“Variar es ser alguien, diferenciarse es tener un carácter propio. La función capital del hombre mediocre es la paciencia imitativa; la del hombre superior es la imaginación creadora. El mediocre aspira a confundirse en los que le rodean; el original tiende a diferenciarse de ellos, En ellos estriba la desconfianza que suele rodear a los caracteres originales; nada parece tan peligroso que un hombre que aspira a pensar con su cabeza”. José Ingenieros
De manera, que tomando algunas ideas iníciales del prefacio de esta nota de hoy, englobándolas y refiriéndonos en esta oportunidad a la economía de un gobierno arbitrario, nos encontramos cómo está enmarcada por varias características negativas debido a la concentración del poder y la falta de libertades. Existe, entonces, un control centralizado. Las decisiones económicas son tomadas por una élite política o militar, lo que puede llevar a una falta de eficiencia y transparencia. La falta de mecanismos de control y la concentración del poder suelen generar altos niveles de corrupción y nepotismo, afectando negativamente la economía. De modo idéntico, la represión de voces críticas y la falta de libertades individuales y colectivas pueden limitar la innovación y el emprendimiento, lo que a su vez afecta el crecimiento económico. Algunos regímenes optan por políticas de autarquía, intentando ser autosuficientes y limitando el comercio internacional. Como intruso en esta materia del experto economista Adam Smith, esta situación puede llevarnos a una economía menos competitiva y más vulnerable a crisis internas. En resumen, la economía bajo este tipo de gobierno tiende a ser menos dinámica y más propensa a la ineficiencia y corrupción; lo que tendrá consecuencias negativas a largo plazo para el desarrollo del país.
Es importante agregar que estas son algunas de las muchas otras razones por las que un pueblo bajo estas orientaciones social-comunistas, jamás, ni aquí ni en ningún otro lugar del planeta, sus habitantes han podido lograr vivir en un mundo donde impere el desarrollo, el bienestar ni gozar del adelanto de las sociedades modernas. Allí encuentran las respuestas quienes se preguntan qué cosas tan terribles han hecho estos hombres en contra de su pueblo para que ostenten el título de inhumanos por los resultados de hechos crueles y feroces…
Se me ocurre una analogía de esta política con las series de incursiones dentro de los confines del Imperio romano llevadas a cabo para saquear o robar por bandas armadas de comunidades que habitaban a lo largo del espacio septentrional. Según las referencias dejadas por los historiadores de la antigüedad los bárbaros eran salvajes malolientes. La organización política, el rey, es decir, el presidente de estos nuevos tiempos, de estas nuevas civilizaciones, era el gobernante absoluto. Tras el monarca se ubicaba principalmente su familia. El resto del grupo privilegiado formaba la aristocracia, dueña de tierras y ganado. Más abajo los esclavos que no tenían ningún tipo de derechos, su trabajo consistía en cuidar las tierras y el ganado de los gobernantes.
Hurgando entre lugares contrapuestos, los bárbaros y sus pares tropicales cruzándose con el liberalismo que propone muchos de los principios en los que se fundamentó el programa de gobierno de María Corina Machado, me encontré que el liberalismo político tiene sus raíces en la Ilustración europea, que se caracterizó por el avance del conocimiento científico y la razón. Es importante considerar que esta corriente ideológica emergió como una respuesta al absolutismo monárquico y la falta de libertades individuales. Reitero mi creencia de que solo aplicando estos, lograremos regresar a ser el país civilizado, decente, que éramos y avanzar para alcanzar a los demás países de la región que se nos adelantaron…
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