A la horrenda guerra de la Ucrania invadida por Rusia, las muy numerosas y atroces de África, o los repulsivos atrevimientos de la dinastía de la Norcorea sostenida también por Xi Jinping, se suma la inédita y gigantesca ofensiva terrorista de Hamás que ha desatado tempestades de misiles en la Israel que previamente infiltró, traspasando sus fronteras, capturando a familias y niños para el más asqueroso chantaje, luego de varios años lanzando pertinazmente sus cohetes desde la Franja de Gaza a objeto de ponderar las vulnerabilidades del enemigo, e, incluso, indican los expertos, aspirando después a abrir un tercer frente en las alturas del Golám. Además, es inaceptable que un movimiento u organización terrorista secuestre tan vilmente a los gazatíes, utilizados como un gigantesco escudo humano, impidiéndoles evacuar la zona aún previa y suficientemente alertados por las fuerzas israelíes.
Perpetraron los hechos en la festividad del Sabbat, finalizando la semana de la fiesta religiosa de los Tabernáculos, todavía no resuelta una difícil coyuntura política doméstica. Hamás no encontró, ni encuentra, otro modo de enfatizar y preservar su hegemonía en Palestina, al igual que impedir la normalización de las relaciones de Israel con Arabia Saudita, siendo un objetivo complementario el del canje de prisioneros.
Por cierto, valga la oportunidad para recordar una pequeña obra maestra del pensamiento estratégico venezolano de título elocuente (La sorpresa en la guerra y la política, 1992), en la que un autor tan meritorio como Aníbal Romero sopesó los hechos que inmediatamente explicaron la guerra de Yom Kippur, no por casualidad de octubre de 1973. Ahora, tratándose de los ruidos y señales inadvertidos por los servicios de inteligencia, quizá haya que apuntar a la atención dispensada a la guerra de Ucrania, a las maniobras de distracción de Hamás que parecía preocuparle alguna mejoría económica en territorio palestino y al descuido de los propios servicios, el llamado ruido autogenerado.
Israel es el único país del Medio Oriente donde no hay una feroz dictadura, conviviendo comunidades también de distintos credos en un marco de libertades perdidas en nuestro país. Los venezolanos que luchamos por la democracia y por la paz que pudimos conquistar en el siglo XX, ahora, también las vemos asediada por los vínculos y compromisos que los socialistas del siglo XXI tienen con transnacionales terroristas como Hamás, Hezbolá, ELN, las FARC, ETA, presuntamente beneficiarios de sendas concesiones en el Arco Minero al sur, y con serias pretensiones en el resto del hemisferio, añadida una extraordinaria, novedosa e incomprensible influencia de las obscuras y distantes teocracias que han sembrado sus intereses en el continente. Acaso, morbo de estos tiempos, por sus acciones, remiten a los probables y repentinos aumentos de la canasta petrolera, cuyos beneficios –huelga comentar– jamás llegan a nuestra población.
Importa y mucho, desescalar el conflicto mesoriental, procurar medios pacíficos para asegurar la convivencia y el eficaz respeto a la dignidad de la persona humana, pero -igualmente- ganar consciencia de las intimidaciones y peligros que corren los principios y valores occidentales. En definitiva, la libertad y la democracia, ahora, intentando acabar con su exponente o referente israelí a través de un ataque de magnitudes que asombran. Por ello, las advertencias también de novelistas, como Michel Houellebecq, en torno a las amenazas que representa el integrismo o fundamentalismo religioso en países de una bien ganada experiencia democrática.
Señora presidente, colegas parlamentarios:
En nombre y representación de la bancada opositora de Encuentro Ciudadano, interpretando las recientes palabras de la colega Delsa Solórzano, legítima aspirante presidencial, elevamos nuestras oraciones intentando interpretar el profundo y compartido sentimiento de solidaridad con la comunidad judía venezolana y la suerte del pueblo israelí tan artera e inescrupulosamente bombardeado, prolongando el sufrimiento por hechos que, lejos de favorecer, confunden, caricaturizan y perjudican la auténtica causa palestina. Y esto, gracias a determinados sectores políticos e ideológicos completamente bizarros que sólo lloran a sus muertos, y, al mismo tiempo, son indiferentes a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como a la premiación con el Nobel de la Paz para la corajuda luchadora iraní Narges Mohammadi.
Finalmente, nos permitimos sugerir que se extienda el silencio de las redes por un minuto en tributo de todas las víctimas del colosal acto terrorista, y que, además, por conducto de la junta directiva de esta Asamblea Nacional, haga llegar a la Knéset, el parlamento israelí, una correspondencia postal con las expresiones y sentimientos de los venezolanos conscientes de la hora histórica que vivimos.
(*) Intervención en la sesión ordinaria del 17/10/23 de la Comisión Delegada de la legítima Asamblea Nacional, electa en 2015.
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