¿Cómo diferenciarse de la competencia? Es una de las preguntas de cabecera de cualquier negocio, pues representa uno de los principales retos empresariales en la actualidad. Más ahora cuando la percepción generalizada es que el mercado parece estar saturado de productos y servicios de todo tipo y en múltiples formas.
Y es que entre los grandes desafíos que enfrenta una empresa está, precisamente, lograr que los consumidores tengan una buena imagen de ese negocio o de las marcas que comercializa porque es lo que determinará sus preferencias. De allí que sea vital diferenciarse de la competencia: el objetivo, sobre todo, es que los clientes sepan que lo que se ofrece es distinto y tiene un valor agregado.
Así que la diferenciación competitiva es un aspecto del negocio que no se puede ignorar, inclusive si los productos y servicios ya están consolidados y gozan de popularidad entre clientes existentes y potenciales. Hay que buscar siempre la manera de destacar.
Para lograrlo, lo primero que hay que hacer es identificar y comprender las necesidades y deseos del cliente. No tiene sentido que las empresas lancen productos al mercado si no están claras qué quiere el consumidor, ya que puede significar una gran pérdida de recursos, tiempo y esfuerzo.
Con la información que se recabe mediante, por ejemplo, encuestas, entrevistas, focus group y análisis de mercado, es posible conocer más a fondo al cliente y cuáles son sus expectativas y requerimientos. Esto permitirá a la compañía adaptar la oferta de productos y servicios a lo que quiere su mercado objetivo y establecerse como la mejor opción para los clientes.
Otro punto clave para el negocio es desarrollar una propuesta de valor clara y bien definida. Es importante que el consumidor sepa cuáles son los beneficios únicos que la empresa ofrece y cómo se diferencia de los competidores.
Ofrecer productos y servicios de alta calidad, que satisfagan las aspiraciones de los compradores y superen las expectativas; así como proporcionar un servicio al cliente excepcional, son esenciales para no solo diferenciarse, sino también despuntar dentro de la competencia.
De hecho, el posicionamiento de un negocio en el mercado va asociado con diversos factores como los descritos anteriormente y un elemento resaltante es precisamente la originalidad, entendida como la capacidad que tiene para presentar productos novedosos, o los mismos que ya existen, pero de una manera distinta y atractiva con respecto al resto de los competidores.
De manera que la innovación es fundamental para crear ventajas competitivas. Por eso, constantemente hay que buscar nuevas formas de mejorar los productos y servicios y presentar soluciones innovadoras para para proporcionarle una mayor satisfacción a los clientes.
Sin embargo, no solo desde el punto de vista del producto es importante diferenciarse de la competencia. La comunicación y los mensajes que transmita la empresa también deben ser novedosos, pues son los que lo harán visible ese producto ante los consumidores y que destaque del resto de la oferta. Es decir, se debe exaltar esa diferencia.
Lograr que el cliente identifique una marca y la asocie con aspectos deseables es un asunto, sin ánimo de exagerar, crucial. El posicionamiento se construye a través de todo lo que una empresa dice y hace. Y así se conservan y ganan clientes.
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