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Más que un lema afortunado

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El pasado 5 de marzo, Miércoles de Ceniza, se dio inicio en todo el mundo al llamado periodo de Cuaresma, el cual debe culminar el próximo 20 de abril, Domingo de Resurrección. La Cuaresma como periodo de cuarenta días de preparación que antecede a la Pascua en la tradición cristiana, no sólo posee un profundo significado espiritual, sino que también brinda una oportunidad única para la introspección y el crecimiento personal y social. Desde una perspectiva psicológica, este tiempo de reflexión, caridad y preparación puede ser un poderoso catalizador para el cambio y el bienestar emocional, tanto personal como colectivo.  Y de ello ha tomado nota inteligentemente la Conferencia Episcopal Venezolana, a través de Cáritas Venezuela, la cual ha lanzado su tradicional Campaña Compartir, ya en su XLV edición, pero este año con el afortunado lema de «Juntos sembramos esperanza y cosechamos salud mental». Esta iniciativa busca sensibilizar a la población sobre la importancia de la salud mental en Venezuela -afectada por la crónica crisis humanitaria, la inestabilidad política, la migración, la pandemia del covid y la hostilidad de las condiciones de vida de la mayoría- y promover acciones solidarias para construir una sociedad más justa, sana y humana.

Aunque a algunos les pueda parecer extraña o desconocida, la relación entre la Cuaresma cristiana y la noción psicológica de salud mental es no sólo fuerte sino muy bien sustentada. La Cuaresma no solamente es un periodo de preparación espiritual, sino también una etapa rica en oportunidades para el desarrollo y bienestar psicológicos. Si bien sus raíces son religiosas, los principios de la Cuaresma se alinean estrechamente con conceptos psicológicos como la autorreflexión, el autocontrol y la modificación del comportamiento. Veamos muy rápidamente cómo se relacionan ambas -Cuaresma y salud mental- a partir de tres elementos que las entrelazan: la introspección, la reconciliación y el significado del sacrificio y la caridad solidaria. 

Uno de los pilares de la Cuaresma es la autorreflexión, un proceso de examinar los propios pensamientos, sentimientos y conductas. Este ejercicio de autorreflexión, alineado con conceptos psicológicos como la autoevaluación y el autoanálisis, puede ayudar a identificar patrones de comportamiento que merecen ser mejorados. Reconocer nuestras propias limitaciones y fortalezas es un paso esencial hacia el autoconocimiento y la transformación personal. Así, la introspección a la que invita la Cuaresma puede convertirse en una eficaz herramienta de crecimiento y bienestar psicológicos. 

Al igual que el anterior, otro de los mensajes clave de la Cuaresma es el perdón. Buscar reconciliación, tanto con otros como con nosotros mismos, nos permite liberar emociones como el resentimiento, la culpa o el rencor, que pueden ser dañinas para la salud mental. Al practicar el perdón y la reconciliación creamos espacio para emociones más positivas, como la compasión y la paz interior, y para la aparición de conductas de acompañamiento y solidaridad con el otro.

Finalmente, un tercer aspecto destacado de la Cuaresma gira en torno al significado del sacrificio y la caridad, ya sea mediante el compartir con otros más necesitados, el ayuno, una actividad solidaria o la renuncia a ciertos placeres o hábitos. La caridad, el ayudar a los demás que requieren de asistencia, brinda a quien lo practica un sentido de propósito, satisfacción y pertenencia, reforzando su conexión solidaria con la comunidad y su sentido de incidencia sobre el entorno.  Además, desde la Psicología, el acto de privarse conscientemente de algo puede fortalecer el autocontrol, una habilidad fundamental para manejar impulsos y desarrollar resiliencia. La práctica de renunciar a algo, aunque sea temporalmente, también fomenta una mayor gratitud y valoración por lo que normalmente damos por sentado. Pero, además, nos sensibiliza un poco más con las condiciones de privación y sufrimiento que padecen la mayoría de nuestros hermanos venezolanos, carentes muchas veces hasta de lo indispensable para vivir, lo cual es el primer e insoslayable paso para sumarnos a la lucha por su liberación.

La iniciativa de Cáritas Venezuela, además de reconocer y resaltar la importancia de la salud mental, busca por una parte sensibilizar sobre la necesidad de que todos colaboremos en la tarea de construir niveles adecuados de bienestar psicológico y de salud mental en nuestro país, y por la otra persigue proveer espacios de diálogo y apoyo social, aprovechando el tiempo de Cuaresma, donde las personas puedan sentirse seguras para buscar ayuda y para compartir sus experiencias.

De manera concreta, la Campaña Compartir 2025 «Juntos sembramos esperanza y cosechamos salud mental» ofrece diversos recursos para acompañar a las comunidades durante la Cuaresma. Algunos de ellos son, por ejemplo, la “Cartilla de Animación Pastoral” (una guía para reflexionar sobre la salud mental desde la fe cristiana), el “Folleto de Acompañamiento Parroquial” (material para trabajar en comunidad y fortalecer los lazos de solidaridad) y la “Cartilla de animación infantil” (un recurso para sensibilizar a los niños sobre la importancia de la salud mental.

La invitación es a visitar el sitio web de Cáritas Venezuela (www.caritasvenezuela.org) para más información sobre las actividades y propuestas de la Campaña, pero sobre todo a incorporarse y participar en las actividades promovidas por Cáritas en las distintas comunidades y parroquias. 

Para los cristianos, la realidad que viven hoy las grandes mayorías de nuestro país no es ciertamente lo que Dios quisiera para sus hijos. Esta situación de “pecado social” que vive Venezuela clama a los ojos de un pueblo sufriente, y demanda un cambio profundo en las actuales estructuras sociales, políticas y económicas, generadoras de opresión, sumisión y dolor. 

El inicio de la Cuaresma 2025 es ciertamente un tiempo de reflexión y recogimiento. Pero una reflexión que no movilice, que no conduzca a la acción, no es más que un ejercicio egoísta de autocontemplación y consuelo. Tratemos de huir de esta cómoda tentación, y aprovechemos estos días para preguntarnos, en presencia de Dios, qué nos toca hacer, aunque sea dentro de nuestro metro cuadrado de influencia, en esta necesaria e ineludible tarea de liberación. Y la siembra de esperanza activa para cosechar juntos salud mental, siguiendo el lema de la Campaña Compartir de este año, es una excelente forma.

@angeloropeza182

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