Están muy silenciosos los líderes de la oposición, locuaces en la víspera. Lo juro
Elías Pino Iturrieta
Quiero enfatizar que no me considero ni líder social ni político. Pero quiero ser sincero, con todos ustedes: Mis nobles aspiraciones a representar al pueblo portugueseño en algún momento, algún cargo de elección popular obedece a mi tenacidad en intentar hacer realidad algunos de los tantos planes y propuestas que he hecho públicamente por la prensa y redes. Esas honestas aspiraciones no me califican en ningún momento -creo- para que me consideren líder en ningún renglón de los anteriores; ni en ningún otro en particular.
El liderazgo lo he descrito desde mis años de irreverencia universitaria como: “… el entusiasmo natural de una persona para inspirar a otras personas a que lo acompañen en sus sueños…” autores más calificados tienen otras definiciones, como: La capacidad de influir en el comportamiento de un grupo para trabajar en conjunto en pos de un objetivo o como el conjunto de principios que tiene un individuo para influir en la forma de ser y actuar de los demás. En todos estos casos hay una coincidencia, un factor común denominador. Ser el jefe para liderar algo.
Pero: ¡No es lo mismo ser un jefe a ser un líder! , justo por eso es que esta aclaratoria es quizás ofensiva para mi admirado historiador. Les recuerde que no es la primera vez en la que estoy en desacuerdo con alguna opinión o frase del profesor.
Confundir a los jefes de los partidos políticos, en una figura tan ilustrada. de tanta sapiencia y talento me resulta inverosímil. Tal vez el profesor Pino Iturrieta al tener buenos amigos en alguna de las jefaturas de alguno de partidos políticos tradicionales, haya cometido el pequeño error de calificar a los demás jefes del extinto G5 como líderes políticos -ya que su amigo si lo es-. Eso lo puedo entender, errar es de humanos. Volvamos a su frase
“Están muy silenciosos los líderes de la oposición, locuaces en la víspera. Lo juro”
Esa frase del Dr. Elías Pino Iturrieta suena descalificativa y hasta humillante para todos los líderes y jefes de los partidos de la oposición. Puede ser que tenga una impecable trayectoria de gallardía y honor en enfrentamientos y luchas. ¡La verdad! No he leído sobre las valientes y épicas hazañas que en los años de su adolescencia y juventud realizó mi admirado historiador para contribuir a la instauración de la democracia, pero sin tuvo que ser lo suficientemente audaz, como para burlarse del discreto comportamiento de estos líderes de la oposición a los cuales hace referencia. Touché
Profesor, con todo el respeto que se merece, y desconociendo su valentía en el pasado, le suplico públicamente: ¡No lo haga más! Deje de sembrar dudas sobre el comportamiento político de los políticos, deje que cada uno se suicide a su manera, No repita la historia de quienes por creerse superiores en preparación académica y cultura universal, contribuyeron a destruir esa incipiente democracia de 40 años.
No olvide profesor que gracias a esos años de democracia y civilidad, usted pudo luego de estudiar y escribir, publicar tantos libros con apoyo del Estado. Las grandes editoras nunca lo hubiesen hecho por no ser rentables económicamente lo que escribió. Profesor, no es el momento para fracturar una unidad que ha costado una generación para fortalecer. Recuerde cómo llegamos a esto.
¿Cómo llegaron las cosas tan lejos? Es una frase que pronuncia Vito Corleone en el libro de Mario Puzzo El Padrino. La expresa luego de reunir a las familias de la Cossa Nostra luego de recuperarse de un atentado donde casi pierde la vida. En esa reunión busca hacer la paz con las demás familias. No olvidemos nosotros como llegaron las cosas hasta donde están.
Luego de los gobiernos de Betancourt y Leoni se desataron los demonios. Los líderes de las toldas políticas pasaron una factura por servicios prestados, infladas de proezas que jamás realizaron. Empresarios con dudosa moral, pretendieron ser los más listos del mundo embaucando por interés propio a quienes no tenían liderazgo pero si jefatura dentro de los partidos en los cuales militaban. Intelectuales formados y apoyados a la sombra de la autonomía universitaria cedida por los gobiernos civiles que instauraron nuestras libertades, lapidaron esa democracia por no simpatizar con líderes políticos. Los grandes medios de comunicación fortalecidos gracias a la democracia, jugaron a ser bribones sin medir el alcance de sus felonías.
Dr. Elías Pino Iturrieta, le confieso con toda humildad que no me considero líder -tal vez sí un ejemplo de un noble ciudadano- lo que podría considerarse un ejemplo de liderazgo, en caso sirviese para formar mejores valores ciudadanos. Pero si puedo asegurarle que soy ignorante en muchas de esas cuestiones de la política, ¡Creo que usted también! Solo que usted no lo sabe.
El presidente Luis Herrera diría: “Mucho ayuda el que no estorba”.
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