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Las mulas de la independencia de Venezuela

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Sigo insistiendo en que cuando se realizan investigaciones históricas, uno siempre se encuentra con informaciones interesantes que en muchas ocasiones no tienen que ver nada con lo que uno anda indagando, pero que se dejan anotadas para una posterior profundización de lo hallado.

En esta ocasión, vamos a comentar algo que tuvo que ver con el proceso de la guerra de independencia en Venezuela, pues comúnmente se habla de las batallas y personajes a modo de epopeyas que ya parecen unas letanías y se deja por fuera aspectos muy interesantes que definitivamente fueron fundamentales para haber podido llegar a la meta.

Uno de ellos es el relacionado con el suministro de los materiales necesarios para poder desarrollar una guerra, porque el llamado “Ejército Libertador” no obtuvo sus implementos por obra y gracia del Espíritu Santo, sino que se debió a una logística bien coordinada que requirió de los servicios de gente bien organizada y que administraba correctamente todo aquello que entregaba y recibía para poder darle auxilio a las tropas republicanas.

Por ello, cuando uno lee las actas del (Consejo del Gobierno de Angostura) nos damos cuenta de cómo fue que los “patriotas” pudieron ir cubriendo sus necesidades al respecto y es allí donde Inglaterra y algunos de sus súbditos desempeñaron un papel primordial en esa tarea, la cual efectivamente fue una actividad comercial de la cual vamos a plasmar los siguientes datos:

1-El 24 de abril de 1818 el Consejo del Gobierno de Angostura acuerda pagarle al señor Guillermo Anderson la cantidad de 2.385 pesos representados en 53 mulas (a 45 pesos cada una), como pago por la cantidad de 3.170 libras de pólvora (1.437.8 kg). Es decir, que estamos hablando de casi una tonelada y media de pólvora. Y de ese lote se le enviaron al general Bermúdez la cantidad de 970 libras.

2-Gracias a las diligencias del señor Luis López Méndez (uno de los representantes de la Junta Suprema de Caracas) son enviados a Venezuela, en el bergantín “Hunter”, los siguientes implementos:

1.000 chaquetas de infantería, 1.000 calzones de Cotonia, 1.000 camisas, 1.000 corbatines, 500 pares de zapatos, 50 pares de botas, 1.000 gorras de infantería, 200 pares de botines y 1.000 cartucheras, portabayonetas y portafusiles. Para el pago de este cargamento el general Francisco Antonio Zea y el general de brigada Tomás Montilla autorizan cancelar dicha deuda con 600 mulas.

3-Se autoriza la compra del bergantín «Fortunatus» al señor James Winton con la entrega de 200 mulas a un valor de 19,27 pesos cada una, lo cual representaban 3.854 pesos y además comprar al señor Francisco de Paula Navas la cantidad de 44.000 piedras de chispa a un valor de 6 pesos el millar, lo cual representaba un valor de 264.000 pesos y que serían pagados con mulas a un precio de 45 pesos cada una, lo cual se traduce en 5.866 mulas.

4-El 6 de mayo de 1818 el general Francisco Zea, presidente interino y el general Tomás Montilla autorizan comprar al señor Cipriany la cantidad de 100 libras de pólvora a 12 reales y 12 trabucos a 12 pesos cada uno.

5-Se resolvieron varios asuntos con los ingleses enviados a Venezuela en cuanto a que hubo una revisión del contrato firmado por el Sr. Luis López Méndez sobre el llamado socorro pecuniario que solicitaban los oficiales ingleses, por lo que se acordó entregarles 10 pesos a cada uno de ellos. También se atiende el pedimento del coronel Hippisley, quien solicitaba los siguientes artículos: 6 pares de botas, 6 pares de espuelas, zapatos, calzones de Cotonia, camisas, cartucheras y maletillas.

7-El general Soublete solicita al gobierno de Angostura que le envíen 2 arrobas de brea, estopas y 20 calderos de hierro para la marina y hospitales del Apure.

De estos datos que se han revisado hay que comentra dos cosas: La primera es que al leer las cantidades de material solicitado y recibido, los «patriotas» adquirieron cantidades importantes de material bélico y la segunda es el papel tan importante que tuvieron las «mulas» como forma de pago y que es verdaderamente impresionante ver las cantidades de animales que se entregaron para cubrir los gastos. Nos imaginamos que dado el alto número de animales entregados, este híbrido debe haber quedado a punto de la inexistencia en aquellos tiempos cuando el embarazo de una yegua dura entre 330 y 345 días.

Bibliografía:

Boletín del Archivo Nacional (Septiembre y Octubre de 1927). Gobierno de Angostura, Actas del Consejo de Gobierno de Angostura. Boletín del Archivo Nacional, Tomo VI,  (24), Pag. 315-320. https://www.google.co.ve/books

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