Foto AFP
El legado de Donald Trump sigue siendo objeto del más intenso debate que sobre una figura política jamás se haya dado en el seno de la sociedad estadounidense y en el mundo entero. Es una figura controversial que se ha posicionado como el político más importante de estos momentos y la primera figura pública de Norteamérica.
Sus declaraciones y posiciones públicas son aplaudidas por muchos y rechazadas por otra porción importante del país, pero sin exagerar podemos decir que es el Hombre del Momento.
Ha sabido aprovechar sus fortalezas y sus debilidades las convierte en herramientas a su favor. Ha sabido utilizar los errores de los demás para lograr grandes éxitos. Por ejemplo, la indispensable publicidad la obtuvo gracias a la persecución política a la que fue sometido desde el mismo momento en que deja su primera presidencia, y mayormente en el año 2024, cuando todo el poder político y judicial se aliaron para llevarlo tras las rejas pero la determinación y el coraje con que los enfrentó le dieron óptimos resultados.
Después de haber interpretado las señales de estos tiempos escogió la que siempre ha permanecido, por más que hayan tratado de descalificarlo. Prometió volver la cara hacia el plan originario de la humanidad y hoy sus expectativas gubernamentales dividen al mundo en dos, pero confluyendo ambos en que esta es la era Trump y, lo que haga o deje de hacer impactará al mundo. Sin esperar que se inicie en funciones de gobierno para el próximo año ya sus ideas, planes y proyectos forman parte de la agenda de los más importantes líderes del mundo
Lo que vaya a suceder, lo que el mundo decida ser tendrá mucho que ver con su segunda presidencia.
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