OPINIÓN

Educación ambiental, codependencia y ecoansiedad

por Ambiente: situación y retos Ambiente: situación y retos

Por Pablo Kaplún Hirsz

¿QUÉ ENTENDEMOS POR EDUCACIÓN AMBIENTAL?

“La educación ambiental es un proceso que les permite a las personas investigar sobre temáticas ambientales, involucrarse en la resolución de problemas y tomar medidas para mejorar el medio ambiente”.

EDUCAR ANTE UNA SOCIEDAD SATURADA Y MAL INFORMADA

Informar o comentar a personas sobre qué es el cambio climático y las consecuencias que trae sobre la vida cotidiana actual ya es tan frecuente que se está volviendo prácticamente un lugar común, lo que, en cambio, no quedan las cosas tan claras es sobre la eficacia de los mensajes que se están emitiendo. Más bien, en el mundo de hoy es  cada vez mayor la cantidad de personas que no se sienten seguros de sí mismos y adoptan inconscientemente conductas propias de  una enfermedad ya aceptada por la comunidad científica como codependencia emocional que se estima afecta aproximadamente al 40% de la población mundial. Según Mansilla Izquierdo, dicha enfermedad se define como  la “actitud obsesiva y compulsiva hacia el control de otras personas y las relaciones, fruto de la propia inseguridad”.

Quienes hemos trabajado con jóvenes tanto en Hispanoamérica como en Europa hemos visto que es muy común que estos cuadros de codependencia empujen a sufrir de ecoansiedad.

Como bien se señala en un artículo especializado “Aunque se trate de un neologismo, el término ecoansiedad se ha hecho ya un hueco importante en la agenda de psicólogos de todo el mundo y, desde luego, en el día a día de algunas personas. Los desastres naturales, que cada vez son más frecuentes y más extremos a consecuencia del cambio climático —como los incendios que asolaron Australia o el ciclón Idai que borró del mapa la cuarta ciudad más grande de Mozambique (Beira)—, han provocado que mucha gente sufra ecoansiedad sin saber siquiera lo que es”.

CAUSAS

La ecoansiedad no está considerada una enfermedad, al menos por ahora, pero la preocupación elevada por la emergencia climática que vivimos sí puede derivar en trastornos psicológicos. La American Psychology Association (APA) describe la ecoansiedad como “el temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental que se produce al observar el impacto aparentemente irrevocable del cambio climático y la preocupación asociada por el futuro de uno mismo y de las próximas generaciones”. La APA, por tanto, considera que la interiorización de los grandes problemas medioambientales que afectan a nuestro planeta puede tener secuelas psicológicas, más o menos graves, en algunas personas.

Pero ¿cuáles son esos grandes problemas medioambientales asociados al cambio climático? Hablamos de la proliferación de fenómenos meteorológicos extremos (olas de calor e incendios, ciclones y tifones, etc.), el aumento de la contaminación y su impacto en la salud, la acumulación de basura en los océanos, la pérdida de biodiversidad, el estrés hídrico y la escasez de agua, la sobreexplotación de recursos naturales y la deforestación, la subida del nivel del mar, entre otros.

Aunque no hay datos acerca de la cantidad de población que sufre este reciente mal, los expertos afirman que a medida que los problemas relacionados con el clima crezcan, también aumentará el número de personas que experimenten ecoansiedad. De hecho, uno de los informes pioneros al respecto del impacto psicológico del cambio climático —Mental health and our changing climate: impacts, implications and guidance, APA (2017)— ya alertaba de que la inquietud de los ciudadanos estaba incrementándose.

¿CÓMO AFECTA LA ECOANSIEDAD A LAS PERSONAS?

La ecoansiedad no afecta a todo el mundo por igual. De hecho, suele calar más en aquellos más concienciados con la protección del medioambiente. Entre los síntomas, podemos enumerar los siguientes: cuadros ligeros de ansiedad, estrés, alteraciones del sueño, nerviosismo, etc. En los casos más graves, la ecoansiedad puede provocar sensación de ahogo o, incluso, depresión. Entre este último grupo, es bastante común que las personas expresen un fuerte sentimiento de culpa por la situación del planeta, que puede agravarse, en el caso de tener hijos, al pensar en su futuro.

La ecoansiedad es un concepto nuevo, pero está muy ligado a otro, la “solastalgia”, que la propia revista Lancet ya incluyó en 2015 como un término relacionado con el impacto del cambio climático sobre el bienestar humano. La solastalgia, que tampoco está considerada una enfermedad, fue acuñada por el filósofo australiano Glenn Albrecht y define al conjunto de trastornos psicológicos que se producen en una población nativa tras cambios destructivos en su territorio, ya sean consecuencia de actividades humanas o del clima.

La solastalgia afecta, por tanto, a personas que ya han padecido las consecuencias de un desastre natural y ese es el matiz respecto a la ecoansiedad. Según un informe realizado por el MIT (Massachusetts Institute of Technology) entre supervivientes del huracán Katrina en 2005, las personas que han sufrido un desastre natural presentan 4% más de posibilidades de padecer una enfermedad mental, además de sufrir cuadros de estrés postraumático o depresión.

¿CÓMO MINIMIZAR LA ECOANSIEDAD?

Los efectos de la ecoansiedad pueden minimizarse como cualquier otro trastorno relacionado con la ansiedad, es decir, buscando la parte positiva ante cualquier circunstancia, trabajando la regulación emocional ante los propios impulsos, desarrollando la resiliencia para afrontar las adversidades, etc. Otro factor clave, al menos para reducir el sentimiento de culpa, es poner nuestro granito de arena a la hora de cuidar el planeta, fomentando un estilo de vida sostenible tanto en nosotros como en los demás. A continuación, algunos consejos.

Conocer al enemigo es fundamental y ahí entra en escena la educación contra el cambio climático. Conciénciate a ti mismo y a los demás sobre la problemática.

Una noticia positiva al respecto de la lucha contra la ecoansiedad es que los problemas del clima están provocando un cambio de conciencia acerca de la necesidad de cuidar el planeta en buena parte de la población. Según un estudio realizado por la empresa de tendencias globales WGSN, el 90% de los encuestados a nivel mundial dijo que pensar en la crisis climática le hacía sentir incomodidad respecto su futuro, algo que, sobre todo en el caso de los más jóvenes, se transforma en un activismo ecológico como el que representa la icónica Greta Thunberg y que hace pensar en un futuro más próspero para el planeta. También lo es sugerir a las personas que, a la hora de votar en una elección, se preocupen por estudiar los programas de gobierno que promueven los distintos partidos políticos y votar por quienes ofrezcan acciones más comprometidas y creíbles sobre lo que pueden hacer ante el cambio climático. Un detalle muy importante en este sentido que no todos quienes ofrecen acciones ante esta problemática lo hacen desde una perspectiva de solución real o si están ofreciendo solo paliativos conocidos como “greenwashing”, las cuales son básicamente las ofertas que promueven nuevos artículos de consumo  (¿como algunos coches eléctricos?) a modo de solución a un problema que, en realidad. se debe enfrentar racionalizando y reduciendo el consumo  optando por un consumo  realmente responsable.


https://espanol.epa.gov/espanol/la-importancia-de-la-educacion-ambiental#:~:text=La%20educaci%C3%B3n%20ambiental%20es%20un,para%20mejorar%20el%20medio%20ambiente.

María Carolina Wildes González  Indicadores de dependencia emocional de los adultos jóvenes que desisten de la denuncia en la Comisaria de Familia del municipio de Bello, Antioquia.

Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría Ver: https://dspace.tdea.edu.co/bitstream/handle/tda/487/TRABAJO%20FINAL%20INDICADORES%20%20DE%20DEPENDENCIA%20EMOCIONAL%20%20DE%20LOS%20ADULTOS%20JOVENES.pdf?sequence=1&isAllowed=y#:~:text=Con%20relaci%C3%B3n%20al%20nivel%20de,el%2040%25%20de%20la%20muestra.

versión On-line ISSN 2340-273. no.81 Madrid ene./mar. 2002

https://www.iberdrola.com/compromiso-social/que-es-la-ecoansiedad