I
El pasado 19 de noviembre de 2024 fue publicado un articulo en la revista británica The Economist por John Prideaux, su editor para Norteamérica. El articulo se tituló «En donde si y en donde no estará Donald Trump limitado: la escala MAGA de factibilidad política ofrece una guía práctica de cinco partes» (Where Donald Trump will be constrained—and where he will not: The MAGA scale of policy plausibility provides a handy five-part guide).
II
El planteamiento de Prideaux es que el cuadragésimo séptimo presidente de Estados Unidos tendrá menos restricciones que el cuadragésimo quinto presidente, aunque sean la misma persona. Donald Trump gozará de más deferencia de su personal, su partido y de los tribunales que en su primer mandato. Sin embargo, lo anterior no es lo mismo que decir que no tendrá restricciones. ¿En qué ámbitos se puede esperar que se salga con la suya en su agenda de política interna en 2025 y en qué ámbitos tendrá dificultades?
Durante su campaña electoral, Trump dio a conocer 20 prioridades políticas, respaldadas por un documento de 16 páginas que ofrece un poco más de detalles. Según Prideaux, una forma práctica de analizar la autoridad y las limitaciones presidenciales de Trump es clasificarlas en una escala de cinco puntos de factibilidad considerando el acrónimo MAGA («Make America Great Again”). Prideaux ubica las promesas de Trump en cinco categorías que van en orden decreciente en función de su probabilidad de ocurrencia, a saber: categoría 5 (seguro que sucederá), categoría 4 (muy probable), categoría 3 (probable), categoría 2 (menos probable) y categoría 1 (seguro que NO sucederá).
De acuerdo con Prideaux, este año de 2025 habrá batallas internas entre facciones republicanas y los tribunales no dejarán que Trump haga lo que le venga en gana. El caso es que el sistema federal de Estados Unidos delega poderes importantes a los estados y las ciudades, y con el devenir del tiempo la tendencia ha sido que los presidentes que comienzan con una trifecta terminan perdiendo el control de la Cámara dos años después. La interacción de estas limitaciones determinará lo que Trump puede lograr.
En este articulo me referiré a la promesa de Trump relacionada con las deportaciones, mismas que Prideaux ubica en la categoría 2, es decir, aquellas promesas con menor probabilidad de materialización.
La promesa interna emblemática de Trump fue: “llevar a cabo la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”. A continuación transcribo fielmente el texto de Prideaux: “El total reciente de personas deportadas en un solo año lo tiene la administración de Barack Obama, que en su apogeo deportó a poco más de 400.000. Un poco más atrás, se cree que la administración de Dwight Eisenhower deportó a poco más de un millón de personas en 1954. Es difícil ser preciso porque los registros de esa época son menos completos. Si ese es el punto de referencia, sería muy difícil superarlo sin hacer trampa, por ejemplo clasificando a alguien rechazado en la frontera como si hubiera sido deportado. “Sellar la frontera” también será difícil: los cruces irregulares fueron altos durante el primer mandato de Trump hasta que la covid-19 cerró la frontera sur. Trump detuvo los intentos de disuadir a los migrantes mediante políticas extravagantemente duras, como la separación de las familias migrantes, después de que fueran ampliamente denunciadas como crueles. Eso también es una limitación”.
III
Por dos puntos pasa una línea recta diría el bueno de Euclides. Sin embargo, el bueno de Hans Rosling decía que las líneas rectas pueden «doblarse» en algún momento y en un mundo «BANI» (frágil, ansioso, no-lineal e ininteligible, por sus siglas en inglés) tenemos, precisamente, la no-linealidad que, por cierto, no es el caso de las deportaciones entre 2021 y 2024. Prideaux menciona que materializar la mayor deportación en la historia de Estados Unidos “es difícil de superar». Sin embargo, dicha afirmación la sustenta utilizando las cifras de la administracion Obama de 2016. Veamos algunas cifras formales, recientes -y comprobables- relacionadas con la deportación.
A mano tenemos como fuente las cifras de la Oficina de Estadísticas del Departamento de Seguridad Nacional (Office of Homeland Security Statistics, OHSS) que informan sobre el número de deportaciones anuales desde 2014 a 2024. A modo de ejemplo, el año que menos deportaciones totales tuvo fue 2016 con 437.990, precisamente, durante la administración de Barak Obama.
Ahora bien, en los 4 años de la administración Biden, sin considerar las deportaciones por el llamado «Titulo 42», deportaciones relacionadas con el tema de la salud por la pandemia de Covid 19, regla vigente desde 2020 a 2023, el año con menos deportaciones fue el 2021 con 263.130, mismas que fueron en progresivo aumento hasta alcanzar la cifra de 777.590 en 2024. Los 4 años de la administración Biden exhiben un muy buen comportamiento lineal con una pendiente igual a 180.024 deportaciones por año. Sin embargo, tales deportaciones no causaron el ruido que está causando Trump por estos días, ruido causado, quizá, por la muy bien publicitada «indiscriminación y arbitrariedad» de tales deportaciones. El narcisismo negociador de Trump se ajusta bien a aquella frase del británico Oscar Wilde (1854-1900): «Hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti».
En palabras más llanas, para que Trump pueda cumplir su promesa en 2025, tendría que deportar a más de 777.590 personas en un (1) año.
Entonces, a la luz de las eventuales ya mencionadas limitaciones que enfrentaría la administracion Trump y a la luz de los eventos ocurridos desde el pasado 20 de enero de 2025, ¿Concuerda usted, estimado lector, con John Prideaux?
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