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La Declaración de Berlín sobre Educación para el Desarrollo Sostenible y la situación de América Latina

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Por Pablo Kaplún Hirsz

El 7 de octubre se desarrolló exitosamente el coloquio virtual “Educación y Ciudadanía Ambiental” organizado por la Comisión Académica en España (CAE) de la Academia Nacional de Ingeniaría y Hábitat de Venezuela y la Asociación Movimiento SER (1). Los ponentes fuimos cuatro: la Dra. María Elena Febres Cordero (FUNVIVE-LUZ-UPEL), Antonio Pou (Universidad Autónoma de Madrid), Julio Alexander Parra (Geografía Viva) y mi persona. Contó con un cierre magistral por parte de Eduardo Buroz, presidente de la referida Academia venezolana. Vamos a ofrecer en las próximas semanas tratar de ofrecer síntesis de las ponencias y del evento. Hoy vamos con la síntesis de mi ponencia.

¿Qué es la Educación para el Desarrollo Sostenible? ¿Hay diferencias con la EA?

La Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) es una noción que ha avanzado a empujones, con pocos amigos entre los fundadores de la Educación Ambiental. Se le acusa de ser un término demasiado largo existiendo el recortado acrónimo de EA, de casarse con el tan difícil de precisar y, en el fondo “crecimentista” término de desarrollo sostenible. También de haber contribuido a acabar con importantes procesos académicos como el Doctorado Internuniversitario en EA de España, se le acusó de provenir de la burocracia de la ONU y la Unesco y de no responder a los esfuerzos de los educadores ambientales realmente comprometidos.

Sin embargo, la misma ha servido para hacer avanzar una nueva EA que suma a los postulados tradicionales de los documentos de Belgrado (1975) y Tbilisi (1977) y las nociones de derechos humanos y el enfoque de género, aspectos no presentes entre los textos de fundación de la EA.

Algunos progresistas, en función de esos avances, han adoptado el término de Educación para la Sostenibilidad. De esta forma se emite un concepto cercano a lo adoptado por la ONU, pero no se usa el cuestionado de “Desarrollo”.

¿Qué es la Declaración de Berlín sobre Educación para el Desarrollo Sostenible?

Con todo y sus limitaciones, las grandes reuniones de la Unesco con sus declaraciones y cartas, han constituido hitos en el quehacer de los ecologistas. En Berlín los días 17, 18 y 19 de mayo de 2021 se produjo una reunión masiva en plena pandemia, con lo cual logró un poco el halo de mito heroico en medio de tan difíciles circunstancias. Si bien, en gran medida, la participación fue por vía virtual, el hecho de poner sobre una misma plataforma a 70 ministros o viceministros, 2.800 figuras destacadas del quehacer educativo ambiental y 10.000 activistas y funcionarios de todo el planeta logró un lugar en la historia.

La “Declaración de Berlín”, como se conoce al instrumento allí rubricado, en resumidas cuentas   destaca por:estar firmada por representantes de instituciones gubernamentales y de la sociedad civil de países de todo el mundo, así como organismos y organizaciones internacionales.

Parte de 3 premisas clave:

1)      El mundo vive una situación dramática de retos globales interrelacionados que requieren una transformación profunda del planeta hacia el camino del desarrollo sostenible.

2)      La educación es un potenciador clave de cambio de mentalidades y actitudes, y favorece la integración de todas las dimensiones del desarrollo sostenible (ambiental, social y económica).

3)      La  EDS, incluida en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4.7 de la Agenda 2030 de Naciones Unidas y que, a la vez, se convierte en la condición de posibilidad del conjunto de los 17 ODS, es la base de la transformación que necesitamos, ya que permite educar a los niños y jóvenes como “agentes de cambio para lograr el desarrollo sostenible”.

A partir de estas premisas, establece 16 compromisos para que la EDS impregne los sistemas educativos de todo el mundo y se sitúe como un elemento central, esto es, se convierta en un eje fundamental de capacitación docente de profesorado, e impulse la transformación del aprendizaje en la escuela.

Asimismo, estos 16 compromisos también se refieren a empoderar a los niños como agentes de cambio para lograr el desarrollo sostenible, para que sean co-creadores de la transformación individual y social que necesita nuestro planeta; o también a asegurar la financiación y los recursos necesarios para la EDS especialmente durante la época de la covid 19, pero también en la época posterior.

En resumen, como idea fuerza, la declaración reivindica la EDS como la palanca clave para transformar los sistemas educativos del mundo. Tal como dijo la directora general adjunta para la Educación de la Unesco, la profesora Stefania Giannini, en la presentación de la Declaración: “En esta declaración reconocemos el poder de la educación para cambiar las cosas. Una educación que construya el conocimiento, cree la conciencia y conduzca al gran cambio disruptivo necesario que necesitamos”.

La situación de América Latina

En América Latina la Declaración de Berlín y sus consecuencias se miden por varias vías posibles : 1) Avances en inclusión precisa y clara de educación para el cambio climático y EDS en los currículos 2) Lo que llamamos el “termómetro de Escazú” (cantidad de países que firmaron y ratificaron el Acuerdo de Escazú) , 3) Avances en el control de la violencia hacia líderes ambientalistas y 4) Lo que los organismos de la ONU evalúen acerca de acerca de concreción de los acuerdos de Berlín en América Latina.

Respecto a lo primero, en general se observa muchos más países en mora que cumpliendo la tarea. En relación al “termómetro de Escazú” debemos recordar que el Acuerdo de Escazú adoptado en 2018 en la ciudad de Costa Rica que lleva el nombre del instrumento, es un acuerdo regional cuyo objetivo es garantizar la implementación de los derechos de acceso a la información ambiental, la participación pública en los procesos de toma de decisiones ambientales. Fue firmado por 24 países de América Latina y el Caribe y ratificado por 12 de ellos. Estos últimos son: Antigua y Barbuda, Argentina, Bolivia, Ecuador, Guyana, México, Nicaragua, Panamá, San Vicente y las Granadinas, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía y Uruguay. Es de hacer notar que no fue ratificado por Colombia (que, al parecer, está en vías de hacerlo), Venezuela, Brasil, Perú; es decir, por los que más tienen que poner el ojo en la situación de destrucción del Amazonas. Son también, en el caso de Brasil y Venezuela, países o con fallas de democracia o con retrocesos gravísimos en sus políticas ambientales.

El tercero es otro termómetro y es el de los asesinatos de líderes ambientales, en parte coincidente con Escazú: allí se cuenta a nuestra región como la más trágica del mundo al contabilizar, entre 2011 y 2021, 1200 líderes ambientales en una década. Los países que llevan los récords son Brasil, Colombia, Honduras y México con una triste Venezuela queriendo entrar en la clasificación.

El cuarto punto es lo que dicen los organismos de la ONU  y, en ese sentido, tenemos que: la Unesco, la Unicef y la Cepal alertan que, al ritmo actual, América Latina y el Caribe no alcanzarán las metas de educación planteadas por la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.

La esperanza

En América Latina la EA nació y se desarrolló especialmente aupada por las ONGs. Es una Educación comprometida con el cambio y con la entrega. Pese a todos los ataques que ha recibido, se mantiene viva y dinámica y no tiene ribetes de debilitamiento. Este servidor ve a sus colegas en dificultades, nunca vencidos. A quienes guardan con nostalgia los avances institucionales de otros tiempos, debemos recordar que el la ocupación de cargo de  poder ha sido una mala experiencia para el ambientalismo, cuando esto  se da, los ecologistas pierden fuerza y compromiso. ¿Es mejor para la región contar una sociedad civil fuerte que unos ambientalistas metidos en cargos de poder? Respetamos cualquier respuesta del lector, pero en mi caso, si me dan a optar y me dicen que solo una de las dos posibilidades es viable, prefiero la opción de una sociedad civil fuerte con plena garantía de ejercicio democrático, así sea que los ambientalistas no están en el poder. Recuperar eso para mí es una meta y cómo es posible, constituye también una esperanza.

(1) Movimiento SER (Sinergias, Experimentación, Reinvención).  [email protected] , www.movimientoser.wordpress.com

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