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Por Luis Alfonso Sandia Rondón¹

En Venezuela, cada 30 de mayo se celebra el Día del Geógrafo, profesión que en el país ejercen los egresados de las escuelas de geografía de la Universidad de Los Andes, fundada el 27 de junio de 1964, y de la Escuela de Geografía de la Universidad Central de Venezuela, fundada el 8 de octubre de 1956. Aunque la ULA confiere el título de Geógrafo y la UCV el de Licenciado en Geografía, ambos profesionales se dedican a la geografía aplicada, a la práctica de la profesión del geógrafo como investigador y especialista  del territorio y los fenómenos físico naturales, sociales, económicos y culturales que en ellos tienen lugar.

Hablar de la geografía es hablar de una ciencia viva, activa y de importancia fundamental para el hombre y su entorno, dado que su campo de estudio ha estado unido a la historia humana, pues aborda las relaciones del hombre y de sus actividades, con la naturaleza y el contexto geográfico, espacial y territorial en el cual se emplazan esas actividades. Es decir, la geografía tiene que ver prácticamente con todas las actividades humanas asociadas con el desarrollo y con el bienestar del hombre y la sociedad, lo que ha marcado la evolución de su historia social, económica y cultural en un contexto natural, bio-geo-físico y ecosistémico. El hombre y la sociedad, al tiempo que se han adaptado a las condiciones propias de cada espacio geográfico, lo han interviniendo para usarlo, obteniendo de él recursos y servicios, dándole en consecuencia contextualización, valorización, identidad y significado.

Mediante su evolución y desarrollo, el hombre, reconociendo las condiciones propias de los espacios geográficos, los ha intervenido y transformado generando en la mayoría de los casos escenarios de armonía entre el paisaje natural y la impronta humana, lo que enriquece esos entornos con usos e infraestructuras como la agricultura, los pueblos y ciudades, monumentos religiosos y obras de arte que revalorizan y caracterizan los territorios. Esto es producto de una complementación entre la oferta de recursos naturales y servicios ambientales, que en cada territorio es distinta y particular, y las necesidades humanas de quienes lo habitan e intervienen, con necesidades e intenciones también propias y particulares de cada lugar.

En esa relación hombre naturaleza, también se han producido a lo largo de la historia alteraciones lesivas de los paisajes, generando territorios afectados por la pérdida de valores patrimoniales de la naturaleza, con afectaciones ambientales a veces no recuperables, lo que ha tenido como producto en muchos casos deterioros, cambios, afectaciones y pérdidas que son objeto de estudio de las ciencias naturales y ambientales, especialmente  a través de estudios ambientales, evaluación de los impactos ambientales y de las características de la huella del hombre sobre el territorio. Con ello se pretende generar alternativas de uso menos dañinas con la naturaleza y cada vez más vinculadas a la sostenibilidad, ese enfoque que desde finales de la década de 1980 se promueve para alcanzar mayor armonía y equilibrio entre los intereses de satisfacer las necesidades básicas de los seres humanos, y garantizar la preservación y recuperación de los recursos naturales y del ambiente en general. Esto permitirá un mejor ambiente para las generaciones actuales y futuras.

En los escenarios actuales, donde los impactos ambientales de las acciones humanas se incrementan cada vez más, la geografía cobra también gran importancia, porque las causas de los problemas y los impactos ambientales derivados, tanto físico naturales, como sociales y culturales, tienen un emplazamiento, una ubicación en el territorio, y tienen un contexto social, político, socioeconómico, cultural, tecnológico, y científico, que es objeto natural de estudio de la geografía.

Desde la geografía, por ejemplo, se pueden estudiar y ofrecer lineamientos de acción  frente a las implicaciones en la salud debidas a fenómenos geográficos y espaciales, dado que la geografía permite conocer dónde y cuándo se presentan los factores de riesgo que potencian el desarrollo de alguna enfermedad asociada con elementos de carácter físico natural como las enfermedades hídricas y las debidas a vectores que tienen hábitats con condiciones específicas para su desarrollo y afectación a la salud. En materia de gestión de riegos de desastres, los estudios geográficos son determinantes en aspectos como de la sismicidad, la estabilidad morfo estructural, los movimientos en masa, o el comportamiento de las dinámicas hidrogeomorfológicas. Estos aspectos  tienen un papel fundamental para el reconocimiento de las potencialidades y restricciones de los territorios y  el siempre necesario ordenamiento territorial, con incidencias de primer orden en la gestión ambiental urbana o en la gestión ambiental de zonas rurales.

En general, el estudio del territorio en sus dimensiones y características físico naturales, ecológicas, sociales, económicas y culturales son campos de estudio de la geografía de manera integral y compleja, y de allí la importancia de esta ciencia en el contexto actual, cuando en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y frente a problemas cruciales como la contaminación ambiental, la pérdida de la biodiversidad y el cambio climático, se hace indispensable encontrar vías que garanticen cada vez más unas mejores formas de interactuación entre el hombre y la sociedad, y su territorio; ese medio, entorno o ámbito físico natural en el cual se sustenta la vida humana y el quehacer de la sociedad.

La geografía permite tener herramientas y capacidades para desarrollarse en distintos campos, por ejemplo en el estudio del suelo, o de los aspectos geológicos y geomorfológicos, tan importantes para el desarrollo de actividades mineras, actividades agrícolas, el desarrollo urbano o rural; o el emplazamiento de cualquier obra de infraestructura. La geografía también posibilita orientarse profesionalmente en el estudio de las condiciones meteorológicas y climáticas, hoy tan importantes  y requeridas para el análisis de los impactos que tiene el hombre en materia de cambio climático, para los estudios físico naturales en general de cualquier proyecto de desarrollo como la agricultura, así como de los análisis de requerimientos de agua o déficit hídricos de los suelos para los cultivos. Los estudios ambientales con participación de los geógrafos son muy necesarios para la construcción de infraestructura de cualquier tipo como carreteras, aeropuertos,  urbanizaciones residenciales o complejos industriales. Todos estos proyectos de desarrollo requieren evaluación de las condiciones de sensibilidad ambiental  frente a las actividades humanas. En el ordenamiento territorial también es prioritario el conocimiento de las restricciones y potencialidades que tienen los territorios frente al uso.

Todos estos son campos de estudio del geógrafo, entendiendo claro está, que como en todas las ciencias, los análisis y estudios deben ser abordados desde la transdisciplina, con la visión holística y de complementación del conocimiento que ofrecen otras áreas de las ciencias, puesto que se reconoce que desde ninguna ciencia en particular puede abarcarse de manera absoluta la visión global, integral y compleja la realidad y las problemáticas presentes en el territorio, sus ventajas  y oportunidades de solución. De allí las necesarias y enriquecedoras conexiones científicas de la geografía con  la ecología, la biología, la agronomía, la ingeniería, la arquitectura, el urbanismo, la economía, la sociología, la medicina, la educación, y en general con todas las disciplinas asociadas a las ciencias de la tierra, naturales, sociales y ambientales.

En efecto, los geógrafos con sus capacidades en la geografía física, la geografía humana, la cartografía y los sistemas de información geográfica (SIG), cumplen hoy en día un rol fundamental en los equipos multi y transdisciplinarios que se requieren para analizar los problemas que se derivan de las relaciones del hombre con la naturaleza, así como para la búsqueda de vías y acciones de solución y la superación de los grandes problemas ambientales  que tiene el mundo de hoy.

En este marco de interés e importancia  que siempre ha tenido la geografía y los geógrafos, lo cual cobra cada vez más relevancia, sería recomendable que las nuevas generaciones de estudiantes que están visualizando y proyectando su vida futura y sus carreras universitarias puedan considerar la opción del estudio de geografía, carrera con la que podrán tener grandes oportunidades para su realización profesional, además de opciones de trabajo en el campo del ambiente y el desarrollo en el sector público y privado, tanto a escala local, regional, nacional o global. A la vez, los geógrafos tendrán la satisfacción de ejercer una profesión desde la cual pueden conocer de manera científica el planeta, sus territorios, sus paisajes, su gente, sus actividades y su cultura.

En octubre de 1990 egresé como Geógrafo de la Escuela de Geografía de la Universidad de Los Andes, escuela que este mes de junio de 2024 arriba a sus 60 años de fundada. A partir de allí he podido desempeñar una vida profesional en la docencia universitaria, la investigación y la asistencia técnica en distintos proyectos de gestión territorial y ambiental, tanto en Venezuela como en otros países, con lo cual he podido aportar mi grano de arena en la construcción de un mundo mejor para todos. Desde esa formación universitaria inicial he tenido también la oportunidad de continuar mi formación en distintos países y universidades de América Latina y Europa, donde con mis herramientas como geógrafo he interactuado con solvencia en campos de conocimiento complementarios y afines a la geografía como las ciencias ambientales, la ecología, la ingeniería, la agricultura, la arquitectura, la economía, la gestión de riesgos socionaturales, la educación o la salud, entre otros.

Después de casi 34 años de ejercicio profesional, de estudios especializados en distintas universidades del mundo, de la realización de trabajos de campo en ambientes naturales y socioculturales muy diversos, y de compartir con una innumerable cantidad de profesionales y de alumnos de las más variadas disciplinas científicas, así como del contacto directo con las comunidades y sus saberes, con los que he enriquecido mis conocimientos y puntos de vista, doy gracias a la Geografía por las grandes satisfacciones profesionales y personales que me ha permitido.

Puedo decir con gran satisfacción que la geografía es una carrera profesional de grandes oportunidades, pues su campo de estudio y la necesidad de analizarlo y comprenderlo siempre estará unida al hombre y la sociedad en todos los tiempos, por lo que es un campo al que las nuevas generaciones deberían unirse contando además con la versatilidad de esta ciencia para fundamentar y fundamentarse en el desarrollo de la innovación, las nuevas tecnologías, especialmente las relacionadas con las TIC, la ciencia de datos, la representación geográfica y espacial de los fenómenos naturales y socioculturales como los sistemas de información geográfica, la inteligencia artificial y la industria 5.0, por lo que la geografía tiene un gran pasado y presente, pero sobre todo tiene un promisorio futuro.

¡Bienvenidos a la geografía todos los amantes del planeta, de la naturaleza, de la vida humana en condiciones de bienestar y especialmente, todos los comprometidos con la búsqueda de un mundo mejor para todos!


¹El autor es director del Centro Interamericano de Desarrollo e Investigación  Ambiental y Territorial de la Universidad de los Andes y presidente de la Academia de Mérida, entre otros cargos.

 

Ambiente: Situación y retos es un espacio de El Nacional coordinado por Pablo Kaplún Hirsz

Email [email protected] web: www.movimientoser.worpress.com


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