Por Sociedad Homo et Natura
En el estado Zulia, luego de la muerte del presidente Chávez, el abandono gubernamental se acentuó, y hoy ya es público y notorio el deterioro económico y social de los pueblos y comunidades indígenas en los municipios perijaneros de Machiques y la Villa del Rosario.
El deterioro de la calidad de vida es alarmante en materia de salud, vialidad e infraestructura, atención agrícola y pecuaria, educación, vivienda y, sobre todo, la seguridad y la protección policial, más cuando es una zona fronteriza de máxima complejidad. Dada la violencia estructural centenaria, sus secuelas hoy hacen estragos al interior y en el contexto de los asentamientos humanos indígenas y criollos vecinos, así como en sus hábitats y en la naturaleza manifestadas por cuencas de ríos.
Las comunidades yukpa en general, y las del Yaza, Chaktapa y Kuse, donde viven los hijos de Sabino[1] y de Carmen, en particular, son víctimas de crímenes sistemáticos que cuentan con la acción u omisión de los órganos policiales y de justicia.
Esta circunstancia debe ser observada con detenimiento y analizada con mucha dedicación con la Constitución y las leyes sobre la mesa. El delicado asunto amerita una política integral que estipule una planificación interinstitucional a corto y mediano plazo que conlleve a conformar una frontera de paz y convivencia.
Dada la complejidad de esta zona fronteriza, estas comunidades amerindias caribes, por si solas no tienen a estas alturas, las maneras de salir de esta violencia envolvente y estructural, construida en más de un siglo. Para más, en estos días, la época de lluvias, acentuadas en todo el territorio nacional, agravan la extremadamente precaria situación local.
El llamado es al Estado, en especial a la Defensoría del Pueblo, al MINPPI, a la AN, al Ministerio de Frontera, a la Gobernación del Zulia, entre otras instancias gubernamentales, universidades, e instituciones y sociedad civil criolla, así como a las comunidades indígenas yukpa, a sentarse para abordar con un papel de trabajo, punto de arranque para una salida a esta violencia. Sugerimos comenzar de manera inicial con las comunidades ubicadas en la zona del Yaza.
Despartidizar al menos uno de los grandes problemas
Sí, lo dicho en el intertítulo. Nuestro pueblo muere de mengua sin que ni oficialismo ni oposición logren hilvanar aguja con dedal. Si bien es cierto, el oficialismo ha devenido en un autoritarismo extremo, no es menos cierto, que la oposición no logra una agenda para salirse de su propio laberinto, y en medio de ello, la población venezolana –y la indígena en particular– queda literalmente diezmada, sin opción a la vista para cambiar la cada vez más crítica situación nacional. Al final, todo esto resultará un terrible bumerán para todos. Países vecinos y otros no tan cercanos terminarán por optar por la peor de las soluciones, la militarista extrema. Mirar el país desde la frontera zuliana es entender que la violencia solo conoce un absoluto y permanente ascenso. Guerrillas, “paracos”, narcos y militares corruptos de lado y lado convergen en un espacio vuelto tierra de nadie, donde los yukpa al final son los que ponen la mayoría de los muertos y, en cambio, hacen su agosto cada uno de los bandos de esta sorda disputa territorial salvaje, léase bien esta última palabra, ya que de indígenas se habla.
¿Ninguno de los políticos nacionales entiende que la sangre yukpa además de ser de por sí una carga de dolor y destrucción de nuestros hermanos es sinónimo de anuncio que la desaparición definitiva de Venezuela va ganando terreno cada vez mayor, tal como pasa con el Arco Minero en el otro extremo del país?
Si lograron ponerse de acuerdo una vez –una única vez– para que la ayuda humanitaria canalizada por la ONU entrara al país, ¿no sería hora de plantearse que otras pequeñas áreas pueden asumirse también de un modo despartidizado? Al fin y al cabo, estamos hablando de un pequeño territorio, ¿podríamos despartidizando el problema de los yukpa, empezar a encontrar soluciones para alguna porción del suelo patrio? Las comunidades yukpa de la zona del Yasa ya han conversado sobre esto, si tantas veces han puesto los muertos, claro que están dispuestos a, por primera vez, hablar en serio de paz… son gente que sabe cumplir su palabra.
[1] Sabino Romero, legendario heroico cacique yukpa, asesinado vilmente el 3 de marzo de 2013, en momentos que poca gente lo notó pues el país quedaba estupefacto por la noticia de la muerte de Chávez, anunciada dos días después.
Nota de duelo
El equipo de Geografía Viva manifesta su duelo por la partida de la gran Maritza Pulido, cofundadora de la ONG Ecojuegos y que impulsó durante décadas los Juegos Ecológicos en los Parques Nacionales venezolanos. Una de esas personas imprescindibles de la educación ambiental venezolana, paz a sus restos, nuestras sentidas condolencias a sus familiares.
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