Foto: Unsplash+ En colaboración con Zdeněk Macháček https://unsplash.com/es/fotos/un-campo-de-tierra-que-tiene-algo-de-suciedad-FEUrbnUnjhk 

Por Ambiente: Situación y Retos

El 17 de junio de cada año conmemoramos el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, una fecha establecida por las Naciones Unidas para sensibilizar sobre las medidas imprescindibles y necesarias que debemos adoptar la ciudadanía, empresas, gobiernos e instituciones para combatir la desertificación y la sequía a nivel global.

El Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía es una fecha importante tanto para Venezuela como para España debido a la importancia de mantener nuestros suelos saludables y productivos para garantizar la vida en la Tierra.

¿POR QUÉ SE CELEBRA ESTE DÍA?

Este día nos recuerda la importancia de mantener nuestros suelos saludables y productivos, esenciales para la vida en la Tierra y para la supervivencia de todos los seres vivos.

Se busca fomentar la cooperación internacional y la acción local para restaurar y gestionar de manera sostenible las tierras y recursos hídricos amenazados o en riesgo.

La Comisión Europea calcula que entre el 60-70 % de los suelos en Europa están degradados debido a factores como el crecimiento de las áreas urbanas, la intensificación de las prácticas agrícolas y el impacto del cambio climático.

Estos suelos deteriorados afectan a servicios básicos y fundamentales para la población, como la producción de alimentos y forrajes, la captura de carbono, el control de plagas y la regulación hídrica.

¿QUÉ ES LA DESERTIFICACIÓN?

La desertificación es el proceso de degradación de la tierra acentuada en zonas áridas, semiáridas y secas debido a diversos factores, como el calentamiento global, el crecimiento demográfico, la constante deforestación, la salinización de los suelos, la sobreexplotación de los acuíferos y los modelos de producción y consumo insostenibles para los recursos naturales del planeta.

Un suelo degradado es un suelo enfermo, incapaz de producir alimentos o permitir el desarrollo de especies vegetales, lo que afecta a la biodiversidad (pérdida de hábitats y ecosistemas) y aumenta la pobreza e inestabilidad de las comunidades afectadas, sobre todo aquellas que dependen de la agricultura y la ganadería como forma de vida.

Además, los suelos al erosionarse pierden la capacidad de defenderse de sequías, inundaciones e incendios forestales.

“La salud humana y la salud de nuestro medio ambiente están profundamente entrelazadas.” – Audrey Azoulay, directora General de la UNESCO

¿QUÉ ES LA SEQUÍA?

La sequía es una escasez prolongada de agua, que puede ser causada por falta de lluvias, condiciones climáticas adversas (olas de calor, temperaturas extremas…) o un mal uso de los recursos hídricos (contaminación de ríos, mares y lagos, agotamiento de acuíferos…).

La sequía se mide cuando los niveles de agua están muy por debajo de lo que corresponde en una zona determinada, afectando a la flora, fauna y personas que viven en ella.

A diferencia de otros desastres naturales, la sequía es un proceso lento y acumulativo cuyos efectos pueden durar meses o años.

Existen tres principales tipos de sequía:

Meteorológica: causada por la falta de precipitaciones durante periodos prolongados.

Agrícola: afecta a los suelos y cultivos debido a la escasez de agua.

Hidrológica: los niveles de agua se reducen en fuentes como ríos, lagos y reservas subterráneas.

El Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía es una fecha importante tanto para Venezuela como para España debido a la importancia de mantener nuestros suelos saludables y productivos para garantizar la vida en la Tierra.

Cerca del 75% del territorio en España podría convertirse en un desierto antes de que acabe el siglo. La desertificación es uno de los mayores problemas medioambientales que compromete a la capacidad de la tierra para mantener la salud del planeta. En esta infografía mostramos algunos de los datos más relevantes sobre el estado de la desertificación y la sequía en nuestro país. Dos fenómenos que no paran de agravarse como consecuencia del cambio climático.

España, uno de los países más amenazados

España es la región europea más amenazada por los efectos de la desertificación. El país cada vez es más árido y seco. La falta de precipitaciones y el aumento significativo de las temperaturas están aumentando por la acción del cambio climático. Una situación que está provocando que las sequías hayan aumentado casi un 30% en frecuencia e intensidad en los últimos 20 años.

La falta de agua en el suelo y de humedad en el aire han incrementado la aridez del territorio de nuestro país desde 1990. En la actualidad, las previsiones del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) no son muy alentadoras: el 75% y el 80% del territorio español está en riesgo de convertirse en un auténtico desierto. Además, el 20% del territorio español está ya catalogado como ‘degradado’ y el 75% es especialmente vulnerable de serlo. La Comunidad de Madrid, Castilla La Mancha, Comunidad Valenciana, Región de Murcia y sur de Almería son las áreas más amenazadas por este problema medioambiental.

Los incendios forestales son otro de los factores que incrementan la desertificación. En los últimos diez años, estos desastres han calcinado un 12,27% de la superficie de Cantabria, el 9,32% de Asturias y un 6,40% de Galicia, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). Además, los efectos del cambio climático están provocando que los incendios sean cada vez más devastadores e intensos. Tanto es así que el valor medio anual de la superficie que abrasan superan ya las 500 hectáreas de terreno.

Causas y consecuencias de la desertificación 

Es difícil determinar una causa única que provoque la desertificación. Es cierto que el ser humano es el principal responsable de este problema ambiental derivado de su actividad, pero también hay otras causas que agravan este fenómeno. Estas son algunas de ellas:

Cambios en las condiciones del clima.

Presión sobre los recursos naturales (vegetación, suelo y agua)

Abandono o falta de gestión del territorio.

Despoblación del medio rural y envejecimiento de la población.

Cambios en el régimen de incendios forestales.

La desertificación es el resultado de la explotación insostenible de los recursos naturales que disponemos. Esto deriva a un deterioro irreversible de nuestro capital natural, de forma que las oportunidades de desarrollo y las condiciones de vida empeoran de forma considerable. La falta de suelos sanos y de recursos hídricos son una barrera para le desarrollo sostenible de la sociedad, provocando un incremento de la pobreza y una disminución del bienestar social. Algunas de sus principales consecuencias son:

Pérdida de la biodiversidad.

Inseguridad alimentaria.

Mayor riesgo de aparición de enfermedades zoonóticas.

Disminución de las reservas de agua potable.

¿Y en Venezuela?

Por su parte, en Venezuela, aunque actualmente está experimentando un alto índice de precipitaciones, es importante mantenerse alerta ante la posibilidad de sequías en el futuro. La desertificación y la sequía podrían causar estragos en la agricultura y ganadería, provocando la pérdida de biodiversidad y la inestabilidad de las comunidades que dependen de estas actividades como sustento de vida. Es esencial tomar medidas preventivas y de restauración de suelos para evitar futuros problemas.

¿Cómo afecta la sequía a Venezuela?

Las sequías causan serios estragos en el sector agrícola venezolano, especialmente sobre los cereales cultivados en secano (arroz, maíz y sorgo), los cuales dependen de la ocurrencia de lluvias. Estos cultivos se siembran intensamente en las planicies de los estados Anzoátegui, Cojedes, Portuguesa y Guárico.

¿Cuándo se produce el periodo de sequía en Venezuela?

En el país, a excepción del sur de Venezuela (Amazonas), el régimen climático presenta dos períodos, uno seco que va de noviembre hasta marzo y otro lluvioso desde abril hasta inicio de octubre, siendo los meses de abril y octubre conocidos como de transición.

Con relación al sector agrícola, se prevé lo siguiente: aumento del riesgo de sequía e incendios forestales; la capacidad de recuperación estacional de los embalses y la calidad del agua disminuirán; la mayor temperatura puede aumentar la mineralización de la materia orgánica, y las lluvias más intensas aumentarán la tasa de lixiviación, ambos casos contribuyen con la disminución de la fertilidad del suelo; la disminución de la lluvia o el incremento de la frecuencia de sequías disminuirán los caudales de ríos y la capacidad de recarga de los acuíferos.

Y esto se produce en tiempos que la deforestación se ha vuelto uno de los más graves problemas que enfrenta el país.  La deforestación en Venezuela se encuentra entre los problemas socioambientales más denunciados actualmente. El país perdió 2,17 millones de hectáreas de cobertura forestal entre 2002 y 2020. Lo que es más grave, más de una cuarta parte de esta pérdida fue bosque primario húmedo.

Desde estas líneas lo que más desearía es que ambos países sean conscientes de la importancia de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, y sobre todo que trabajaran en conjunto para adoptar medidas sostenibles que permitan la gestión eficiente de los recursos hídricos y la protección de los suelos. La colaboración internacional y la acción local son fundamentales para combatir la desertificación y la sequía a nivel global y garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras. Por ahora lo que se hace es muy insuficiente.

Ambiente: Situación y retos es un espacio de El Nacional coordinado por Pablo Kaplún Hirsz.

www.movimientoser.wordpress.com, email [email protected]


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!