La gestión sostenible de residuos sólidos en América Latina y el Caribe, asignatura pendiente

Un reciclador en la calles de Bogotá (marzo 2017). La reivindicación social de los recicladores informales en América Latina y el Caribe es una tarea prioritaria | Foto L. Sandia

Por Luis Alfonso Sandia Rondón, profesor titular ULA y director CIDIAT

La generación de residuos sólidos en América Latina y el Caribe (ALyC) presenta un sostenido incremento en las últimas décadas como consecuencia del aumento poblacional y la urbanización, la mejora de las economías de la mayor parte de los países y el crecimiento del consumo de bienes y servicios. Debido a sus fuertes implicaciones sociales, económicas y ambientales, en los países se reconoce que la sensibilización social respecto a esta problemática, orientada al consumo y producción responsable, las acciones y decisiones estratégicas desde el sector público y la formación especializada de técnicos y profesionales en Gestión Integral de Residuos Sólidos (GIRS), constituyen herramientas fundamentales para enfrentar los desafíos que representa esta problemática.

En ese sentido, ONU Medio Ambiente, a partir de experiencias obtenidas en Asia y África, convocó en 2016, mediante la Alianza de Redes Iberoamericanas de Universidades por la Sustentabilidad y el Ambiente (ARIUSA), a universidades de la región interesadas en conformar una alianza internacional de trabajo para promover un programa académico en GIRS. Del total de universidades aspirantes, la Universidad de Los Andes, a través de la postulación realizada por el CIDIAT, fue seleccionada junto a la Universidad Nacional Autónoma de México y Universidad Autónoma del Estado de Morelos (México), University of Technology (Jamaica), University of West Indies (Trinidad & Tobago), Universidad ISALUD (Argentina), Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (Chile) y la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales (Colombia). Así, en mayo de 2016 se conformó el Consorcio Universitario para la Gestión Sostenible de los Residuos Sólidos en América Latina y el Caribe en Montevideo, Uruguay.

Uno de los primeros productos del consorcio, fue la conformación del programa académico de postgrado para la Gestión Sostenible de Residuos Sólidos, el cual se ha venido dictando en distintos cursos breves especializados dentro de las universidades miembros de la red temática de trabajo. En el caso venezolano el CIDIAT-ULA ha dictado cursos dirigidos a funcionarios de alcaldías y gobernaciones, así como a estudiantes de postgrado y otros profesionales, interesados en la problemática. De los cursos presenciales, un total 80 funcionarios venezolanos fueron capacitados por expertos nacionales e internacionales, contando con becas otorgadas directamente por ONU Medio Ambiente. También, otras universidades integrantes del consorcio han llevado cursos similares en Colombia, Trinidad y Tobago, México, Argentina y Chile. Actualmente, el CIDIAT junto al consorcio, se propone llevar a cabo esta actividad de formación para los interesados en Venezuela y otros países de la región, mediante el uso de las plataformas online. En definitiva el programa de capacitación afianza el trabajo colaborativo del consorcio, que se proyecta como un referente técnico, científico y social para la promoción de la GIRS en ALyC. Para ello toma como base de sustentación los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), postulados por la ONU en la Agenda 2030, así como la gestión ambiental sostenible, el flujo de materiales, el mejoramiento de la calidad de vida, la economía circular y las acciones de mitigación y adaptación frente al Cambio Climático.

Miembros del Consorcio en el Vertedero La Perseverancia (Morelos-México, mayo 2018). Disminuir de forma progresiva los residuos enviados a vertederos es una de las tareas urgentes en la GIRS | Foto: Consorcio GIRS en América Latina y el Caribe.

En términos generales, la gestión adecuada de los residuos en ALyC, debe superar la escasez de sistemas y recursos tecnológicos, la falta de capacitación técnica, la débil voluntad política, la mejora de las disposiciones legales, las deficiencias institucionales y la falta de sensibilización ciudadana.

Al respecto, muchos gobiernos nacionales y locales de la región han adoptado medidas para mejorar la situación y promueven marcos legales, nuevas estrategias tecnológicas, aumento de coberturas de recolección y fortalecen medidas sanitarias en vertederos y rellenos sanitarios para el manejo y disposición final de residuos. Sin embargo, persisten aun grandes desafíos para alcanzar una gestión sostenible de los residuos, que conciba a estos materiales como “recursos” o materias que deben tener flujos cíclicos, y que se reinsertan en cadenas de valor para la generación de nuevos bienes en el marco de la “economía circular” y la sostenibilidad.

Desde los gobierno locales, no obstante, se reconoce una gran debilidad frente a este proceso, la cual se refiere a la carencia de programas de capacitación con enfoques y principios de integralidad, que aborden la complejidad sistémica de la gestión de los residuos y que superen los tradicionales enfoques de manejo técnico del problema, referidos frecuentemente a la recogida de residuos, limpieza de calles y disposición final de residuos en rellenos sanitarios, pero que obvian, en la mayoría de los casos, las dimensiones sociales, culturales, legales, políticas, económicas, financieras y la legitimación social que atañe a la gestión integral y sostenible de los residuos sólidos.

En efecto, no se ha internalizado que, por un lado, la generación de los residuos parte del principio de un irresponsable proceso de generación y consumo, y por otro lado, de una visión lineal de los materiales, los cuales se extraen de la naturaleza, se procesan, se utilizan y se desechan, cuando se debe reforzar un enfoque circular de los materiales que, una vez usados, no se convierten en “residuos”, sino en “recursos”, que se reinsertan en los procesos productivos mediante mecanismos de valorización y que amplían su vida útil, evitando la generación de impactos al ambiente.

Primer Curso Internacional en GIRS. CIDIAT-Universidad de los Andes. 40 profesionales capacitados en GIRS prevenientes de gobernaciones y alcaldías de Venezuela y Colombia, con el apoyo de ONU Medio Ambiente | Foto V. Uzcátegui

De allí que el consocio promueve su programa de estudios como modelo para que las universidades de la región puedan llevarlo a cabo mediante distintas modalidades como maestría, especialidad o cursos breves especializados. El mismo puede ser adaptado para dictarse a través de la modalidad presencial, semipresencial o a distancia, abordando de forma integral todos los módulos, o algunos de ellos de forma particular, y con distintos niveles de profundidad y duración. Se pretende que, en todos los casos, se mantenga el enfoque de la complejidad e integralidad con que ha sido concebido, enfoque que se orienta hacia la exitosa gestión de los residuos sólidos y la superación sostenible de esta problemática social, cultural, técnica y ambiental, y que entiende a los residuos como recursos, en el marco de la economía circular y el desarrollo sostenible.

El contenido del programa académico está integrado por cuatro  módulos que abordan todas las fases de la GIRS: 1) Gestión integrada de residuos sólidos y flujo de materiales, que contiene las asignaturas: Fundamentos de la gestión integral de residuos sólidos para el desarrollo sostenible y Gestión sostenible de los residuos como recursos; 2) Manejo de residuos, con asignaturas como: Manejo de residuos sólidos; Evaluación de impacto ambiental de residuos sólidos y Planes de gestión integrada de residuos sólidos; 3) Tecnologías de tratamiento de residuos sólidos hacia enfoques holísticos, integrada por los cursos de: Tecnologías para el tratamiento y valorización de residuos sólidos;  Disposición final de residuos: rellenos sanitarios, y Selección y transferencia de tecnologías ambientalmente sostenibles; y, 4) Políticas, gobernanza y financiación para la gestión integral de residuos sólidos, donde se imparten las asignaturas de Educación ambiental, comunicación y participación; Legislación ambiental y gobernanza, y Economía ambiental y financiación de proyectos.

El aporte paradigmático de esta iniciativa está consustanciado con una visión holística novedosa de la problemática asociada a la gestión integral y sostenible de los residuos sólidos, enmarcada en enfoques de integralidad, multifactorialidad, complejidad, globalidad y localidad de las dinámicas sociales, culturales, productivas y ambientales en las cuales se generan los residuos.

En ese sentido, se debe trabajar por todo los medios para consolidar en la sensibilidad colectiva, tanto a nivel de la ciudadanía, del sector público y privado y en el ejercicio de las políticas públicas y la gobernanza, los principios establecidos por las “R” para la gestión de los residuos sólidos, las cuales pueden estar integradas por: Rechazar la generación y origen; Reemplazar el producto no reutilizable o reciclable; Retirar del mercado lo no reciclable/reutilizable; Reducir la generación de residuos;  Reutilizar los materiales para alargar su vida útil; Retener en determinadas circunstancias y de forma segura los residuos hasta que se encuentre una opción de manejo sostenible,  Reciclar e incorporar los materiales al ciclo de vida; Recuperar y Reparar los bienes antes que desechar; y, Revalorizar, incorporando valor agregado a los residuos resultantes de las actividades productivas.

El trabajo de sensibilización y capacitación que promueve el consorcio, se orienta hacia la construcción colectiva de visiones y acciones de compromiso compartido auténtico entre todos los actores, factores y sectores que intervienen directa e indirectamente en la problemática. Con ello se intenta consolidar prácticas sociales responsables para la producción y el consumo de bienes y servicios, en consonancia con los Objetivos del Desarrollo Sostenible, la Agenda 2030, los derechos humanos a un ambiente sano, a ciudades y comunidades sostenibles y resilientes, al respeto y protección de los ecosistemas naturales terrestres y marinos, a la mitigación y adaptación al cambio climático, al logro del bienestar colectivo -el bien común-, en condiciones de solidaridad y justicia.