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Trump retorna a la Casa Blanca con los ojos puestos en América Latina

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Trump

EA5032. BOGOTÁ (ES-ES) (COLOMBIA), 03/01/2025.- Fotografía de archivo del 18 de abril 2024 del expresidente de los Estados Unidos Donald Trump con documentos a su salida de una audiencia en una corte de Manhattan en Nueva York (EE.UU.). El juez Juan Merchan, que procesó al expresidente Donald Trump por los pagos irregulares a la actriz porno Stormy Daniels -cargos por los que fue declarado culpable el pasado mayo- leerá la sentencia el próximo viernes 10 de enero, solo diez días antes de su investidura para su segundo mandato presidencial. EFE/EPA/JABIN BOTSFORD / POOL ARCHIVO

Trump ganó las elecciones con un histórico respaldo de votantes latinos.  Tras la victoria el republicano celebró en Mar-a-Lago. El primer jefe de Estado con el que festejó no fue un europeo o un asiático. No. Fue con el argentino Javier Milei. 

Un mensaje clave. Trump también ha designado a Marco Rubio, de padres hispanos, como su próximo secretario de Estado, un hecho sin precedentes en la historia de Estados Unidos. Latinoamérica está cobrando mayor relevancia en la agenda del país más poderoso del mundo. 

Un liderazgo fuerte y poco convencional. Con algo de Nixon y mucho de Reagan. La teoría de la locura y el liderazgo mediante la fuerza buscan reposicionar a Estados Unidos ante el agresivo avance comercial de China en América Latina.

La teoría de la locura. Al igual que lo hizo Nixon en los años setenta, Trump cree en el factor sorpresa para generar temor, confusión y respeto. Reinventar las reglas, levantarse de la mesa y regresar a la misma bajo sus propios términos. 

La paz mediante la fuerza. Trump no solo se ha inspirado en el llamado de Reagan de hacer a América grande otra vez, sino también en su lema de “paz mediante la fuerza” y “política personal”. Mostrar presencia y poderío militar no para generar guerra sino para garantizar la paz.

El dilema del petróleo o el fin de la dictadura. El régimen de Venezuela quiere negociar migrantes y petróleo. Se equivoca. El equipo de Trump está claro en que solo el fin de la tiranía reducirá la migración y permitirá revitalizar la industria petrolera.

Trump ha sido categórico. Reconoció a Edmundo González como presidente legítimo, evitó un baño de sangre y reafirmó su total respaldo a los luchadores por la libertad que enfrentan al tirano de Miraflores. En este nuevo round Maduro está más débil y Trump más fuerte.

Sanciones y máxima presión. Sin variar su planteamiento, Trump ha mantenido su línea de máxima presión y tolerancia cero contra las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela. No habrá menos sanciones sino todo lo contrario.

Reagan y el Canal de Panamá. “Construimos, compramos y conservaremos el Canal” era una frase célebre de Reagan que lo catapultó a la presidencia. Al final fue respetuoso de los acuerdos, pero renegoció sus términos.  Algo similar podría buscar la provocativa estrategia de Trump.

China no controla el canal, pero ganas no le faltan. El régimen comunista y sus “empresas privadas” ya están allí. China mantiene una agenda agresiva de inversiones en infraestructuras críticas en todo el mundo con fines comerciales pero también militares. 

México. La tarea fundamental de Trump con su principal socio comercial incluye garantizar un apoyo total en el tema de seguridad fronteriza. No más chantajes o favores políticos para la dictadura de Cuba. Eso se acabó.

México y el caballo de Troya de China.  Trump ha sentado postura y no va a tolerar la inundación de productos o piezas de artículos chinos manufacturados en México. Los impuestos y otras opciones comerciales se mantienen sobre la mesa.  

Guerra contra los carteles. Ante la creciente industria de fentanilo producida en México y la poca cooperación con la DEA, Trump amenaza con designar a los carteles como organizaciones terroristas. Algunos creen que quizás es solo una estrategia para que el gobierno mexicano deje de proteger a los narcos.

El nuevo gobierno de Estados Unidos asumirá en unos días, pero desde ya ha dado un golpe de timón al status quo con América Latina. No se sabe si la relación será mejor o peor,0 pero definitivamente ya no será la misma. 


El autor es periodista exiliado, exembajador ante la OEA y exmiembro del Cuerpo de Paz de Noruega (FK). Es exalumno del seminario de Seguridad y Defensa del National Defense University y el curso de Liderazgo de Harvard y HarvardX.

 

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