El descubrimiento de la vitamina C o ácido ascórbico se asocia con el escorbuto, una enfermedad que se registró en principio, entre quienes hacían largos viajes por mar. En 1497, el navegante portugués Vasco da Gama describió los síntomas del escorbuto entre los marineros de su viaje histórico desde Europa hasta la India, bordeando el extremo sur de África. Más de la mitad de sus tripulantes fallecieron a causa de esta enfermedad.
Los síntomas, de esta carencia de vitamina C, eran cansancio y debilidad, encías inflamadas que sangraban con facilidad, hemorragias en la piel, sangrado nasal, sangre en la orina o en las heces, estrías hemorrágicas bajo las uñas, anemia, heridas o úlceras que tardan en cicatrizar.
En 1747, el médico escocés James Lind, demostró que la enfermedad se podía evitar o curar con el consumo de frutas cítricas. Este hallazgo llevó a la introducción de alimentos frescos, sobre todo cítricos en las raciones de los marinos. A partir de allí el escorbuto fue menos común.
Propiedades de la vitamina C
Además de sus muy conocidas propiedades para el fortalecimiento del sistema inmunológico, actualmente la vitamina C es clave en el combate contra el covid-19. El ácido ascórbico es un agente antioxidante, por lo tanto, reduce la acción perjudicial de los radicales libres en nuestras células y juega un rol fundamental en la absorción del hierro.
En términos sencillos, esta vitamina es esencial para producir la sustancia que une a las células, así como el cemento une a los ladrillos. En una persona que tiene carencia de ácido ascórbico, los capilares, (vasos sanguíneos minúsculos), carecen de solidez normal, por lo tanto, se hacen frágiles y nos predisponen a hemorragias. Esta propiedad de fijación celular explica su participación en la cicatrización y proceso de curación de las heridas.
Por todas estas razones, la vitamina C es fundamental en mujeres embarazadas y lactando, también en el adecuado crecimiento y desarrollo de las niñas y los niños.
Alimentos más ricos
Las frutas y verduras son la principal fuente de vitamina C, entre ellas destacan la guayaba, el pimentón rojo, mango, naranja, limón, repollo, brócoli, coliflor, fresas, duraznos y todos los vegetales de hojas verdes (preferiblemente verde oscuro). Por ello es recomendable consumir al menos tres raciones de frutas y dos de hortalizas al día.
Por todos sus múltiples beneficios, la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) designó el 2021 como el Año Internacional de las Frutas y Verduras, con la intención de concienciar sobre la contribución de estas a la mejora de la nutrición, la diversidad alimentaria y la salud, sus efectos en la sociedad, la economía y el medio ambiente, además de contribuir al desarrollo sostenible.
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