El expresidente brasileño Jair Bolsonaro dijo este sábado que espera que Donald Trump pueda ayudarlo a revertir su inhabilitación política, al afirmar que el próximo mandatario estadounidense no permitirá el «activismo judicial» para perseguir opositores en otros países.
Bolsonaro afirma que fue invitado a los actos de investidura de Trump, de quien se declara un admirador, pero la corte suprema desautorizó el viaje citando una «posibilidad de intento de fuga» por parte del exmandatario, que es investigado por una presunta trama golpista.
«Ya hay una influencia en todo el mundo por su presencia. (…) Si él me invitó, él tiene la certeza que puede colaborar con la democracia de Brasil, eliminando inhabilitaciones políticas como (la que) yo tuve», afirmó Bolsonaro a periodistas.
El ultraderechista de 69 años está impedido de postularse a cargos electorales hasta 2030 por haber criticado sin pruebas el sistema electoral de Brasil antes de los comicios de 2022, que perdió frente al izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
«Solo su presencia»
Cuestionado sobre cómo Trump podría influir en la justicia brasileña, respondió: «Solo su presencia».
«No va a admitir que ciertas personas por el mundo persigan opositores, lo que llaman ‘lawfare’. Es el activismo judicial que él ya sufrió allá», apuntó en referencia a la montaña de casos judiciales contra el magnate republicano.
«No voy a dar opiones ni a hacer sugerencias, él sabe lo que está pasando», añadió.
Declarándose «molesto» y «afectado» por el impedimento para salir del país, Bolsonaro habló con la prensa en el aeropuerto de Brasilia luego de despedirse de su esposa Michele, que debe representarlo en la ceremonia de asunción de Trump el lunes en Washington.
También debe asistir su hijo Eduardo, un diputado federal.
Bolsonaro enfrenta varias investigaciones penales.
En uno de los casos más graves, la Fiscalía debe decidir pronto si lo imputa por los delitos de «abolición violenta del Estado democrático de derecho, golpe de Estado y organización criminal», luego de que la policía determinó que tuvo «plena conciencia y participación activa» en un frustrado plan para impedir la asunción de Lula.
Por ese caso tiene confiscado su pasaporte y prohibido salir de Brasil desde febrero pasado.
El excapitán del Ejército, que se declara inocente, insistió este sábado en que es objeto de una «enorme persecución política» para «eliminar a la derecha en Brasil».
«Soy un preso político aunque no tenga tobillera electrónica», añadió.
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