En el mundo del fútbol, existen equipos que se convierten en auténticos símbolos de grandeza y pasión deportiva para sus seguidores. Uno de ellos es Estudiantes de Mérida F.C., un club con una rica historia que ha dejado una huella imborrable en la comunidad y en el imaginario colectivo de la región. Sin embargo, en los últimos años, este equipo emblemático ha perdido su brillo y ha experimentado un declive en su rendimiento deportivo, alejándose de su tradición de juego vistoso y competitivo. Pero, ¿qué ha sucedido realmente con el «equipo del pueblo»? En este texto exploraremos las estrategias necesarias para revitalizar a Estudiantes de Mérida F.C., buscando recuperar su grandeza y volver a encender el espíritu de pundonor que alguna vez impulsó a sus jugadores.

Desafío interior

Con un legado futbolístico envidiable, Estudiantes de Mérida F.C. se ha ganado a pulso su reputación como el decano del fútbol profesional venezolano. Su rica historia futbolística se remonta a la década de los años setenta del siglo pasado y está arraigada en el imaginario colectivo de la región como un símbolo emblemático de buen fútbol, espíritu guerrero y mística deportiva. Este equipo ha dejado una huella imborrable en la comunidad, siendo admirado por su estilo de juego excepcional, dedicación inquebrantable y pasión desbordante. Además, su historia está influenciada por la genética, ética, intelectualidad e idiosincrasia de la población de Mérida-Venezuela, conocida por su belleza natural, tierra de “nieves eternas”, distinguida por su “linda mujer merideña”, “ciudad de los caballeros” y con «una universidad con una ciudad por dentro».

Durante muchos años, este equipo se caracterizó por su estilo de juego de toque y vistoso, cautivando a los aficionados y a la fanaticada con su habilidad en el campo. Sin embargo, en los últimos años, el rendimiento deportivo del equipo ha disminuido considerablemente, llegando incluso a ocupar posiciones clasificatorias que no están acorde con su tradición histórica de «juego bonito» y además altamente competitivo y efectivo. Esto plantea una situación preocupante que podría llevar al equipo a perder no solamente su categoría…

En mi humilde opinión, producto del trabajo de investigación versado en el “Fútbol, Economía y Espiritualidad: una perspectiva transpersonal y cuántica” (que ponemos a disposición ad honorem de nuestra querencia o patrimonio emeritense), el problema fundamental radica en la dimensión espiritual, transpersonal y emocional del equipo. Esta dimensión se ha traducido en un funcionamiento deportivo y colectivo extremadamente diferente a lo que representó en gran parte de su existencia.

El “equipo del pueblo”, como se le conoce en el argot popular, indudablemente ha perdido la conexión con sus raíces y con esa pasión y determinación que solía caracterizarlo. La falta de motivación, compromiso y cohesión en el grupo de jugadores ha sido evidente, lo que se refleja en su desempeño en el campo.

Es necesario que el equipo, su cuerpo técnico y directivo, pero igualmente todos aquellos que tienen correspondencia directa e indirecta, realicen una profunda introspección y reflexión sobre los valores y principios que los impulsaron en sus inicios. Deben recuperar esa mentalidad ganadora, ese espíritu de lucha y entrega que los convirtió en un referente en el fútbol venezolano y de distinción en el escenario futbolístico internacional.

Además, es fundamental trabajar en el aspecto emocional y espiritual de los jugadores desde la concepción de la economía transpersonal y cuántico, fomentando entre otros aspectos la confianza, la motivación y el compromiso con el equipo. Un equipo unido y con una mentalidad positiva puede superar cualquier obstáculo y alcanzar grandes logros.

Mentalidad ganadora

Para superar los desafíos actuales es esencial llevar a cabo un trabajo profundo y exhaustivo que permita recuperar la mentalidad ganadora y el espíritu de lucha que caracterizaron al equipo en sus primeros treinta años de existencia. Esto implica una serie de acciones y estrategias que deben implementarse tanto a nivel individual como colectivo.

En primer lugar, es fundamental trabajar en el aspecto mental de los jugadores. La mentalidad ganadora no solo se refiere a la confianza en las habilidades individuales, sino también a la creencia en el éxito colectivo. Los jugadores deben ser motivados y empoderados para creer en sí mismos y en el potencial del equipo. Esto se logra a través de la implementación de técnicas psicológicas, como la visualización, la afirmación y el establecimiento de metas claras y alcanzables.

Igualmente, es crucial fomentar un ambiente de trabajo en equipo sólido y una cultura de compromiso. Los jugadores deben entender que el éxito no se logra de manera aislada, sino a través del esfuerzo conjunto y la colaboración. Esto implica promover la comunicación fluida, la empatía y el respeto mutuo dentro del grupo. Los jugadores deben sentirse valorados y apoyados por sus compañeros y el cuerpo técnico.

Asimismo, es necesario volver a enfocarse en los valores y principios que hicieron del equipo del pueblo un referente en el fútbol venezolano. El espíritu de lucha, la entrega y la pasión deben ser revitalizados. Esto se logra a través de la implementación de entrenamientos intensos y exigentes, que promuevan la superación personal y el compromiso con el equipo. Los jugadores deben entender que cada partido es una oportunidad para demostrar su determinación y amor por el juego.

Por otro lado, el cuerpo técnico desempeña un papel fundamental en el proceso de recuperación de la mentalidad ganadora. Además de tener una comprensión profunda del juego, deben ser líderes inspiradores y motivadores. Deben ser capaces de transmitir su visión y pasión por el fútbol, generando un ambiente de entusiasmo y confianza. Asimismo, deben tener la capacidad de adaptarse y ajustar las estrategias según las necesidades y circunstancias del equipo.

Es importante destacar que este proceso de recuperación de la mentalidad ganadora no será fácil ni rápido. Requiere tiempo, paciencia y dedicación por parte de todos los involucrados, desde los jugadores hasta el cuerpo técnico, la directiva y todos los actores o factores involucrados. Se necesitará un compromiso total y un enfoque constante en el objetivo de restaurar la grandeza y el prestigio del equipo.

“¡Al final el Inmaculado Corazón de la Virgen María triunfará!”

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Pedro Morales. Proyecto “Salve María Auxiliadora, economía de la salvación y de la felicidad verdadera”. Postulante a Rector de la Universidad Nacional Experimental del Táchira. (UNET) [email protected]  X: @tipsaldia / Instagram: @tipseconomic  / WhatsApp: +58-416-8735028

 


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