OPINIÓN

Mi profe Rosa, una polémica (des)comunal y los DD HH

por Ambiente: situación y retos Ambiente: situación y retos

Por Dr. Pablo Kaplún Hirsz

Portada libro. Rosa M. Estaba: La construcción de un territorio; Venezuela 1500-2003

En estos días se presentó desde Caracas y por videoconferencia, el libro de mi profesora Rosa Estaba La construcción de un territorio; Venezuela 1500-2003, cuyo objetivo es, en palabras de la autora:  “Más allá de sensibilizar en torno a la defensa de nuestro patrimonio geográfico, tan indispensable a la vida en cualquiera de los tiempos, sobre todo en los de globalización, estimo imperativo ofrecer ‘pistas’ para futuras propuestas de transformación a nivel nacional, regional y local, fundadas en la detección y activación de redes socioterritoriales, las redes que se establecen entre las personas que comparten y se identifican con un territorio”[1].

Yo le digo mi profe a Rosa porque efectivamente me dio 2 largos y productivos semestres de Talleres de Geografía Regional de Venezuela, allá por los años 1983 y 1984. Sus clases eran la invitación permanente a la disidencia y la discrepancia; en aquellos tiempos Rosa tenía bastante de marxista, pero la libertad de expresión era tal en su cátedra que, sin saberlo, recibíamos lecciones de democracia… de democracia liberal, representativa y participativa (la última vista como utopía pero vivida en chiquito, a nivel de salón de clase), resultaba toda una escuela emocionante, comparable, dentro de lo poco fogueado que era uno para entonces, una especie de proceso de enseñanza – aprendizaje socrático.

Rosa, junto a su inseparable Ludmila Gallegos (QEPD), transmitía pasión, tanto que ninguno de mis compañeros dudaba en reconocer que sus clases eran fascinantes. En nuestros talleres se habló bastante de la imperiosa necesidad de reformar el Estado puntofijista, imaginando uno alterno (con reforma constitucional profunda), el cual quedó recogido con bastante fidelidad por la Comisión para la Reforma del Estado (Copre), en la que Rosa participó.

Uno de los temas que apasionaba (y apasiona) a Rosa es la construcción de una red de ciudades grandes e intermedias, sus áreas de influencia y cómo ello afectaba la geografía político-territorial del país. Eso es parte de lo que ella llama ”el patrimonio geográfico de los venezolanos”. La crítica a la realidad del país de los años ochenta por parte de Rosa era furibunda, que conste esto por favor; nunca aprobó las injusticias que en el país había.

Pero Rosa vio un peligro por venir, y entre muchos escritos que ha sacado está este libro, cuya reseña nos dice:

“En Venezuela, se ha pretendido desmantelar la democracia y controlar a toda la sociedad. No es solo la economía y la propiedad, lo ideológico, lo político y lo policial. También, Venezuela es investigación científica, la cultura, el deporte y la educación, así como los medios de comunicación, las organizaciones civiles y, por consiguiente, las bases materiales del territorio construido”. [Se] invita “a descubrir y cultivar el origen y evolución de las estructuras territoriales y su funcionamiento en redes, aquellas que nacen al fragor de nuestras rutinas en la superficie de la tierra, al habitarla, consumirla o aprovecharla, cuya manifestación palmaria es la diversidad de paisajes que secretamente nos abrazan día a día.(…) En las estructuras territoriales es mucho lo que se modifica y mucho lo que permanece. Por ello se debe repensar la territorialidad a todos los niveles jerárquicos a los cuales pertenecemos: el internacional, el nacional, el regional y el local; otorgando particular interés al territorio urbano o la ciudad, vector estratégico del desarrollo y del trabajo creativo movido por objetivos de interés común”.

El texto, del que se conocieron primeras referencias en 2016 y 2017, vuelve a tener especial vigencia cuando la Asamblea Nacional discute la nueva Ley de Ciudades Comunales. Además, el libro fue objeto de una presentación especial recientemente con apoyo de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat, responsable de la publicación como tal.

La referida Ley antedicha, ha sido concebida, entre otros, por antiguos compañeros de estudio y otros más –si no estrictamente compañeros, gente que llegó a su graduación poco después que yo–  y hoy forman parte destacada del gobierno nacional. Son parte de la llamada corriente “Ecosocialista”.

El proyecto de Ley de Ciudades Comunales indica que la ciudad comunal «es una instancia constituida por iniciativa popular, mediante la agregación de comunas en un ámbito territorial determinado a partir de las dinámicas funcionales y geohistóricas con intereses y valores comunes, donde se ejercen los principios de soberanía y participación protagónica como expresión del Poder Popular, en concordancia con el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación»[2].

Uno de sus impulsores o defensores acalorados es Luis Chirinos, buena persona y fiel amigo, hombre de palabra, no lo dudo. Él intentó hace un tiempo generar una polémica en el gremio de geógrafos; particularmente polemizó con Rosa, pero de parte de algunos colegas, recibió más descalificativos que argumentos. Es que ya es muy difícil para quienes ven ante todo un país hecho pedazos, analizar cómo se lo quiere despedazar más aún. Chirinos es hombre de buenas intenciones, no lo dudo, pero del proyecto de Ley no puedo asegurar lo mismo.

Sigue Tal Cual: “El pasado 20 de octubre, el mandatario venezolano Nicolás Maduro anunció que constituiría la primera ciudad comunal en el actualmente llamado parque Waraira Repano o el cerro Ávila, como se le conocía desde antes de ser declarado parque nacional, en 1958.

Situado al norte de Caracas, el Ávila está a la mitad del tramo central de la cordillera de la costa, segmento que ocupa territorio del estado La Guaira (antes Vargas) y se extiende hacia el este hasta el estado Miranda. Separa el litoral central del valle de la capital. Desde sus alturas se puede observar hacia un lado y en toda su magnitud a Caracas y hacia el otro el mar Caribe. La formación montañosa, con densas zonas boscosas, es el principal pulmón vegetal de Caracas, reservorio de biodiversidad y escudo ambiental de la capital de la república”.

De acuerdo con e proyecto de Ley de Ciudades Comunales que discute la Asamblea Nacional (AN-Parlamento), una ciudad comunal es la articulación de comunas (algunas de las cuales funcionan ya en la zona de Galipán, donde Maduro hizo el anuncio), y aunque él utilizó el verbo «constituir», diversas ONG de derechos humanos y activistas ambientalistas salieron al paso en protesta porque prevén que el parque nacional se verá seriamente afectado por el favorecimiento a los asentamientos urbanos en la zona.

Y es que el hecho de que se hable de una «ciudad» implica el asentamiento de población. La RAE define el término como ‘conjunto de edificios y calles, regidos por un ayuntamiento, cuya población densa y numerosa se dedica por lo común a actividades no agrícolas’, lo que contradice la condición de parque nacional que posee el lugar desde hace 63 años” (..).

“Ahora, detrás de esa articulación de comunas hay todo un entramado político que apunta a la consolidación de un Estado distinto al establecido por la Constitución y es en este aspecto donde puede reposar el deseo del chavismo de ejercer control sobre el cerro que ha inspirado a poetas, músicos y escultores de distintas épocas, pues desde hace años se ha denunciado la llegada a la zona de personas supuestamente vinculadas al gobierno que construyen o remodelan grandes casas para disfrutar del clima y los paisajes”.

En este sentido, es de destacar que las ciudades comunales tienen independencia de los límites geográficos de las ciudades correspondientes a la división político-territorial del país establecida en la Constitución, y también que, al tener que estar en concordancia con el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación obedecen a un modelo político establecido desde el poder central y, por lo tanto, contrario también al Estado Federal Descentralizado que ordena el artículo 1 de la carta magna vigente.

Es por ello que el sistema de consejos comunales, comunas y ciudades comunales apunta a una estructura del Estado distinta a la del ordenamiento jurídico vigente. De hecho, la creación de las ciudades comunales implica la conformación de un parlamento comunal en cada una de ellas, todo esto enmarcado en ese Estado Comunal que el chavismo pretende instaurar en el país.

Como ha explicado la historiadora Margarita López Maya (Socialismo y comunas en Venezuela) la comuna “es una innovación participativa que se crea para fortalecer de manera expresa lo que el gobierno llama el poder popular, un concepto pensado desde una idea de socialismo cercana al a cubana”.

El abogado Juan Raffalli, fundador del Foro Constitucional, ha advertido que en el proyecto de Ley de Ciudades Comunales “no solo está la creación de un poder público no previsto en la Constitución (el Parlamento Comunal) sino que estas instancias se pretenden arrogar competencias de los Poderes Públicos consagrados en la carta magna, además de que crea nuevas entidades político territoriales, lo que también está proscrito”.

La propuesta de reforma constitucional planteada por Hugo Chávez en 2007 estipulaba la creación del poder popular como una nueva estructura del poder público. El proyecto fue rechazado por el pueblo en referéndum, a pesar de lo cual fue retomado en 2010 en un conjunto de leyes del poder popular que aprobó la Asamblea Nacional dominada por el chavismo en 2010.

Entre estas leyes, sancionadas al final del período legislativo 2006-2011 –y luego de haberse elegido una nueva Asamblea Nacional para el período 2011-2016–, figuran: las orgánicas del Poder Comunal, de las Comunas y del Sistema Económica Comunal, así como la Reforma de la Ley Orgánica del Poder Público Municipal, que transformó la Junta Parroquial en una Junta Parroquial Comunal elegida ya no mediante el voto universal, directo y secreto, sino por vía de los Consejos Comunales, la base del sistema del Estado Comunal.

Ciudad comunal o eliminación de instancias intermedias

El arquitecto y profesor de la Universidad Simón Bolívar Enrique Larrañaga aseguró que está claro que las ciudades comunales serán mecanismos de organización de la sociedad para ejercer distintos niveles de control social en una estructura sumamente piramidal que busca concentrar todo el poder en la Presidencia de la República y una camarilla muy cercana.

«El plan es la eliminación de todas las instancias intermedias de organización social y poder con el objetivo de mantener la dicotomía líder-pueblo, que es lo que planteaba (el asesor político argentino) Norberto Ceresole por allá por 1999, la estructura caudillo, ejército, pueblo», indicó Larrañaga.

Argumentó que, cuando se lee el proyecto de Ley de Ciudades Comunales, no hay nada que tenga que ver con cómo son concebidas las ciudades ni cómo funcionan, se construyen, se organizan y quién garantiza la provisión de servicios, sino que es un modelo de Estado, y no uno físico, urbano.

«Se podría constituir una ciudad comunal en estos términos, la organización de los comuneros en consejos comunales que generen esa organización que se ha dado en llamar ciudad comunal. Desde ese punto de vista es coherente que se hable de constituir y no de construir, porque no necesariamente se estaría sugiriendo ampliar la cantidad de habitantes o la extensión física de Galipán sino organizarlo con este otro modelo que tiene que ver con consejos comunales, organizaciones como jefe de cuadra, jefe de calle, algo muy parecido a los CDR cubanos y que lo que procuran es ser la base para eliminar todas las instancias intermedias, juntas parroquiales, concejos municipales, gobernaciones y asambleas legislativas», detalló el arquitecto.

En su opinión, a estas nuevas instancias se podrá llegar a través de las ZODI (Zonas de Defensa Integral) que están a cargo de militares; así que son un concepto militar de organización del territorio”.

No es un concepto social ni geográfico ni ambiental ni productivo, sino militar, de defensa, que creo que posiblemente tiene la ‘ventaja’ de que toca un punto muy sensible porque a cualquier caraqueño al que le digan que van a tocar el Ávila reacciona inmediatamente”.

No cree Larrañaga que el anuncio signifique que vaya a pasarse a construir viviendas masivamente en el Ávila, y esto debido al andamiaje legal que ampara al parque y por el nuevo escándalo internacional que una medida semejante ocasionaría.

«Para construir una nueva ciudad habría que quitarle la designación de parque nacional y, más allá de la resistencia que eso pudiera generar localmente, sería otro punto más que resolver a escala internacional. Saltarían todas las organizaciones dedicadas a defensa del ambiente e iría en total contravía a lo aprobado recientemente en Glasgow (Cumbre del G20), donde se habló de parar las desforestaciones y acometer las reforestaciones. A mí me daría la sensación de que es un camino que, al menos en este momento, al gobierno no le convendría explorar porque sería crear mayor irritación internacional. Aunque, uno nunca sabe…», advirtió el docente. El geógrafo Jorge Padrón advierte: “Con lo de lo comunal, entramos en el terreno de lo imaginario, quizás quieran involucrar a las comunidades y le den algún respaldo, aunque en Galipán hay mucha gente consciente de que no va a caer en esa trampa. Quieren quedarse con las viviendas y convertirlas en casotas de fin de semana para construir o hacer remodelaciones, meterse en parcelas donde había siembras», argumentó”.

Me importa resaltar lo dicho por Padrón: en el imaginario romántico o tal vez de entusiasmo iniciático del marxismo, estuvo la idea de las comunas, como la de París de 1871. Pero una cosa era el marxismo cuando Marx estaba vivo y otra con el fundador fallecido y cuestionado también gran parte de su legado tras la caía del muro de Berlín.

Seguir siendo marxista no es un pecado. Si el propio Marx creía que en su modelo más allá de no poder demostrar su funcionamiento; al final lo que en gran medida fue un hombre de fe y quien escribe también lo es. Marx (en su particular tiempo), Rosa y tantos  otros luchamos en el hoy (sean o no marxistas, yo no lo soy) y creemos que el mundo puede ser más justo, humano y –desde hace un tiempo– a bastantes en el mundo amplio de la izquierda también creemos que puede y debe ser sostenible. Marx fue el rebelde ante el orden establecido, pero nunca se pudo saber qué pensaría del orden establecido en nombre de él, pasa muy parecido con quienes se arrogan la herencia del cantautor Alí Primera.

Rosa y una descentralización delineada, medio implementada y un sueño que se nos fue: ¿lo veremos?

La Dra. Rosa Estaba en su libro, entre otras afirmaciones y reflexiones destaca:

“A finales de los (…) años noventa, desde la trujillana ciudad de Valera, el profesor Francisco González registraba que si bien todavía eran muchos los estados con predominio del clientelismo y los vicios los cuales se quieren combatir, el país cuenta con una muestra amplia y variada sobre cómo gestionar servicios públicos que funcionen: ‘Ya existen escuelas oficiales donde uno se encuentra con procesos de calidad. Escuelas hermosas, aulas bien dotadas de recursos para el aprendizaje, maestros activos, niños contentos. Son las escuelas integrales de Mérida, o las solidarias de Aragua, o las activas de Bolívar, o las participativas del Zulia o las escuelas Modelo de Trujillo. Todas iniciativas tomadas desde los gobiernos estadales (…) Existen hospitales públicos que funcionan adecuadamente. Y sistemas de salud bien gerenciados. En Lara existen experiencias muy importantes que ponen en manos de la comunidad organizada servicios odontológicos. En Falcón se municipalizaron los servicios de salud y funcionan mucho mejor. Todas estas son iniciativas desde los estados. Puertos que funcionan, salinas que antes daban pérdidas y ahora producen, aeropuertos seguros y cómodos, carreteras bien mantenidas, agricultores productivos gracias al crédito oportuno y barato, pequeños y medianos empresarios que reciben asistencia técnica y crediticia, casas bien hechas para la gente pobre, servicios educativos y de salud bien administrados con participación municipal, centros de calidad para la atención al menor y a los ancianos”

Son hechos concretos que representan ejemplos creativos (…) diversos y heterogéneos ejemplos sobre la manera como se pueden administrar servicios públicos de manera eficaz y eficiente”.

“En el caso del municipio, la importancia del acercamiento y la proximidad del ciudadano hacia su gobierno local es comprendida por gran parte de la sociedad y de las mismas autoridades locales electas, quienes juzgan que: “…la política de descentralización en Venezuela (…) ha sido útil para fomentar la autonomía financiera del gobierno local, aunque esta autonomía se restringe a municipios donde los recursos económicos no son escasos y el desarrollo humano es alto (…) tanto alcaldes como ciudadanos en general y usuarios de los servicios que prestan las alcaldías poseen una opinión positiva hacia la política de descentralización…”. En pocas palabras: la descentralización, durante unos cortos años fue en serio en Venezuela.

La pregunta que queda en el aire es si ese sueño el cual vivimos durante esos cortos años lo veremos recuperado para el país….difícil respuesta, el libro que estamos comentando fue hecho por académicos, científicos, no por adivinos, pero eso sí, que conste, la nación  de la que se habla como modelo no es muy distinto  al previsto por la Constitución Bolivariana de Venezuela, uno de cuyos corredactores interviene en la elaboración de este artículo.

El sueño perdido y el 10 y 11 de diciembre.

Cuando este artículo se lea, se habrá conmemorado el Día Internacional de los Derechos Humanos. No vamos a volver a relatar hoy el drama nacional en este aspecto, solo haremos campaña a favor de los que, reconociendo el gigantesco drama de hoy, luchan por el ambiente en el país, en estos días en particular procuran dar impulso a la consagración legal internacional del término ecocidio. https://stopecocidio.org/unete y en Venezuela se procura que tenga ello consecuencias nacionales prácticas, como es la punibilidad internacional de los delitos ambientales cometidos en el país. En ello está, entre otros la ONG “Clima 21”. Esta ONG se dedicóp con fuerza esta semana a ello.

Por otro lado, el sábado 11 de diciembre se conmemoraron 34 años de la creación de la ONG venezolana Geografía Viva ─hoy bien vigorosa─, aniversario que, creemos, Rosa Estaba mira con simpatía: en aquel año de 1987 un grupo de estudiantes de Geografía de la UCV fundaba esa asociación; teníamos varias cosas en común, entre ella todos haber sido alumnos de Rosa…¿el sueño realmente se ha perdido?

 

[1] Estaba, Rosa M, La construcción de un territorio; Venezuela 1500-2003, p.8.

[2] Tomado los siguientes párrafos de Tal Cual digitalJosè Luis Carrillo, Nov, 14/2021“La ciudad comunal enEl Ávila es parte un ensayo político y parte protección de nuevos ricos”https://talcualdigital.com/ciudad-comunal-en-el-avila-es-parte-ensayo-politico-y-parte-proteccion-de-nuevos-ricos/