I
En algunas partes de nuestro planeta y en virtud de hechos que ustedes seguramente conocen, no es posible usar teléfonos celulares ni buscapersonas (beepers o pagers) ni tampoco aquellos transmisores-receptores portátiles conocidos como «walkie-talkies». En esas regiones, el tema de la utilización de métodos antiguos con fines comunicacionales pudiera cobrar una importancia mayúscula.
II
La trigésimo cuarta entrega anual de premios Ig Nobel se realizó el pasado 12 de septiembre. Como siempre, hubo 10 galardonados y en esta oportunidad en las áreas de Paz, Botánica, Anatomía, Medicina, Física, Fisiología, Probabilidad, Química, Demografía y Biología
Los premios Ig Nobel son entregados por la revista Annals of Improbable Research y reciben, cada uno, un billete de 10 trillones de dólares de Zimbabue, una moneda desaparecida en 2015 y cuyo valor, hoy en día, no superaría siquiera los 30 céntimos de dólar.
De acuerdo con Yves Gingras y Lionel Vécrin, los premios Ig Nobel son una parodia estadounidense del Premio Nobel («Les prix IG-Nobel», Actes de la recherche en sciences sociales, Nº. 141-142, 2002, pp. 66-71, en dialnet.unirioja.es). El caso es que con los premios, pero fundamentalmente con la sátira involucrada, se denuncia y resalta, pero en debida forma, aquello que se aparta de los cánones de la ciencia.
Los premios se entregan religiosamente en septiembre de cada año, en una ceremonia de gala que, en esta oportunidad, se realizó en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en la ciudad de Cambridge, estado de Massachusetts, ciudad donde nació B.F. Skinner.
Precisamente a Burrhus Frederic Skinner (1904-1990), psicólogo e inventor norteamericano, le fue otorgado de manera póstuma el premio Ig Nobel de la Paz, por sus experimentos para verificar la factibilidad de utilizar palomas vivas dentro de bombas para guiar sus trayectorias de vuelo.
III
B.F. Skinner es reconocido por sus contribuciones al conductismo. Su teoría del condicionamiento operante postula que las acciones humanas son influenciadas por las consecuencias que dichas acciones generan. Es decir, si una acción, al final, resulta en una recompensa, es más probable que se repita. Skinner aplicó estos principios en su novela de ciencia ficción titulada «Walden Dos«, imaginando una sociedad utópica basada en el control del comportamiento a través del refuerzo positivo.
Además de ser psicólogo, Skinner demostró una gran habilidad para la invención. Uno de sus inventos más conocidos fue la cuna de aire, diseñada para proporcionar un ambiente controlado para los bebés. Sin embargo, este invento no tuvo el éxito comercial esperado.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la necesidad de sistemas de guía precisos para bombas era materia de urgencia e importancia (si el sistema no es preciso no se alcanza el objetivo y, además, se producen daños colaterales como muerte de civiles). Skinner, que tenía 35 años cuando se inició la segunda guerra mundial, observando el comportamiento de las palomas, tuvo una idea innovadora: ¿podrían estos animalitos ser entrenados para guiar bombas hacia sus objetivos? Con esta premisa, nació el «Proyecto Paloma» (Project Pigeon).
El proyecto implicó un complejo proceso de adiestramiento de palomas pues el sistema de guía de la bomba era relativamente simple aunque tuvo que superar también algunos problemillas originados por la conducta de las palomas: se proyectaba la imagen del objetivo en pequeñas pantallas. Las palomas, al picotear estas imágenes, enviaban señales que ajustaban la trayectoria de la bomba. La inclusión de tres palomas en cada bomba aumentaba la confiabilidad del sistema.
El proyecto, ciertamente, trastocaba el símbolo de la paz pues en el libro del Génesis la paloma representa la paz y la reconciliación tras el diluvio universal. Por si fuera poco, el proyecto convertía a los nobles animalitos en «kamikazes». De allí la ironía implícita en esta entrega del premio Ig Nobel de la Paz. A pesar de lo anterior, su uso presentaba varias ventajas como sistemas de guía: la visión y capacidad de reacción de las palomas eran superiores a las de los humanos y podían distinguir colores, no sufrían mareos y eran de tamaño reducido.
Siendo los resultados de las pruebas iniciales prometedoras, el Proyecto Paloma fue cancelado en 1944. Las razones principales fueron la reorientación de los fondos hacia investigaciones más inmediatas y el avance de los alemanes en el desarrollo de sistemas de guía de bombas por radio. Hay quienes han dicho que la cancelación del proyecto se debió más bien a razones éticas y cuidado si no, hasta religiosas.
IV
Hablando de palomas, hay libros de carácter histórico, bien documentados y amenos, sobre su uso con fines de inteligencia. Allí está, a modo ejemplo, “Operation Columba”, publicado en octubre 2018 y escrito por Gordon Corera, periodista británico nacido en 1974, con un postgrado en Historia Moderna y otro en Política Exterior de los Estados Unidos.
Las palomas, ciertamente, no son un sustituto de los drones, pero ofrecen una opción de muy baja visibilidad para transmitir información. Teniendo en cuenta las capacidades modernas de almacenamiento de las tarjetas de memoria microSD o de pequeños pendrives, las características de una paloma constituyen un medio relativamente oculto para transportar gigabytes de vídeo, voz o imágenes fijas y documentación a una distancia considerable con cero emisiones electromagnéticas y/o cero detectabilidad por radar. Dentro de un entorno urbano, una paloma tiene un potencial aún mayor para camuflarse con la población aviar local, lo que complica aún más la detección. Adicionalmente, las palomas no pueden hablar si son capturadas, aunque pueden ser retenidas bajo sospecha de espionaje.
El bajo costo y la baja tecnología que implica el uso de palomas para transportar información tiene antecedentes notables. Durante la Segunda Guerra Mundial, el Servicio Secreto de Palomas del MI14(d) británico dejó caer cestas de palomas mensajeras tras las líneas enemigas con fines (y medios) de espionaje, reuniendo en el proceso información militar invaluable de una amplia gama de civiles franceses, holandeses y belgas. Incluso como medio de comunicación unidireccional, la paloma demostró ser un recurso militar invaluable. La tasa general de entrega de mensajes reportada por el MI14 fue de 95% aunque algunas fuentes reportan hasta 99%.
Ahora bien, los nazis tampoco eran pendejos. Cuando se dieron cuenta del asunto comenzaron a “lanzar” cestas de palomas alemanas que regresaban a sus propios palomares en Alemania, escribe Peter Taylor (1917-1994), novelista, cuentista y dramaturgo norteamericano, en su libro Weird War Two.
Hoy día, los escuadrones militares de palomas están prácticamente extintos, pero aun así el Ejército Popular de Liberación de China y el Ejército de Tierra francés mantienen pequeños escuadrones de palomas en caso de que la guerra electrónica interrumpa o deshabilite las comunicaciones militares.
IV
Las palomas no pueden ser utilizadas de noche y una debilidad presupuestal de su uso como medio de comunicación es que hay que criarlas en el sitio destino del mensaje pues luego son trasladadas a un sitio distinto (remitente) en donde se les dará el mensaje que luego llevarán, de manera natural, de regreso a su destino o casa (destinatario) donde el mensaje puede ser leído.
Cierto es que las palomas pueden ser entrenadas para regresar a diferentes destinos, pero este entrenamiento es costoso. También, la notoriedad sensorial de los criaderos y «estacionamientos» de palomas, destinatario y remitente respectivamente, requieren de la utilización de estrategias de ocultamiento que son difíciles de implementar en zonas urbanas vigiladas por la inteligencia enemiga. Los criaderos en “túneles” no son una alternativa porque criadas así, las palomas no podrán luego orientarse.
Más allá de una simple matriz DOFA, la imperiosa necesidad de comunicarse es lo que bien pudiera ser el inicio del regreso a las palomas como medio de comunicación y a una novedosísima carrera asociada: Comunicaciones aviares.
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