Por Pablo Kaplún Hirsz
¡Oh Pdvsa que todo lo puede, Pdvsa que todo lo da! ¡Vela por favor que ninguna calamidad le falte a cada hogar venezolano! Danos hoy el derrame de cada día y continúa tu propia autodestrucción, así como asegura que a cada connacional le vaya lo peor posible. ¡No olvides, Dios Pdvsa, destruir lo que queda de los ecosistemas de la Tierra de Gracia!
Tú que todo lo puedes, encárgate de perpetuar el legado de nuestros líderes actuales, formidables adalides del acabose de lo que fue el país más hermoso y poderoso de América Latina, perdona a los que aún resistimos y nos empeñamos en hacer de Venezuela un rincón de paz y concordia. ¡Amén!
Este Padre Nuestro al revés fue lo que me salió del alma cuando la reconocida ONG ecologista Clima 21, Ambiente y Derechos Humanos tuiteó que ya no era solo un derrame petrolero al día que se observaban en las costas venezolanas ¡sino tres! Concretamente, los avistaron el día que escribo este artículo, 6 de mayo: 1.- en Costa de Bachaquero (Costa Oriental del Lago de Maracaibo), 2.- Golfete de Coro (oleoducto que se dirige al Complejo Refinador de Paraguaná) y 3.- Costa de Lecherías, estado Anzoátegui. ¡Hay que reconocer que no cualquiera es capaz de generar tanto desastre! ¡Es digna de admiración tanta incapacidad e irresponsabilidad! ¿Creían que con solo destituir a Tareck y poner presa a su camarilla era suficiente? Pues no, muerto el perro no se acabó la rabia….
De esa misma rabia sale la idea de que esto va a tener fin y que los que queremos reconstruir el país un día no tan lejano estemos en la tarea de poderlo hacer sin tanto malandro con poder en el patio.
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