Por Dr. Pablo Kaplún Hirsz, Geografía Viva
En estos días salieron varias notas públicas, luego que, el pasado 9 de noviembre, falleciera Maritza Pulido, una de las baluartes del ecologismo venezolano y, muy especialmente, de la Educación Ambiental.
Para generaciones de venezolanos (de miles de personas estamos hablando) tal nombre, aunque no necesariamente significaba una cara concreta, sí está asociado a un despertar y una risa, porque fue por los “Juegos Ecológicos” -esa increíblemente grande batería de juegos no competitivos educativos- por los que chamos y chamas de este país gozaron un puyero y se enamoraron de la naturaleza y de nuestros parques nacionales. Esto fue así por décadas.
Un día unos tipos que tenían mucho de autoritarismo pero carecían de toda autoridad, creyeron que echando a ella de Inparques, y a los planes vacacionales Juegos Ecológicos de los Parques Nacionales, iban a lograr acabar con la alegría y con el amor por los Parques. Definitivamente para algunos la risa y la protección de la naturaleza son peligrosos enemigos.
Pero se equivocaron, la risa se fue para otro lado y la cruzada por el amor por la naturaleza siguió, ahora con cara de “uesebista”, Maritza agarró sus macundales y se fue a hacer reír y enamorar con la misma entereza y convicción a la Universidad Simón Bolívar de Caracas y entonces la idea solo cambió un poco su nombre: “Ecorutas”.
Maritza y un gran amigo mío, que muy seguido escribe en estas páginas, fundaron juntos y surcaron todo el país con una misma idea: para aprender a amarla naturaleza lo mejor es hacerlo jungando. Consecuente nombre le pusieron a una fundación emblemática del ambientalismo venezolano: “Ecojuegos”. Yo, un día, conocí a través de Alejandro Álvarez a la “Educación Ambiental Efectiva”. En 1984, creo que fue. Me enamoré y reí tanto con esa idea que solo supe con el tiempo cambiarle una letra a aquella estrategia, y me puse a trabajar por la Educación Ambiental Afectiva.
Hoy, ya han escrito muchos sobre la partida de la querible Maritza, hablé con mi amigo, ese mismo que me enseñó a cuajarme ambientalmente de risa y compruebo que sigue triste, no puede hoy aportar en un intento propuesto inicialmente para escribir juntos unas líneas sobre Maritza; me confesó que aún no sale de su tristeza, a la distancia lo entiendo. El artículo de hoy no es siquiera un adecuado réquiem para tal gigante que partió, pero no quería dejar pasar el momento de decir, GRACIAS MARITZA, y recoger algunas expresiones que vi en las redes y me dejaron la certeza que partió ella, más no su huella, por más que unos autoritarios no quieran, la risa y el amor por la naturaleza seguirán juntas. Dejo abajo las frases que recogí en las redes…
Facebook Carlos Enrique Romero Rivas Maravillosa persona que dejó huella en todos los que tuvimos la oportunidad de conocerla, de Trabajar y Aprender con ella. Gracias por Todo lo que dejaste como parte de un Legado para Futuras Generaciones, una pérdida sentida por toda la Familia del Programa «Juegos Ecológicos en los Parques» Vuela alto Maritza
Maritza se nos fué hoy. Entrañable hermana a quien siempre recordaré. Fue un ser maravilloso, sensible y enseñó a muchos a amar el planeta y la naturaleza…
Maritza Pulido S. ha llevado por toda Venezuela su didáctica de la naturaleza enseñando a hacer Juegos Ecológicos en parques para divertir y aprender.
Aquí 👇 un volante de una de las veces que llevó su entusiasmo y sabiduría a Maracaibo.#MaritzaPulido#juegosEcológicos pic.twitter.com/WYETVApL19— sergio antillano a. (@sergioantillano) November 4, 2020
Alejandro Moreno @alemofotografia
Hay gente que un día tiene una idea, y años después esa idea define el estilo de vida, la personalidad y el destino de varias generaciones. Me estoy refiriendo a Maritza Pulido, y en este hilo cómo su legado vive en mí y en decenas de amigos que he hecho en la vida.
“Nunca conocí a Maritza personalmente, pero sí a muchos que sí tuvieron ese honor. Ella creó hace varias décadas un programa de educación ambiental llamado Juegos Ecológicos en Inparques
“Los JE funcionaban en vacaciones, pero era MUCHO más que un plan vacacional.
Desde los 5 hasta los 16 años, niños y jóvenes aprendimos TANTO sobre la naturaleza y los valores ambientales y cívicos que de alguna forma moldearon nuestra personalidad.
Todo esto lo aprendimos JUGANDO. A esa edad uno iba por la jodedera, para hacer amiguitos nuevos e ir a los parques y zoológicos, pero ya de adulto (y como biólogo) analizando de dónde aprendí muchas cosas, me di cuenta de que provienen de JE.
También muchas conductas mías.
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