En esta época de dificultad para la democracia en el mundo en general y para Colombia en particular, es fundamental para defender al sistema de libertad tener muy claro los principios básicos que constituyen el sistema. Sin una clara fundamentación ideológica estaremos fatalmente perdidos ante el ataque mortal que el comunismo internacional está perpetrando. Es por ello que voy a ensayar de dar unas pinceladas teóricas sobre lo que es el liberalismo y la necesidad imperiosa de su predominio sobre el totalitarismo.
Podemos en líneas generales señalar que los principios básicos del liberalismo son: defensa del individualismo, sistema democrático representativo y libertad en todos los niveles, pero básicamente defensa del mercado libre como fundamento de la sociedad. Es indiscutible que un mercado competitivo en funcionamiento requiere una base moral y legal adecuada. A esta relación fundamental entre las bases institucionales y el funcionamiento del sistema de libre mercado se han dedicado pensadores de gran renombre dentro del liberalismo contemporáneo, voy a resaltar cuatro: Hayek, Von Mises, Friedman y Buchanan. Son ellos quienes en el siglo XX dieron cuerpo al corpus ideológico del liberalismo contemporáneo.
Buchanan (1991:343) enfatiza la responsabilidad ética personal como el pilar básico del liberalismo. Hayek cree que la vida social en una sociedad libre requiere que las personas sigan una serie de reglas y normas que no tienen nada que ver con la búsqueda de ganancias, ya que muchas de estas reglas están por debajo de nuestro pensamiento consciente (Hayek 1973). Ambos consideran que las sociedades libres necesitan personas preparadas para actuar con base en impulsos fundamentalmente religiosos.
Otro pilar del liberalismo es la limitación del poder: las personas se equivocan, especialmente cuando tienen demasiado poder. El liberal concibe a los hombres como seres imperfectos y asume que organizar la sociedad se trata tanto de evitar que las personas ‘malas’ hagan daño como de ayudar a otros a hacer el bien. Pero esta organización social debe estar basada por sobre todo en la limitación del poder y esto solo se logra a través de tres instrumentos: la igualdad ante la ley, la separación de poderes y un Estado mínimo.
Hayek, Friedman y Buchanan se ven a sí mismos ante todo como defensores de la libertad individual y la libertad de pequeños grupos como la familia. La libertad suele interpretarse negativamente, como cuando Hayek dice que la libertad es cuando “la coerción de unos por otros se reduce tanto como sea posible en la sociedad” (Hayek, 1960).Su liberalismo se entiende como el abrazo de un gobierno que se limita principalmente a preservar una estructura legal que permite a las personas cooperar voluntariamente en el mercado, y cuyo poder está disperso. Para Friedman, los liberales “toman la libertad del individuo, o quizás de la familia, como nuestro objetivo final al juzgar los arreglos sociales”. (Friedman 1962) Hayek insiste en que “una sociedad puede ser libre solo cuando está gobernada por el estado de derecho, ya que mientras que la ley normalmente interfiere coercitivamente, interfiere de manera no arbitraria y predecible” (1960 [2011: 21, 153].
Ellos, pero sobre todo Hayek insiste en la importancia del Estado de Derecho. Todas las personas tienen derecho a ser tratadas como iguales por las instituciones legales, administrativas y políticas de su sociedad. Nadie debe ser favorecido según su grado de influencia social o poder social o estado heredado. Cuando las personas no están protegidas por el Estado de Derecho, sus libertades se restringen de manera intolerable porque pueden ser interferidas arbitrariamente y no pueden predecir cómo les irá en el futuro.
La defensa del individualismo es otra de las características básicas del liberalismo, Hayek, por ejemplo, dice que ”el caso de la libertad individual descansa principalmente en el reconocimiento de la inevitable ignorancia de todos nosotros respecto a muchos de los factores de los que depende el logro de nuestros fines y bienestar”. (1960 [2011: 29].
En cuanto a la defensa del libre mercado, no es una argucia para defender al capitalista, sino que es una base muy importante de la democracia, porque los derechos de propiedad privada permiten a las personas hacer planes, en parte porque la propiedad privada les permite a las personas ahorrar dinero y, por lo tanto, volverse menos dependientes de los empleadores y los burócratas. La propiedad privada es “una condición esencial para la prevención de la coerción y la amplia dispersión del poder” (Hayek 1960 [2011: 140].
Lo que se defiende es la libertad democrática frente a la coerción socialista. El caso contra el socialismo se basa en tres preocupaciones: ineficiencia, conflicto y poder. El socialismo es ineficiente, genera conflicto social y concentra el poder de manera peligrosa. En el próximo artículo revisaré analíticamente estas tres preocupaciones del Liberalismo.
Bibliografía
Buchanan, James: 1991, The Economics and Ethics of Constitutional Order, Ann Arbor, MI: University of Michigan Press.
Friedman, Milton: 1962, Capitalism and Freedom, Chicago: University of Chicago Press; reprinted 2002.
Hayek, Friedrich A: 1960 (2011), The Constitution of Liberty, Chicago: University of Chicago Press.
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