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May 10, 2025


De las otras elecciones

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Estado actual de la División de Ciencias Biológicas de la USB

El sufragio universal, personalizado, directo, secreto y auditable, fue una cara conquista histórica de los venezolanos que bien la ejemplarizaron en el continente al correr el siglo pasado. Los comicios presidenciales de primer grado, calaron profundamente en nuestra cultura cívica para luego –en la presente centuria– perder fuste de tal manera que, so pretexto de una interesadísima versión de la democracia participativa, abona el terreno para una selección de segundo, tercer o quién sabe cuáles indecibles grados Celsius o Fahrenheit a favor del llamado poder popular. Sin embargo, propuesta una insólita reforma constitucional de la que demasiado poco o nada sabemos, al mismo tiempo que se ha establecido un calendario prorrogable para las consultas nacionales, regionales y municipales pendientes, perdemos la noción de las otras elecciones que debe propulsar la sociedad civil para renovarse, oxigenando la lucha política por reivindicar las libertades públicas.

En efecto, los más diversos gremios (profesionales, sindicales, vecinales, etc.), incluyendo a los atascados por sendas decisiones judiciales con más de una década a cuestas, tienden a resignarse a la prolongación de sus directivas, sin el menor esfuerzo por sensibilizar a la membresía precariamente servida en torno al propósito que les asiste. Después, no debe sorprendernos la escasa capacidad de movilización con el extravío de la más elemental idea de participación y representación, perfeccionamiento y compromiso institucional; por ello, llama la atención que el estudiantado de la Universidad Central realizara algo reciente una exitosa jornada electoral que lo ha actualizado respecto a sus responsabilidades históricas, y, ahora, lo haga la Asociación de Profesores de la Simón Bolívar de Sartenejas y la sede del litoral central.

En uno y otro caso, celebramos la supervivencia del ideario democrático tan castigado por más de dos décadas, gracias a  una sistemática e intensa propaganda oficial, suficientemente ilustrada por la realidad de las universidades que ha creado y controlado el poder establecido al no permitir ninguna votación de la comunidad para legitimar a sus autoridades, ni aceptar la agremiación eficazmente representativa de sus estudiantes, profesores, empleados y obreros. Valga acotar, realizado el cambio rectoral de la universidad de Villanueva, inmediatamente se negó para las restantes universidades comprobando cuán lejos llega la democracia participativa y protagónica, cuya profundidad dizque demanda la pretendida reforma.

Exigiendo la elección directa de las autoridades universitarias, superado con creces el lapso establecido para sustituir a las interventoras, el profesorado de la Bolívar ha propulsado los comicios internos para decidir y legitimar una nueva directiva. Valga acotar que ha sido un empeño del actual presidente de la asociación, William Anseume, que bregó por el cumplimiento de la normativa gremial a pesar de la resistencia del oficialismo que prefiere anquilosar toda expresión de la sociedad civil para mejor relegarla, vaciándola de sentido.

Así como hubo la peregrina ilusión de la otrora Venezuela petrolera que le permitía a un individuo vivir enteramente de su trabajo y mantener a la familia con absoluta prescindencia del resto del país, y, después de apostar por el chavismo, ya no tiene para llevar el pan a la familia porque ni siquiera encuentra un empleo estable y razonablemente remunerado, todavía hay una sociedad civil ilusa que ha creído sobrevivirle al régimen dejándose maniatar y sojuzgar, descomponiéndose crecientemente sus iniciativas y organizaciones: la tendencia es al abandono del combate cívico por los valores y las naturales reivindicaciones que le dieron origen.

La situación que ha alcanzado la universidad venezolana, y, particularmente, la Simón Bolívar, otrora importante referencia académica del país, no acepta una mirada apacible y complaciente de quienes jamás denuncian una realidad a la vista y el padecimiento de todos, y trillan la aquiescencia de los interventores y creen que la propia casa de estudios nada tiene que ver con el resto del país. Esto es, trajinando esa huera ilusión de la Venezuela cada vez más arruinada.

Bastará con asomarse al galpón de la división de Ciencias Biológicas de la sede de Sartenejas, cuya escandalosa realidad estremece, oculta a la opinión pública hasta que los profesores la hicieron saber. Nadie puede mantenerse indiferente y si bien es cierto que ocurrió el consabido 28J, no menos lo es que comicios, como los gremiales, contribuyen poderosamente a la supervivencia de una sociedad civil y a su correlación ineludible con el esfuerzo de la plena recuperación de la vida democrática.

@Luisbarraganj

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