El acero de la voluntad
Ningún imperio, ninguna tiranía, ninguna dictadura ha caído sin que alguien, con los ojos ardiendo de convicción y con un puñal de ideales entre los dientes se haya lanzado al combate para derrocarlos. Ninguna sociedad, nación o país ha nacido por obra y gracia de la debilidad de sus pueblos o líderes, se han fundado por su fuerza, determinación y convicción, mismas fortalezas que han empleado para defenderlas con sangre, sudor y lágrimas de ejércitos enemigos.
Alejandro Magno, Napoleón, Bolívar, Washington, Churchill son faroles de la historia no por cobardes, sino por su valentía. El Páez que hay en cada venezolano, en ti, en mí, en cada uno de nosotros, tendrá que rebelarse. Tendrá que aparecer pronto.
El chavismo no caerá con lamentos, caerá por la tierra arrasada de nuestra ira.
Los cuatro puñales de la batalla
Toda gran guerra moral necesita de un ejército que combata en varios frentes combinados. En Venezuela, la liberación dependerá de cuatro grandes puñales morales: el puñal popular, el más importante: millones de personas arrinconando al chavismo en las calles. El puñal militar, que romperá estratégicamente las cadenas y se unirá al puñal del pueblo. El puñal policial que hará justicia contra el cinismo corrupto chavista y lo doblegará. Y el puñal de la “fuerza especial”, de los comandos secretos que buscarán extraer a la tiranía y hundirla en la cárcel de la historia.
La rebelión no es un accidente, es una conquista. Enfrentar al chavismo enemigo con ideales como escudos y acero como argumento. La historia no favorece a quienes dudan; se doblega a los espíritus que imponen su voluntad.
El puñal de la historia sólo se clava con la mano firme de un sueño de libertad.
Organización o muerte
El chavismo sobrevive porque está organizado, porque es un enjambre de parásitos que se alimenta de nuestra desorganización. Ellos son pocos, pero actúan como un solo cuerpo. Nosotros somos millones, pero seguimos dispersos. ¿Cómo puede un coloso ser dominado por un cobarde? La respuesta es simple: el coloso no sabe que es coloso, tiene miedo. Si el pueblo se coordina, si las fuerzas se articulan, si cada venezolano se convierte en una célula activa de resistencia, entonces el chavismo caerá como una estatua carcomida. La organización no es una opción, es un deber.
La indignación popular se debe transformar en estructura, en estrategia, en acción coordinada, la dictadura sabrá que su fin ha llegado. Cada barrio, cada caserío, cada ciudad debe convertirse en una célula de resistencia. Debemos ser legión organizada.
El puñal de la verdad está entre nuestros dientes.
El lazo de la inmortalidad: líder y pueblo
No hay estrategia, no hay organización, no hay coraje que funcione sin voluntad política. No hay ejército que avance sin un líder que lo guíe. No hay rebelión que triunfe sin la certeza absoluta de que la libertad lo vale todo y que para conquistarla hay que luchar por ella. El liderazgo venezolano debe estar dispuesto a la lucha total, a la entrega absoluta, al todo por el todo. Porque el chavismo no caerá con medias tintas, solo caerá si lo arrancamos de raíz. Un líder se fortalece con su pueblo, pero si el liderazgo duda el pueblo titubeará.
Una hoja de un árbol no se mueve sin la voluntad de Dios. Y los pueblos no se movilizan sin la iniciativa y la voluntad política de sus líderes. Se necesita decisión. Se necesita que las sombras del miedo se desvanezcan y vuelva la antorcha del coraje.
El destino estará definido por el puñal de certeza que tengamos entre los dientes.
¿Cómo es tu puñal?
@tovarr
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