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Pruebas de ingreso a universidades se modifican o eliminan por falta de estudiantes, según investigación

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«La deserción en las universidades ha obligado a las casas de estudio a cambiar sus mecanismos de ingreso». Así lo indica el estudio Cobertura Educativa en Venezuela que contabilizó que en 2019 solo 775.000 de los 3.136.000 jóvenes entre 18 y 24 años estaban en las universidades.

«Resultados como este han motivado a casas de estudio como la Universidad de Los Andes Táchira, a variar las estrategias», señala el estudio reseñado en una nota de prensa.

Al respecto, el vicerrector y decano, Omar Pérez, dijo que a la ULA Táchira se ingresa por las vías de alto rendimiento, artista destacado y las pruebas de selección. E hizo hincapié en que estas pruebas siguen unos lineamientos específicos y no abarcan todas las carreras.

Pruebas de ingreso a las universidades

Las pruebas son especializadas y hechas por un grupo de especialistas, pero el vicerrector destacó que en los últimos años han ingresado muchos estudiantes con un bajo rendimiento, producto de las debilidades que presenta tanto la educación inicial como el bachillerato.

“Esto no se hace en todas las carreras porque lamentablemente en carreras donde hay 130 cupos disponibles se postulan 7 alumnos”, dijo.

Poca demanda de Educación

Según Pérez aplicar pruebas en situaciones como esta no tiene sentido. Y sucede en carreras como Matemáticas, Castellano y Literatura. Y, destacó que la carrera más afectada es Educación.

“Es en donde están los casos más graves”, dijo el vicerrector, quien añadió que entiende que haya pocos estudiantes interesados en estudiar Educación en vista de la difícil situación de los docentes en materia salarial.

Por otro lado, señaló que carreras como Comunicación social, Idiomas modernos y Medicina tienen formas particulares para ingresar.

Medicina

En el caso de Medicina el vicerrector explicó que se realiza una prueba psicológica que arroja si la persona es recomendada o no. Y una vez aprobado debe realizar la prueba de conocimiento.

«Este año se solicitó que el ingreso fuese en mayor medida por alto rendimiento, lo cual permitiría a los estudiantes con mejores calificaciones tener un ingreso sencillo en las carreras más complejas», señala la nota de prensa.

Ingreso masificado

En consideración de Amalio Belmonte, secretario de la Universidad Central de Venezuela, las modalidades de ingresos son importantes y ya en 2015 alertaba: «El ingreso masificado y sin exigencias no se corresponde a la verdadera misión de la universidad»

A su juicio, si ese es el norte para la educación superior por parte del gobierno, habría que mirar en profundidad el Sistema Educativo Nacional.

«Corresponde al gobierno crear las condiciones para que los factores socioeconómicos y educativos externos a las Universidades dejen de ser obstáculos para el ingreso a los estudios de educación superior», dijo Belmonte, quien actualmente aspira a convertirse en rector de la UCV.

Sin garantía de empleos

El profesor agregó: «Un desafío en el tema de la expansión del acceso a la educación universitaria es el de garantizar que los egresados puedan desarrollar su capacidad profesional mediante empleos de calidad. La buena educación no asegura la realización individual. Para ello es indispensable la combinación de políticas educativas de cantidad y calidad con políticas económicas acertadas que estimulen la productividad y el desarrollo».

De acuerdo con su opinión esto justifica la poca intención de ingresos en carreras que para muchos no generan ingresos.

Sin pruebas internas

Por otra parte, Gabriel Díaz, de Todos por la Educación Aragua, expresó que hace muchos años la Universidad Pedagógica Experimental Libertadores dejó de hacer pruebas internas.

«Lo que tenemos es una serie de preguntas en la preinscripción online, para ver sus niveles de cultura general, pero no es una prueba interna como tal. Ahí también se evalúan las cualidades psicológicas», indicó Díaz. Y afirmó que a pesar de este filtro todos ingresan por la poca cantidad de postulaciones.

Díaz precisó que las únicas carreras en las que se hacen pruebas es Educación Física, en vista de que necesitan medir las cualidades en el deporte de los postulantes; así como en Música, en la que los postulantes deben tocar instrumentos para evaluar su capacidad.

Según Díaz, 90% de los postulantes ingresa a la universidad. Luego pasan por un curso introductorio que se aplica desde hace dos años porque la universidad detectó el bajo rendimiento de los bachilleres.

«Ahí se les motiva, se les pule, dejándolos en una mejor posición académica, porque antes 80% de los que ingresaban desertaban», dijo.

Testimonio de la Universidad de Carabobo

Díaz también maneja información de la Universidad de Carabobo, núcleo Aragua, conocido también como La Morita. Al respecto, mencionó: «Ahí si hay prueba interna, pero es una prueba que se aplica luego de pasar por un curso introductorio en el cual puedes ingresar con notas de 10 para arriba”.

Armando Díaz, miembro de Todos por la Educación en Carabobo, concluyó en marzo su maestría en Ciencias Políticas y Administración Pública, pero cuando se inscribió en este postgrado su mayor temor eran los procesos de admisión.

«Se suponía que uno tenía que pasar por dos entrevistas en las que evaluaban tu experiencia laboral, tus intereses y proyección en el futuro, incluso había otra prueba que era en inglés, porque te exigían hablar otro idioma, pero cuando fui a entregar todos los requisitos me informaron de algo totalmente diferente», contó.

Explica que le pidieron los 80 dólares de la inscripción y los demás papeles y cuando preguntó cuándo serían las entrevistas el encargado le respondió. «Con esto no hace falta hacer las pruebas ya estás adentro, bienvenido».

En aquel entonces Armando Díaz se sintió como si lo que importara fuera solo el dinero, luego entendió que más allá del dinero el cambio en el mecanismo de ingreso tenía que ver con la poca cantidad de personas que se postularon.

«No había necesidad de aplicar filtros, para la universidad actual es una bendición tener gente queriendo estudiar. El día de mi graduación había doctorados, maestrías y especialidades en donde sí se graduaban dos, era mucho», dijo.

UDO

La profesora Petrica Aguilera, coordinadora del despacho decanal de la Universidad de Oriente, núcleo Nueva Esparta, coincidió en que que muchas de las universidades autónomas venezolanas no están haciendo pruebas internas, o como ella las llama, pruebas diagnóstico.

En el núcleo de Nueva Esparta se ven carreras como Hotelería y Turismo, Ciencias administrativas, Ingeniería, Informática, Estadística, Enfermería y Medicina. También hay áreas como la de Sociohumanidades que existen pero no tienen aún carreras adscritas.

Como requisitos esenciales de esta universidad destacan estar inscrito en el sistema de la OPSU y los promedios, como índice para discernir quién está preparado y quién no.

“Luego se llama al proceso de inscripción. Esto se aplica en toda la UDO”, dijo.

Incremento en la matrícula

A diferencia de otras universidades, la UDO ha vivido un incremento en la matrícula después de la pandemia. Teniendo como 2018 el inicio de la disminución de la cantidad de estudiantes.

“En 2018 ingresaron solo 100 estudiantes y eso se mantuvo en 2019 y en 2020, puesto que por la pandemia no hubo ingresos. Pero para 2022 la matrícula subió a 750 nuevos estudiantes aunque su capacidad es de poco más de 600. Es esperanzador porque eso dice que los jóvenes quieren estudiar”, expresó la profesora.

Para 2023 en la UDO Nueva Esparta ingresaron más de 500 nuevos estudiantes.

“Lo que pasa con las pruebas de ingreso es que debido a la situación país el Ministerio de Educación Superior decidió eliminarlas”, dijo.

Aguilar opinó que los criterios para eliminar las pruebas obedecen a la idea de que sin pruebas más estudiantes pueden ingresar.

Deserción

“De hecho tu lo ves en una carrera o un salón, empiezan 40 y en la medida que avanzan van quedando menos y menos porque descubren que no era su carrera y eso lo ves en maestría y doctorado”, indicó.

Y añadió que aunque ahora ingresan más, eso no es garantía de que los estudiantes tengan el perfil requerido.

“Nosotros estamos en la labor de ayudarlos como docentes para que puedan lograr sus objetivos, porque el que quiere estudiar supera cualquier limitación que tenga de primaria o bachillerato”, mencionó.

Pero no todos lo logran y Aguilar lo vio reflejado en sus compañeros, aspirantes a doctor en Patrimonio Cultural de la Universidad de Margarita, empezamos 21 y terminaron 5.

Programa Samuel Robinson de la UCV

Ante las dificultades para ingresar a las universidades existen algunos programas como el Samuel Robinson en la Universidad Central de Venezuela. Larry Tadino, profesor dentro de este programa explicó de qué se trata.

El programa es una opción de admisión que busca mejorar la calidad y hacer más equitativo el ingreso a la UCV. No tiene ninguna relación con la Misión Robinson que aplicó el chavismo, pues el Programa Samuel Robinson de la UCV data de mucho antes. Se fundó en 1997, un año antes de que Hugo Chávez ganara la Presidencia de Venezuela.

Durante un año académico, se prepara a los aspirantes para que ingresen más capacitados a sus carreras de preferencia.

Simadi

A diferencia de las universidades anteriormente mencionadas la UCV mantiene sus pruebas de ingreso bajo el nombre de Sistema de Ingreso por Mérito Académico y Diagnóstico Integral (Simadi).

“Vino a sustituir a las antiguas pruebas internas”, recalcó Tadino quien explicó que esta prueba diagnóstico se realiza vía online, por las dificultades de quienes provienen de las regiones del interior para trasladarse a la capital.

El Simadi lleva aplicándose más de cinco años y abarca todas las carreras independientemente de si son de alta demanda como Psicología y Medicina; o de poca demanda como Archivología o, incluso Derecho, que luego de tener una matrícula de 5.000 estudiantes ahora no llega a los 2.000.

La prueba mantiene las evaluaciones de razonamiento verbal y lógico y anexa la evaluación del promedio de notas desde 1° año de bachillerato hasta el 4° año.

Sin embargo, según Tadino, ni el programa Samuel Robinson, ni el Simadi logran resolver algo que para él es el talón de aquiles del ingreso en la UCV y tiene que ver con los estudiantes que ya poseen una carrera y quieren optar por otra.

“Es excluyente. No te sabría responder cómo hacer porque yo tengo 10 años como profesor y quiero estudiar antropología y no lo he logrado. A este punto ya desistí. Si a lo mejor estudiara dos carreras en simultáneo la historia sería otra, pero yo tengo dos carreras y quiero la tercera y pues no puedo”, expresó.

Esto no pasa con Armando Díaz, de Todos por la Educación Carabobo. «Justamente acabo de pagar 40 dólares más Bs 100 para entrar al curso introductorio de derecho. No hubo ningún problema, en junio empiezo», dijo.

 

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