Por allí hay un dicho que dice «La realidad es una interpretación» y puede ser ilustrado a través del ejemplo del vaso que contiene agua hasta la mitad: unos dirán que está medio lleno y otros dirán que está medio vacio.
En el portal de Conindustria y en un artículo fechado el 3 de septiembre, nos fueron dados a conocer algunos resultados de la Encuesta de Coyuntura Industrial correspondiente al segundo trimestre de este año 2020. El artículo lleva por título «Industrias de sectores no priorizados operan a un máximo de 16% de su capacidad instalada» y viene firmado por Amanda Gómez, la gerente de Comunicación e Imagen de Conindustria. Adicionalmente y en el portal, está disponible la mencionada encuesta.
Si bien las encuestas de coyuntura de Conindustria dan para hablar largo y tendido sobre la situación venezolana vista esta a través de los ojos de sus industriales, en esta oportunidad quiero, en primer lugar, hacer un comentario sobre las cifras de la encuesta misma y en segundo lugar, quiero referirme a dos indicadores que, en tiempos recientes, se colocan al final de cada encuesta: el Índice de Confianza Industrial (ICI) y el Índice de Expectativas Empresariales (IEE).
Las encuestas de Conindustria hay que verlas en perspectiva. Cuando uno revisa la encuesta de coyuntura correspondiente al segundo trimestre de 2019, comparada con el mismo trimestre pero de 2018, un alto porcentaje de los encuestados percibieron que la situación económica actual del país estaba mucho peor (65%) o peor (26%). Un año después, en la encuesta de coyuntura correspondiente al segundo trimestre de 2020, comparada con el mismo trimestre pero de 2019, un alto porcentaje de los encuestados percibieron que la situación económica actual del país esta mucho peor (56%) o peor (37%). ¿Percibe el lector los cambios?
Cuando se revisan las mismas dos encuestas pero referidas a la situación del país en los próximos 12 meses (expectativas), la del segundo trimestre de 2019 arrojó que un alto porcentaje de los encuestados esperaban que la situación económica futura del país estaría mucho peor (65%), peor (30%) e igual (5%). Un año después, la encuestra del segundo trimestre de 2020 arroja que el también alto porcentaje de los encuestados espera que la situación económica futura del país esté mucho peor (42%), peor (37%) e igual (17%). Otra vez, ¿percibe el lector los cambios?
Considerando que según la ficha de aspectos metodológicos de la encuesta, el error admisible es no mayor de 10%, con un nivel de confianza de 90% y volviendo al vaso con agua hasta la mitad, surge la pregunta: ¿están nuestros industriales más optimistas o menos pesimistas? Para responderla veamos entonces los índices ICI e IEE.
El Índice de Confianza Industrial mide las percepciones que tienen los industriales en cuanto al comportamiento de las ventas, producción e inventarios en sus empresas, indicando así las probabilidades existentes de que decidan aumentar o no su inversión en recursos productivos en el corto plazo.
Por su parte, el Índice de Expectativas Empresariales es el resultado del promedio ponderado (Índice Likert) de las respuestas a tres preguntas básicas presentes en la encuesta cualitativa de coyuntura industrial de Conindustria, tales respuestas representan las expectativas de los industriales en tres niveles de análisis de general a particular, el país o la economía en general, el sector industrial al que se dedica la empresa, y la empresa como unidad de actividad económica.
La transposición de las cifras de la encuesta a una hoja Excel, su graficación y la inspección visual, de cada serie de tiempo así como las regresiones lineales de las últimas 10 observaciones de ambos índices (las reportadas en la encuesta del segundo trimestre de 2020) revela marcadas diferencias entre los 2 índices mencionados. Habría que destacar primero que ambos exhiben cifras negativas. Sin embargo, el ICI exhibe una pendiente moderadamente positiva (la confianza es cada vez menos negativa) con un coeficiente de determinación (R2) de 0,70, mientras que el IEE luce estancado y con un muy bajo coeficiente de determinación (R2) e igual a 0,05. Lo anterior quiere decir que el ICI viene mejorando, no así el IEE.
Viendo el vaso medio lleno, una conjetura optimista que puedo esgrimir para explicar las diferencias entre el ICI y el IEE es que, para nuestros industriales, el corto plazo «intrapandémico» luce mejor expectado que el mediano y largo plazo. Más allá de un cambio de condiciones (mediano y largo plazo) lo que la encuesta recoge es que aún inmersos en una situación compleja, se perciben oportunidades de reactivación y de recuperación.
La bondad de tal conjetura es que permite explicar las propuestas del presidente de Conindustria, Adán Celis, de reabrir la industria en 100%, bajo estrictos protocolos de bioseguridad por parte del sector privado y del gobierno y la urgente revisión de las disposiciones que exoneran de aranceles a los productos importados, la liberación del encaje legal para que las empresas puedan acceder a financiamientos que les permitan reactivarse, así como una revisión del impacto del cobro de impuestos y otras disposiciones fiscales que van en detrimento de la producción nacional.
Sin embargo, tales propuestas son un tanto ingenuas, ello en virtud de que no dicen nada sobre la demanda o el consumo. La misma encuesta del segundo trimestre de 2020, en su página 28 de 40, continúa afirmando que el principal problema que afecta el desempeño de la empresa es el bajo nivel de ventas.
En la situación actual de nuestra destruída Venezuela, depresión económica, hiperinflación, pandemia y otros males que ustedes conocen muy bien y en mi interpretación de la realidad, las propuestas de reactivación tienen que ser integrales. Poco o nada hará la industria, así el gobierno le elimine las restricciones mencionadas que afectan su reactivación, si el consumo prosigue como está: deprimido.
Entonces señores de Conindustria, ¿Cómo reactivamos el consumo?, ¿acaso lo del consumo corre por cuenta de otros?, ¿o es que se les olvidó que es el principal problema que ustedes mismos reportan tener?
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