OPINIÓN

Un alto; si luchamos a favor de la alegría es porque comprendemos la tristeza

por Ambiente: situación y retos Ambiente: situación y retos

Parroquia La Pastora, Caracas. Foto: Guillermo Ramos Flamerich (2008) . En este territorio la hoy recordada María Eugenia Egui realizó fundamentales aportes

Por Guayú de Falkón

Los ambientalistas de Venezuela y el mundo estamos pendientes si se logra algo significativo en la COP 26 de Glasgow. Esta columna no es exactamente un diario, aunque a veces lo parezca. Procuraremos en los próximos días dar espacio a alguno de nuestros colaboradores que haga su propio balance. Mientras tanto, hacemos un alto para dar cabida a un sentido escrito sobre la vida de la ambientalista María Eugenia Egui, quien en vida fuese por unos años muy activa miembro de la ONG Geografía Viva y significó, por supuesto, mucho más que eso, una luchadora social y ambiental cabal. A continuación, las palabras de su compañero de vida, Guayú de Falkón.

A los compañeros a quienes me dirijo  comunico el fallecimiento de mi compañera, la periodista y docente María Eugenia Egui. Abandonó este plano material rumbo al universo, donde más adelante nos volveremos a encontrar para emprender nuevos desafíos y aventuras. Se despidió de todos nosotros el día 12 de octubre a las 3:50 am. Fue víctima de un cáncer que no pudo enfrentar con éxito debido a múltiples factores relacionados con la situación general del país, la falta de recursos económicos y el abandono de la institución en la cual se desempeñaba como docente. Falleció desilusionada, triste, casi pronunciando las palabras de Bolívar «… he arado en el mar».

Hasta el final de su vida mantuvo bien en alto su ética política y profesional crítica, En todo momento impulsó su visión política en forma inquebrantable y digna, defendiendo la soberanía nacional, su pueblo, parroquia, amigos, compañeros y camaradas con un espíritu noble, abierto y siempre constructivo. Fue la periodista de las noticias populares que no tienen ni tendrán nunca cabida en los medios nacionales oficiales y comerciales. Amiga de los niños, jóvenes, vecinos y compañeros de las aventuras e infortunios que vivió y sufrió enfrentando a los enemigos del pueblo venezolano y latinoamericano.

María Eugenia Egui, en el Camino del Cacao, Parque Nacional Henri Pittier,  cercanías de Uraca, en la parroquia Choroní, municipio Girardot, estado Aragua, en 2020. Un momento de felicidad, luego de una larga cuarentena y “distanciamiento social” con su compañero Guayú de Falkón[1].

Su vida entera la dedicó a la lucha social revolucionaria. Bien temprano se desligó de las posturas políticas dogmáticas, sin abandonar nunca su visión de luchar por un gobierno del poder popular, algo que con dolor confirmó no llegó a convertirse en realidad, solo lo fue en la propaganda mediática oficial discursiva audiovisual e impresa.

Fue ejemplo de constancia en su lucha permanente por transformar la situación de su pueblo desde cualquier espacio que le tocó ocupar. Siempre impulsó la participación conjunta de los sujetos en cualquier actividad que emprendió. Tenía la cualidad de poner al servicio del pueblo las instituciones para la cual trabajaba, conducta política que le acarreó hasta el final de su vida innumerables discusiones y conflictos con los viejos y nuevos jefes y jefas, tanto en la IV como en la V República.

Nunca dejó de forzar la barra para convertir los espacios sociales, políticos y culturales en espacios de participación plena, transparente, luchando a brazo partido contra la tan manoseada «participación protagónica» tutelada, conducida en círculos hacia ninguna parte por la BURROCRACIA y los nuevos jefes del pueblo. Vivió luchando contra la política institucional de secuestrar y tutelar las iniciativas populares de todo tipo, aplastando el papel del pueblo y su participación protagónica.

Su ejemplo de lucha y creatividad desplegada para movilizar y organizar a su pueblo cuando fue necesario, nunca serán olvidados. Ante la adversidad nunca se dio por vencida. Ante cualquier reto que enfrentó sola o con escasa compañía, sin ayuda material o débil apoyo institucional, siempre encontró la manera de salir adelante triunfante. Sus victorias no eran de ella sino de todos, porque siempre fueron victorias de la participación popular protagónica que practicó e impulsó cuando el término no formaba parte del lenguaje político estatal ni populista.

En la mayoría de sus proyectos impulsados entre las comunidades caraqueñas salió adelante victoriosa. Fue una sembradora de conciencia y valores para transformar la sociedad en cualquier espacio de vida donde estuvo presente; pero, tal como sucede a menudo con toda mujer de pueblo que posee entereza, capacidad, cualidades y convicciones políticas firmes, fue segregada, humillada, despreciada y desinformada de manera vil por grises personajes y nefastos «compañeros», hábiles en encubrir sus verdaderos propósitos depredadores con un lenguaje liberador revolucionario.

Siempre enfrentó con gran valentía a los funcionarios, asesores y dirigentes que amparados detrás de un texto, o secuestrando el micrófono o la cámara, blindados por el cargo, las normas u órdenes emanadas desde arriba, reales o ficticias, obstaculizaron su accionar. Estos, se aseguraron siempre de aplastar y cerrar todos los caminos a la acción irreverente y valiente del tipo de sujeto político que representó María Eugenia Egui. Su ejemplo de mujer con brío y gran coraje para enfrentar a jefes y jefas exigiéndoles ética, moral y congruencia entre sus palabras, acciones y hechos, deja un vacío entre su entorno inmediato y una profunda huella de camino transformador que no será fácil de borrar.

En adelante, quedará en manos de sus estudiantes, profesores compañeros de trabajo y camaradas de lucha política y social, recordarla y seguir sembrando como ella lo hizo a lo largo de toda su vida, superarla y avanzar.

 

[1] Foto original de Guayú Falkòn: Quienes conocimos a María Eugenia, nos cuesta imaginarla derrotada por una enfermedad….despedida temprana para quien no merecía tal destino. ¿No pudo acceder a  un tratamiento adecuado? Dudas quedaron, dolor….pero también un recuerdo ejemplar y un agradecimiento por haber conocido a este ser singular.