Ante la grave crisis que atraviesa Venezuela, Nicolás Maduro opta por la táctica de la confrontación directa, porque persistir en la elección presidencial de abril sin las condiciones para que sea libre, competitiva, democrática, justa y transparente genera un rotundo rechazo por parte de la oposición, una parte del chavismo y la comunidad internacional. Una respuesta conocida de antemano por Maduro.
La nomenclatura del madurismo, hoy reunida en el Movimiento Somos Venezuela, utiliza el último recurso para terminar de someter a la mayoría en Venezuela a vivir en condiciones miserables. Piensa que tiene el control social suficiente para doblegar la capacidad del venezolano para decidir con libertad lo que desea y lo que no.
Maduro y sus asesores principales de Cuba saben que en una elección libre y competitiva Maduro tiene una baja probabilidad de ganarla. Por ello, unas elecciones libres, competitivas, democráticas, justas y transparentes no son ni serán aceptadas, por lo que buscan mantener el poder con la última opción que les queda, la confrontación directa en el escenario tanto internacional como interno.
De manera que Maduro somete al país a atravesar por unas confrontaciones que dejará aún más en ruinas a Venezuela. Su narcisismo –alimentado por sus asesores– subestima las señales de alerta enviadas por la comunidad internacional y la oposición para que la elección presidencial concebida por el madurismo no tenga lugar.
El video para la “Venezuela muda” demuestra el grado de patología. Tanto el texto como la grabación manifiestan una incongruencia con la acción de mantener el poder a toda costa, sin importar sus consecuencias.
Un hecho que además revela el bajo grado de credibilidad con la que cuenta el régimen, porque la solución a la crisis del país ha tenido varias ventanas de oportunidad para resolverla, desde cohabitar con la Asamblea Nacional, realizar el referéndum revocatorio presidencial hasta hacer una elección presidencial justa, competitiva, democrática, y libre.
Sin embargo, Maduro insiste en su táctica de ataque directo. Ante el éxodo masivo de venezolanos hacia los países vecinos por razones humanitarias y la respuesta de los gobiernos de Colombia, Brasil, Guyana, Aruba, Bonaire y Curazao, Maduro convoca un “ejercicio de acción defensiva”, es decir, se prepara para una hipotética confrontación bélica con una fuerza militar internacional.
El año pasado, al inicio de las protestas pacíficas de la oposición, Maduro activó el Plan Zamora en su fase verde, lo que permitió convertir a Venezuela en un “teatro de operaciones” para juzgar a los civiles bajo la justicia militar. En esta nueva arremetida, crea otra vez la narrativa de la invasión extranjera bajo la “hipótesis de la guerra” para amedrentar a la oposición y que no manifieste públicamente su desacuerdo con las elecciones fraudulentas del 22 de abril.
Maduro prepara de nuevo el marco de referencia para embestir la desobediencia civil (artículos 333 y 350 de la Constitución) que resurgirá por la violación de la carta magna, señalando a los manifestantes como “traidores a la patria”. Una clasificación que le permitirá juzgarlos en tribunales militares.
En el área internacional, el M/G Hebert García Plaza sostiene que “Maduro envió a Freddy Bernal –líder de los grupos paramilitares denominados colectivos– al Táchira para coordinar actividades de sabotaje con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia, con el propósito de desestabilizar el vecino país en pleno proceso electoral”. Asimismo, señaló que es “una acción que le permitiría desviar la atención y presión sobre su gobierno”.
El pasado lunes 19 de febrero, CNN en español publicó en su pagina web: “Santos dice que miembro de Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela estaría vinculado con el ELN”. Un hecho que podría suscitar una fuerte reacción del gobierno de Colombia, ante la intromisión de Maduro en los procesos internos de Colombia.
Maduro utilizaría la respuesta de Santos para enaltecer el espíritu nacionalista de los venezolanos –tesis del enemigo externo–, buscando elevar su bajo nivel de popularidad, según la última encuesta de Datanalisis.
Las circunstancias están dadas para alinear los esfuerzos de los partidos políticos más importante de la oposición, los gremios, la Conferencia Episcopal Venezolana, la sociedad civil, la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia en el exterior, la fiscal, para alcanzar las condiciones electorales señaladas en la Constitución de Venezuela. Igualmente, la gran mayoría de los países democráticos del mundo han manifestado con claridad su rechazo a la elección presidencial de abril, y las consecuencias si Maduro insiste en esa vía.
La táctica de confrontación directa de Maduro traerá resultados graves y trágicos para los venezolanos. Está a tiempo de evitar una catástrofe. De lo contrario, corre el riego “quien a hierro mata, a hierro muere”.