A través de nuestra vida como pilotos, sobre todo en nuestros inicios, cuando no tenemos experiencia alguna y nos toca como alumnos nuestros primeros vuelos solos, el enfrentar un vuelo con mal tiempo, o un cúmulo de aves volando dentro del área de nuestra aproximación final, es cuando afloran nuestros más íntimos temores, pero en nuestro subconsciente es así como aprendemos a valorar y contar con personas que no están sentados a nuestro lado como los instructores de vuelo. Son aquellas personas que no tienen una cara visible, solo una voz en la radio, que con el tiempo se nos vuelven conocidos, familiares y hasta tranquilizadores. Son aquellas voces que nos autorizan a proceder a una pista determinada, entrar en la cabecera de ella y decolar, proceder a un punto en el espacio aéreo, hacer un viraje o cambio de rumbo para interceptar un radial, así mismo cambiar de nivel cuando estamos metidos en vuelos instrumentales con visibilidad reducida a los mínimos o con muchos tráficos en el área, estas voces que nos ayudan y tranquilizan con precisas instrucciones, muchas veces sin un rostro conocido son los controladores de tráfico aéreo o ATC.
La mayoría de ellos son unos enamorados de la aviación, que por diferentes razones no pudieron encaminar su vida como pilotos, pero saben tanto o más de aviación, que muchos de nosotros y disfrutan del poder convivir entre pilotos, mecánicos y otros controladores.
Es por esto por lo que, en este artículo, le cedo el espacio a una colega, capitán María del Mar Dosil, para que brevemente nos hable del triste caso del controlador aéreo, ATC Guillermo “Memo” González.
“Conocí a Guillermo, Memo, cuando tenía 23 años … Sus palabras tan claras y precisas al mando como ATC en Maiquetía: ‘Capitán autorizado Torre de Control …’, personalizando su saludo, completándolos con algunos directos a mi destino. Sí, solo 23 años con una tierna mirada verde claro, flaco y erguido, este venezolano, bilingüe, un deportista destacado en tiro al blanco con premios, medallas y trofeos que lo distinguían en su corta edad, un soñador que ama la aviación. Y así coincidimos en un grupo de fotógrafos aficionados del mundo de la aviación, allí como spotter se hizo notas también entre más de un chico y la única pasión en común de todos los que estamos, son los aviones.
«Un día de tantos días de guardias interminables en la torre de control con un mísero sueldo y una inmensa responsabilidad, Memo recibió una propuesta para delinquir, y al negarse y denunciar lo sucedido a sus superiores, un par de meses después los de la DGCIM se lo llevaron a dar declaración y de eso hace 2 años. Memo aún no ha regresado a casa.
«El ATC Guillermo González “Memo” con 23 años fue llevado a calabozo y a sus 25 todavía no tienen idea de cuál será su proceso legal.
«No le permitieron visitas ni en Navidad ni en Año Nuevo, mucho menos que su familia le pudiera pasar una comida digna en estas fechas, su menú principal de todos los días es pasta con lentejas.
@mar_dosil_pilot
Es así como la vida de un joven prometedor se destruye, solo por haber puesto una denuncia contra los intereses de algún poderoso enemigo.
No te quedes callado, hagamos algo en favor de Memo denunciando el atropello a los derechos humanos de este joven ejemplar, honesto y trabajador.
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