Al menos 300 millones de niños son víctimas de explotación y abuso sexual en internet al año, de acuerdo con la primera estimación mundial sobre la magnitud del problema publicada esta semana.
Según los investigadores de la Universidad de Edimburgo, uno de cada ocho niños en el mundo ha sido víctima de la toma, intercambio y exposición no consentidos de imágenes sexuales y videos en los últimos doce meses.
Esto supone unos 302 millones de menores, indicó el Childlight Global Child Safety Institute de la universidad, que realizó el estudio.
Abuso sexual
De acuerdo con el informe, hubo un número similar de casos de solicitudes, como sexo por internet no deseado y peticiones de actos sexuales por parte de adultos y otros jóvenes.
Los delitos van desde la llamada sextorsión, un tipo de chantaje sexual en el que los depredadores exigen dinero a las víctimas a cambio de no publicar imágenes íntimas suyas, hasta el abuso de la Inteligencia Artificial para crear videos y fotos manipuladas.
El problema es de alcance mundial pero la investigación sugiere que Estados Unidos es una zona particularmente de riesgo, con uno de cada nueve hombres que admite haber cometido en algún momento un delito en internet contra menores.
«El material sobre abuso a menores es tan predominante que cada segundo se denuncian archivos a la policía y organizaciones», declaró Paul Stanfield, director ejecutivo de Childlight.
«Se trata de una pandemia sanitaria mundial que se mantuvo en secreto demasiado tiempo. Ocurre en todos los países, está creciendo exponencialmente, y requiere de una respuesta global», subrayó.
Bandas criminales
El informe se publica después de que la policía británica advirtiera el mes pasado de que adolescentes británicos son el blanco de estafas de sextorsión en internet de bandas criminales en África Occidental y en el Sudeste Asiático.
Estos casos, en particular contra chicos adolescentes, se están disparando en todo el mundo, según ONG y la policía.
La Agencia Nacional británica contra el Crimen (NCA, por sus siglas en inglés) emitió una alerta a cientos de miles de profesores en la que les advertía que fueran conscientes de la amenaza a la que podrían enfrentarse sus alumnos.
Los estafadores suelen hacerse pasar por otro adolescente, estableciendo contacto en las redes sociales antes de pasar a una aplicación de mensajería cifrada y animar a la víctima a compartir imágenes íntimas.
Normalmente realizan el chantaje al cabo de una hora de haber establecido contacto y su motivación principal es sacar el máximo dinero posible, más que una recompensa sexual, recalcó la NCA.
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