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May 10, 2025


 Clío y la historia negada

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“La soledad más terrible no es la que proviene de estar solo, sino la que nace de ser incomprendido; la soledad de estar en una habitación llena de gente, rodeado de personas que no te ven, que no te escuchan, que no te conocen la verdadera esencia de quién eres. Y en esa soledad, sientes que te desvaneces, desapareces en el fondo, hasta convertirte en nada más que un fantasma una sombra de tu antiguo yo”

George Orwell

Clío, una de las nueve musas, hija de Apolo, dios de las artes y del sol, era la encargada de la historia. Se le representa con las sienes coronada de laureles floreados, una trompeta en una mano, un globo terráqueo para indicar la universalidad del relato histórico y una caja para guardar los rollos de papiro desarrollados; igualmente, sostiene un plectro, pues se dice que también inventó la guitarra. Sus dominios los del monte Parnaso, en donde junto a sus otras ocho hermanas cultivan las bellas artes y las ciencias.

Clío desarrolla en sus papiros los hechos de la historia, los relatos de la humanidad y su eterna búsqueda de valores progresivos, de hecho se la representa llevando el libro del historiador clásico Tucídides. Junto con Calíope conforman los pilares de la capacidad de relatar y narrar. El mito señala que le reprochó a Afrodita, diosa del amor, por sus veleidades y fue castigada, haciéndole procrear a Jacinto, quien fuera el primer hombre en despertar la pasión en otro hombre, especialmente en el aedo Tamiris. El joven Jacinto fue también disputado por Apolo y por los hijos de Eolo, Céfiro y Bóreas. Mientras jugaba a lanzar el disco, con Apolo, padre de Clío, y los vientos del norte y del oeste Bóreas y Céfiro, desviaron el objeto arrojadizo e impactaron la cabeza del joven Jacinto causándole la muerte, lo cual entristeció a Apolo y por ende a Clío. 

En esta sección del mito como proxy a la episteme queda subsumida la advertencia que causa la historia como relato, molesta a las pasiones, un relato histórico que embride verdad, razón sobre las pasiones, por ello el castigo a Clío vino de la veleidosa y pasional Afrodita (De Freitas Ruiz, 1975), así pues, la historia ha intentado ser reescrita, birlada y atropellada por el poderoso. El castigo que recibe Clío por relatar las verdades de las pasiones e infidelidades de Afrodita es aleccionador, hacer que su padre se enamore de su nieto, además de que de dicha pasión surja la muerte de este, es decir, la historia es reprendida por los propios desvíos que sencillamente relata.

Comienza tú, inolvidable Clío, inolvidable porque todas las edades están bajo tu custodia y todos los anales del pasado (Estacio, 2011).

En el poema Tebaida, Estacio Publio Palpino convoca a la musa Clío para narrar los hechos de la guerra de Tebas, justo allí recae la importancia de la historia en narrar, para la verdad, para la connatural existencia humana con la libertad.

“El historicismo para la política, el historicismo moral, todos confluyen, en el historicismo, como producto de la historia” (Crocce, 2005).

Clío, pues, está asociada a la libertad. De hecho, de la Casa Grande de Grecia se nos presenta esa alegría griega por vivir, por lo óntico, por el hedonismo estético, por el amor al arte y la ciencia y por el relato de la historia.

Nuestro ex país, obligado por una inmisericorde tiranía a sufrir un aislamiento forzado con Occidente, replica los groseros actos de las tiranías orientales, la barbarie impuesta en estricto sentido, de su germen heterónomo, aislante y ermitaño, esa soledad en donde “prospera la maldad cual hongo, impidiendo que nazca nada bueno” (Arendt, 2006), ese nihilismo de los Eichman que obedecen hasta desangrar a una sociedad, seres insignificantes que denotan una varada en la pestilencia del mal total, en esos lodos el relato histórico molesta, es menester violarlo, llevar a Clío al Helicoide, silenciarla, hacerla laxa, divertida, fatua y estúpida, postura que toman los medios de comunicación de este país y muchos periodistas, quienes bajo la excusa del miedo han caído en la autocensura, un acto tan antinatural, una no cosa, equivalente a autoamputarse un miembro, vaciarse un ojo, perforarse un oído, cortarse la lengua o morderla, como hacen los espías norcoreanos, cercenándose con los incisivos la lengua para morir desangrados, antes que denunciar los horrores de la dinastía Kim, otro adefesio que se desarrolló en un pasticho informe de la filosofía Juche (Kim, 1984). Es necesario aclarar que el espanto de Corea del Norte es admirado por estos crueles, quienes usurpan el poder.

La pulsión perversa por negar la historia les ha llevado a despreciar el evento del 28 de julio de 2024, en el que más de 7 millones de venezolanos decidimos salir de este entuerto onírico. En su infinita maldad acudieron a la mentira para torcer la voluntad popular, volvieron a sus vísceras, a ese útero infecto en el cual se fraguó la conjura del año 1992; el madurismo, al verse despreciado, tendió un puente a sus oscuros orígenes en el chavismo de cuartel y dieron con éxito un golpe de Estado a la voluntad popular para permanecer en el poder, sin importar las instrucciones” (Linz, 1978).

Para lograr torcer la historia hay que acudir a la violencia, esa es la tesis del fascismo, solo la violencia resuelve problemas causados por la violencia, así han convertido al país en una celda, asesorados por sus socios de Cuba, quienes “convirtieron a la isla de Cuba en una prisión” (Villa, 1976). Estos han convertido a la cuna de Bolívar en una ergástula enorme, desde donde atolondrados sin marco moral, como Monedero, dictan charlas sobre derechos humanos, mientras en el estómago del infierno del Helicoide se torturan a inocentes.

Clío se ha vuelto  líquida además de subjetiva, como las redes sociales, a través de las cuales pudimos enterarnos de una golpiza entre torturadores, quienes se distraían jugando pádel, es decir, el locus de la violencia les acompaña hasta en sus groseras formas de derrochar el erario público trocado en botín personal. Han convertido al país en su bodegón personal. En este episodio veíamos en las redes cómo descamisados uno de los esbirros del régimen propinaba golpes y amenazas de aprehender a quienes son sus compinches.

Esos serán los sucesos que deberá relatar Clío en las redes sociales líquidas, incorpóreas y subjetivas, posmodernas pues (Bauman, 2000), el desprecio popular es notorio, la crisis económica indescriptible, la fractura del capital social y la contradicción del chavismo son inocultables, un modelo que supuestamente llegó para imponer igualdad, ha generado la más emética de las desigualdades, son una entelequia, una no cosa.

Amordazada, sin el libro de Tucídides, con la cabellera hirsuta, golpeada y violentada, Clío sigue custodiando todas las eras. En el caso de nuestra corta historia, este régimen pasará como el peor ejercicio de poder, peor aun que el de Julián Castro, quien nos defenestró a la confrontación fratricida de la Guerra Federal. Clío anotó lo ocurrido el 28 de julio, no sabemos cómo, menos cuándo, esta madeja de mentiras saldrá a la luz, Clío permitirá “que toda la ponzoña salga a la  superficie” (Graves, 2014), esa misma ponzoña que llevó al enjuto Claudio a casarse con su propia sobrina Agripina la menor, adoptando al anarquista enajenado de Nerón como su hijo para que, cual tea ígnea, hiciera arder Roma hasta sus cimientos y con esa misma virulencia desaparecer a la gens Julio Claudia, dejándola solo a la custodia de Clío. Así que la Historia también sabe cribar, a los hombres que decidieron enlodarse en el fango del horror, unos inmundos, retorcidos, que se propinan golpes en sus divertimentos sultánicos y otros insignificantes hombrecillos, Mujiquitas, que cumplen órdenes para destruir, esos pasarán por el tamiz de Clío, así esta se encuentre en el vientre del Helicoide.

Finalmente, saldremos de esto, tal vez no lo vea ni siquiera quien redacta esta columna, pero esto es insostenible y saldremos, para que las generaciones por venir entiendan que sí existe aún la educación. Su sentido es justamente el de evitar que este horror se repita (Adorno, 1998). Igualmente, en esta desolada Venezuela, mientras la logramos reconstruir, repetiremos cual jaculatoria para distraer la tristeza de la fractura, de la frustración y de la muerte, estamos viviendo la reconstrucción de Venezuela a los 214 años de su independencia, a los 165 años de la federación y a los 25 años del chavismo, un verdadero tumor moral en el cuerpo social del Estado, esta máxima es parafraseada de Crocce (Croce, 1925), en su manifiesto de los intelectuales antifascistas.

A modo de reflexión, me compele la verdad, me compele la historia y me alienta la lucha por el futuro que tengo que devolverles a mis estudiantes, mismo que me fue arrebatado hace veinticinco años, a pesar de que desde mi corta edad sabía el error que cometían muchos, quienes decidieron coronar a Heliogábalo. Por esos años arrebatados, sigo confiando y apropiándome de mi discurso para que la Historia al cribarme me coloque a su diestra, justo al lado del libro de Tucídides.

X@carlosnanezr

IG@nanezc

“Que las dificultades que te toca vivir no sean obstáculo a tu amor, a tu generosidad, sino un fuerte desafío, no te canses de servir, no te calles la verdad, supera tus temores, sé consciente de tus propios límites personales. Tienes que ser fuerte y valiente, lúcido y perseverante. En este largo camino, no te dejes seducir por la violencia. Las mil razones que aparentan justificarla. Se equivoca el que dice que pasando por ella se logra la justicia y la paz”.

San Juan Pablo II

(Wojtila, 1987)

Referencias:

Adorno, T. (1998). Educación para la emancipación. México: Morata.

Arendt, H. (2006). Eichman en Jerusalén. Madrid.: Debolsillo.

Bauman, Z. (2000). Modernidad Líquida. México: Fondo de la Cultura Económica.

Crocce, B. (2005). La Historia como hazaña para la liberetad. Cd. de México: Fondo de la Cultura Económica.

Croce, B. (1 de mayo de 1925). Manifiesto de los intelectuales antifascistas. Il Popolo, pág. 1.

De Freitas Ruiz, A. (1975). Mitologia clásica. Madrid: Gredos.

Estacio. (2011). Tabaida. Madrid: No Books.

Graves, R. (2014). Yo Claudio. Madrid: Alianza.

Kim, I. Z. (1984). Sobre algunas cuestiones que se presentan para la comprension de la filosofía juche. Pyongyang: Ediciones en lengua extranjera Pyonyang.

Linz, J. (1978). The Breakdown of democratic regimes. Virginia: Johns Hopkins University Press.

Villa, S. (1976). Cuba Cenit y Eclipse. Caracas: Foirmate, CA.

Wojtila, K. (1987). Mensaje a los jóvenes chilenos SS Juan Pablo II. En D. p. Comunicacione (Ed.). (pág. 2). Roma: Editria Vaticama.

 

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