezuela se olvide que Maduro ya no es presidente, sino ex, porque su mandato feneció el 10 de enero. No tengo duda de que los más de 7 millones que votamos por Edmundo, cuando vemos a Nicolás Maduro, ninguno dice ahí está o ahí va el presidente, sino ahí está o ahí va el que se robó las elecciones, igual que cuando uno sabe que fulano se robó un auto y de repente lo ve conduciéndolo, lo que uno dice ahí va fulano manejando el carro que se robó.
Yo respeto a toda persona que es capaz de expresar libremente lo que piensa y lo que siente, uno de los políticos que más respeto es a Andrés Caleca, hace varios años en su cuenta de Twitter (hoy X) escribió algo que guardo en mis notas: «Siempre, en toda circunstancia y sobre todo en las peores circunstancias, se debe participar en los procesos electorales de cualquier nivel y de cualquier tipo. Peleando, denunciando, organizando, movilizando, promoviendo liderazgos y oyendo a los votantes. Mi opinión, nada más». Totalmente de acuerdo con el expresidente del CNE, presumo que sigue pensando lo mismo, lo que no sé es si está de acuerdo con aplicar ese criterio en este momento, porque hasta el 28J había la sospecha de resultados por decir lo menos, dudosos, pero esta paliza que recibió el madurismo jamás se olvidará, sobre todo a quienes los representaron en las mesas, hay que verle la cara a ese 70% vs 30%. Pretender participar en esta pantomima es semejante a cuando usted le da dinero prestado a un amigo y luego se niega a cancelarle la deuda y pretende que le dé otro préstamo semejante, usted puede ser muy buena gente, dadivoso, generoso, solidario, pero no pendejo.
Por supuesto que quien decida participar en ese proceso tiene todo el derecho, y nadie tiene por qué descalificarlo, eso quedará en la conciencia de cada quien. Me gustaría que guardaras este artículo porque si se da ese mamotreto de abril, unos cuantos se arrepentirán, es más, seguro estoy de que si Manuel Rosales se empeña en traicionar a los más de 800.000 zulianos que votaron por Edmundo, si llegara a ganar le cambiarán los números y segurito el régimen dirá que perdió porque María Corina le pasó la factura. Están equivocados quienes creen que la democracia es solo votar, ese es uno de sus elementos esenciales. En Cuba, los miembros del Partido Comunista votan, pero allá no hay democracia, y para allá nos llevan, cada día se aprueban más limitaciones (no estipuladas en nuestra carta magna) a nuestro derecho al sufragio, es decir, para elegir o ser elegido. A quienes insisten en lo de los espacios, les digo, léanse toda la articulación referida al Estado Comunal, allí está la verdad de todo. Si pierden una gobernación o una alcaldía, le designan un protector y listo o le inventan cualquier delito y destituido y encanado.
Si usted se considera demócrata, no puede hacer como quien busca placer, sin importarle que quien se lo provee es víctima de unos mafiosos que la explotan, que le ofrecieron villas y castillos y cuando llegó, le quitaron el pasaporte, la secuestraron para que no se comunique con nadie, le dan algún bono para que sobreviva y la vigilan a toda hora, hasta que tiene la suerte de que le toca una autoridad y la rescata y recobra su libertad y dignidad. Lo mismo nos está pasando a los venezolanos, y seguro estoy de que también será un golpe de suerte lo que permitirá que recobremos nuestra democracia y libertades, de eso es de lo que se trata.
rafael.tuto@gmail.com
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