Cuando se habla de Desarrollo Rural generalmente se restringe y confronta este concepto con los límites y exigencias de la seguridad agroalimentaria de la población, también a su capacidad de aportar a las políticas sociales de reparto, en otros términos, a la disponibilidad de suficientes alimentos, proteínas, calorías y otros nutrientes que requiere la población para garantizar equilibrios en la salud pública.
En realidad, cuando categorizamos el concepto de Desarrollo Rural Integral estamos hablando de un concepto país, una sociedad integrada por mundos interconectados, el mundo rural de vinculación directa con la familia, la naturaleza y el mundo urbano, como expresión organizativa de sociedades modernas de mercado, industrializadas.
1. Partimos de la suposición que en países como Venezuela considerado como país minero, cuya riqueza se deriva del predominio de su carácter como productor de petróleo en la economía mundial, una poderosa circunstancia que desdibuja la vigencia de lo rural, dada la imposibilidad de superar o igualar los altos precios que privan en la economía petrolera exportadora que funciona como facilitador en el acceso a los alimentos. Parecerían los términos de una competencia totalmente desigual frente al concepto de Desarrollo Rural Integral.
Sin embargo, todas las cifras demográficas resaltan que la existencia del mundo rural es altamente significativa, partiendo de las estadísticas que indican que36% de los venezolanos habitan en las 10 más importantes ciudades del país, pero también indican que otro 36% de la población permanece en poblaciones pequeñas y medianas regadas en todo el territorio donde la principal y única actividad está ligada a labores propias del mundo rural.
2. La actividad minera es una actividad altamente concentrada territorialmente, existe allí donde su suelo es un reservorio de estos materiales por ende la actividad minera extractora significa concentración territorial y no expansión de actividades económica ligadas a la extracción del producto natural ya sea hierro, petróleo, oro.
3. Otro dato significativo indica que en 73% del territorio las únicas actividades económicas que persisten son aquellas ligadas a la agricultura o a la presencia de algún organismo público que genere empleo para sectores mínimos de la población. La actividad agrícola puede catalogarse como una actividad expansiva si asume el concepto transformador de la materia prima agrícola. Podríamos calificar la actividad minera petrolera como una actividad concentrada territorialmente mientras actividades ligadas a la ruralidad son actividades expansivas territorialmente que tendrían una capacidad ilimitada de generación de subproductos indispensables o requeridos por el consumo humano.
4. En la conceptualización de la ruralidad se ha omitido la importancia de un factor que en otras sociedades ha sido un bastión del bienestar como es la actividad productiva de la familia, las granjas orgánicas que producen gran parte de su ingesta de alimentos en sus espacios productivos, transforman y producen alimentos a través de técnicas en pequeña escala de economía familiar tales como producción de quesos, derivados de charcutería y productos conservados con prácticas ancestrales de conservación de alimentos. Las prácticas de conservación de alimentos es una herramienta económica utilizada en distintos países del mundo donde la familia que habita en zonas rurales responde a las variaciones de precios de mercado y emprende labores de conservación de alimentos cuando los precios son más accesibles, tal como se practica en países europeos como Italia, España, Francia.
5. En Venezuela la formación y transmisión de conocimiento en materia de producción agrícola familiar ha sido totalmente desechada, no existe ninguna política, programa o institución dende se transmitan conceptos de la economía doméstica familiar en el medio rural como modo de contribuir a los requerimientos de la familia en el campo. Estos sectores poblacionales permanecen en completo abandono, lo cual incrementa la posibilidad de migrar a las ciudades para convertirse en parte de la población marginal carentes de oportunidades de trabajo que rodea nuestras principales ciudades, poblaciones denominadas marginales sin conexión con servicios públicos y bajísimas oportunidades de empleo.
6. Asumir una estrategia agroalimentaria de espaldas a la ruralidad implica una estatización profunda del mundo no-urbano. La sociedad pasa a depender de un conjunto de políticas públicas que controlan la producción de alimentos desde el poder concentrado de organismos públicos que controlan el proceso productivo, las posibilidades de financiamiento, la provisión de insumos hasta el consumo final. El Desarrollo Rural Integral es una parte de nuestra cultura, su valor supera las posibilidades de la agricultura de responder a los requerimientos para garantizar la seguridad alimentaria del país o como contribuyente a las políticas de subsidio al salario y reparto de alimentos, en sí es un trozo significativo de lo que es Venezuela hoy, de cada 10 venezolanos, 4 están ligados a una cultura de la ruralidad, la cual podrían reforzar o volver a ella.
7. Ruralidad implica una revalorización de la agricultura familiar, de la economía doméstica como una posibilidad abierta de convivencia con otros desarrollos agrícolas corporativos manejados como simples políticas públicas controladas por el Estado y no como expresión de permanencia y bienestar de los amplios sectores de población capaces de fortalecer rasgos de una economía con base doméstica como subsisten en países de alto desarrollo industrial en Europa.
8. El concepto de ruralidad integral implica un esfuerzo múltiple de parte de los responsables del Plan País, significa voltear hacia la parte del territorio habitado por familias que hasta hoy no figuran en los planes de desarrollo. Aplicar un gran esfuerzo en educar, trabajar por una nueva cultura económica, crear oportunidades de acceder a microcréditos que estimulen el ahorro, la inversión productiva, la calidad de vida, capacitar, ejercer prácticas de extensión agrícola que eduquen a las familias rurales en los principios de una economía doméstica reproductiva con capacidad de invertir y ahorrar que aporte nuevos productos al mercado, genere nuevas fuentes de empleo y responda a gran parte de los requerimientos de la economía familiar de calidad.
9. Es imprescindible trabajar los conceptos de economía doméstica, agricultura familiar y granjas orgánicas como parte de la respuesta a la pobreza que caracteriza a la Venezuela de 2025, además de los planes de una estrategia agroalimentaria que responda a las necesidades actuales de nuestra sociedad.
10. El Desarrollo Rural Integral es una parte de un Proyecto País en el que se contemplan respuestas a los requerimientos de una estrategia agroalimentaria y se integran alternativas de crecimiento y permanencia en su medio natural de las familias que habitan este sector del país y de aquellas otras que valoren como posibilidad vivir, crecer y expandirse en el medio rural venezolano.
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