En la India se invoca a los dioses para tener prosperidad o éxito, y en el centro del país la divinidad de un templo hindú es conocida por los visados obtenidos por sus devotos para comenzar una nueva vida en Estados Unidos.
«Cada miembro de mi familia que vive en Estados Unidos pasó por aquí», dice a la AFP Satwika Kondadasula, mientras pasea por el santuario del templo dedicado a la divinidad Balaji en Chilkur, en las afueras de Hyderabad.
La joven de 22 años de edad, que está a punto de volar a Nueva York para comenzar un máster, afirma que lo debe en parte a esta divinidad.
«Obtuve la visa gracias a mis capacidades, pero realmente creo que el hecho de haber venido aquí contribuyó», cuenta.
Balaji es considerado una encarnación de Vishnu, uno de los principales dioses de la religión hindú, conocido por preservar la estabilidad del universo.
Más de 1.000 personas visitan este templo cada día con la esperanza de obtener una visa para Estados Unidos. Se les invita a regresar para agradecer a Balaji después de haberla obtenido.
El templo no siempre tuvo esta reputación. En 1984 fue el sacerdote del lugar, C.S. Gopalakrishna, quien descubrió que el agua aparecía espontáneamente frente a este santuario al realizar 11 veces el recorrido alrededor del perímetro que lo rodea.
La noticia se difundió y la gente comenzó a acudir al templo para formular deseos de matrimonios felices, hijos o éxito en los procesos de admisión a las mejores universidades del país.
Con el paso de las décadas los fieles llegaron a pensar que el santuario podía contribuir a ayudarlos a emigrar, lo que le valió el apodo de «templo de visados».
Los peregrinos dan 11 vueltas alrededor del santuario y regresan más tarde si sus deseos se cumplen, para hacer 108 adicionales en señal de gratitud.
Estados Unidos es el país soñado de los que van al templo del visado
El ritual exige precisión y los visitantes cantan el nombre de Balaji al unísono siguiendo el ritmo de la marcha.
C.S. Gopalakrishna subraya que la intervención divina no está garantizada y que su dios solo ayuda a aquellos que se ayudan a sí mismos.
«Debes trabajar duro. Balaji te ayudará si tienes una fe ciega en él», explica.
La India es hoy la quinta economía mundial y continúa beneficiándose de un crecimiento excepcional del PIB, pero cientos de miles de sus ciudadanos aún dejan el país cada año en busca de mejores oportunidades en el extranjero.
Aunque la diáspora se extiende por todo el mundo, Estados Unidos sigue siendo su destino preferido. Entre 2010 y 2020 la población de origen indio allí aumentó 50%, alcanzando los 4,8 millones de personas, según el último censo.
«América sigue siendo el país soñado y esto no va a cambiar pronto», estima Sakshi Sawhney, consultora que ayuda a los indios a completar los complejos trámites administrativos para viajar a países occidentales.
Sawhney vivió un tiempo en Estados Unidos antes de regresar a su país de origen para acompañar a sus compatriotas en este largo proceso.
Reconoce haber visitado el templo de Balaji durante su solicitud de visa. Sin embargo no necesariamente invita a sus clientes a hacer lo mismo, aunque muchos le dicen que lo hicieron por su cuenta.
La campaña electoral para la presidencia estadounidense de noviembre saca a la luz a los estadounidenses de origen indio. La madre de Kamala Harris, candidata a la nominación demócrata, nació en la ciudad de Chennai, en el sur del país, antes de ir a estudiar a Berkeley a los 19 años de edad.
La esposa del candidato de Donald Trump a la vicepresidencia, Usha Vance, nació en San Diego de padres inmigrantes indios.
«Es un momento maravilloso e inspirador. Los indios se mueven por todo el mundo y disfrutan de mejores situaciones en este momento», se congratula Ajay Kumar entrevistado en el santuario de Balaji.
El joven de 25 años regresó al templo para agradecer a la divinidad, muy entusiasmado antes de su partida inminente hacia Tampa Bay, donde trabajará como chef.
«América es el lugar donde se cumplirán todos mis sueños», declara.
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