Por Alejandro Luy, gerente general de Fundación Tierra Viva.
Por dónde empezar este artículo. Acaso por el venezolano que desconfía de Greta Thunberg y en Facebook escribe “no veo a esta niña ni mencionar la destrucción del Arco Minero aquí en Bolívar” o por el video de factura anónima, recibido por Whatsapp, en el que una voz femenina alaba al joven Boyan Slat, creador de un sistema de recolección de plásticos en el mar, contrastándolo con la “manipuladora” –entre otros adjetivos– Greta.
O acaso mencionar la otra comparación con la activista Malala Yousafzai, premio Nobel de la Paz en 2014, quien lucha por la educación de las niñas, contrario a la malvada Greta que llama a faltar a clase todos los viernes. Vinculado con lo anterior el propio movimiento de protesta pacífica es cuestionado, y por supuesto es de izquierda, cosa que para los venezolanos es sinónimo de destrucción.
Un buen “resumen” es la reacción del español Frank Cuesta, mejor conocido como Wild Frank: “Yo veo que con las manifestaciones no conseguís nada, como habéis dicho. ¿Y sabéis por qué? Porque este es un movimiento de vagos, es un movimiento de niños”. Acusarlos de “niños y vagos” denota el nivel de discusión sobre el problema.
Es muy lógico que se analice, valore y juzgue a una persona que por su accionar de haya movilizado a los jóvenes del planeta, y que ha logrado hablar ante escenarios como el Parlamento Europeo, el Congreso de Estados Unidos, la Organización de las Naciones Unidas o la COP 25 de la Convención Marco de Cambio climático. De cualquier persona pueden surgir preguntas, pero lo que me parece preocupante es que brille la estupidez, más si esta ha sido promovida por la ignorancia y las noticias falsas.
Dicho de otra manera, hay gente criticando a Greta Thunberg sin saber exactamente lo que ha dicho o ha exigido, o por verla muy molesta en su paso por la ONU, o por ser una menor de edad, mujer y además con Asperger, lo cual les conduce a concluir que está manipulada.
Es por todo lo anterior que, aunque no quería, he decidido hablar sobre Greta Thunberg y del movimiento Fridays for Future para dar a quienes me lean contrapesos a la crítica feroz contra la activista. Así mi intención es proporcionar elementos y poner en perspectiva algunos de los argumentos utilizados para atacar a quien acaba de ser reconocida como Personaje del Año por la revista Time. Aquí las enumero:
1. ¿En qué se basa la acción de Greta Thunberg? Esencialmente en dar a conocer las alertas que han hecho miles de científicos de todo el mundo sobre la amenaza que representa el cambio climático y exigir a todos los gobiernos actuar, tomar decisiones para evitar los escenarios catastróficos que se vislumbran.
Ante el Comité de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos, el pasado septiembre Greta Thunberg dijo: «Les entrego este informe a modo de testimonio porque no quiero que me escuchen a mí. Quiero que escuchen a los científicos. Quiero que se unan detrás de la ciencia y quiero que tomen medidas».
Así ha tomado la evidencia de miles de científicos para hacer entender a los gobiernos sobre la urgencia, y de manera complementaria ha movilizado, de manera exitosa, a cientos de miles de jóvenes en el mundo.
2. Ella ha dado numerosas entrevistas y exposiciones ante importantes escenarios. Y como no es una “chayota”, en septiembre de este año habló en la Organización de Naciones Unidas. Fue cuando se manifestó muy molesta, lo cual se evidenció en su rostro. Ese día dijo:
«Me han robado mis sueños y mi infancia con sus palabras vacías. Y sin embargo, soy de los afortunados. La gente está sufriendo. La gente se está muriendo. Ecosistemas enteros están colapsando. Estamos en el comienzo de una extinción masiva. Y de lo único que pueden hablar es de dinero y cuentos de hadas de crecimiento económico eterno. ¿Cómo se atreven?».
La expresión de rabia de su rostro no gustó, pero ese gesto no es distinto al de la mayoría de los adolescentes cuando molestos reclaman algo. En ningún otro escenario esa rabia ha estado presente.
3. No hay en su discurso ningún elemento que implique una postura ideológica, es decir, no es de izquierda como algunos de sus detractores, visibles o anónimos, afirman para atacarla. Sin embargo, sí conseguirá ataques de troll, bots y medios de comunicación desde Estados Unidos y Rusia, por lo menos.
4. El accionar de la activista sueca es fundamentalmente el mismo que utiliza Greenpeace, una organización que ni recoge plástico, ni siembra árboles ni rescata elefantes. Greenpeace “utiliza la acción directa no violenta para atraer la atención pública hacia los problemas globales del medio ambiente e impulsar las soluciones necesarias para tener un futuro verde y en paz”, y por ello se le reconoce y valora.
5. Es obvio para quienes han hecho seguimiento al movimiento Fridays for Future que no se trata de hablar de otro tema central que no sea el cambio climático, sus consecuencias y la necesaria acción de los gobiernos. Por eso Greta no habla del Arco Minero del Orinoco, ni de las islas de plástico del Pacífico, ni de muchos otros problemas. Por cierto, Greenpeace no ha dicho nada del Arco Minero del Orinoco, y ni Wild Frank ni otros que atacan a Greta se han dado cuenta.
6. ¿Quién está detrás de Greta? Nadie sabe si en efecto hay o no alguien que “mueve los hilos” de Greta. Se “acusa” a sus padres y también a empresas interesadas en energías renovables. Pero en esencia, ni usted ni yo sabemos quién o quiénes están apoyándola con fines “perversos”, y la especulación no es certeza, y por tanto una débil herramienta para atacar.
7. La condición de Asperger no es ninguna limitante para el desarrollo de quien la posee, y para ello basta revisar la vida y obra de Albert Einstein, Andy Warhol, Bill Gates, Steven Spielberg, Tim Burton o Lionel Messi.
Ninguna acción ciudadana está exenta del escrutinio público, pero cada ciudadano debe ser responsable en formarse y buscar la más completa información antes de sumarse a una corriente trazada con las peores armas, la manipulación y la mentira.
Dude, lea, cuestiónese, y si luego de ello usted decide criticar a Greta Thunberg, está en su derecho; pero no dispare balas sin preguntarse quién le está dando el arma.