Todas las personas han experimentado alguna vez dolor de garganta. Este puede ser un síntoma de infección por estreptococos, resfriado común, alergias u otra enfermedad de las vías respiratorias superiores.
Las infecciones de la garganta suelen ser causadas por un virus. Muy a menudo se trata de uno de los virus que ocasionan el resfriado común, tales como rinovirus, adenovirus, el virus de la gripe o el virus sincitial respiratorio. El dolor de garganta causado por una infección viral generalmente dura de cinco a siete días y no requiere tratamiento médico. Los antibióticos no ayudan a tratar una infección viral.
De acuerdo con los manuales MSD de diagnóstico y terapia, las personas con una infección de la garganta sienten un dolor intenso al tragar y por lo general también al hablar. A veces también se siente dolor en los oídos. Algunas personas tienen fiebre, cefalea y malestar gástrico.
Una señal clara del dolor de garganta son las amígdalas que suelen enrojecerse e hincharse, y en ocasiones están recubiertas de manchas blancas. Los ganglios linfáticos situados en el cuello aumentan de tamaño y son dolorosos al tacto.
En las personas con infecciones frecuentes de las amígdalas, los pequeños hoyos habituales en las amígdalas a veces se llenan de secreciones blancas endurecidas parecidas a piedras pequeñas. Estas piedras pueden contener bacterias causantes de mal olor, lo que provoca mal aliento crónico, y predisponer a los afectados a episodios posteriores de amigdalitis.
Las personas con una infección por el virus del resfriado a menudo tienen secreción nasal excesiva, congestión nasal y tos. Las que tienen mononucleosis suelen sentirse muy cansadas y presentar muchos ganglios linfáticos inflamados.
¿Cómo tratarlo?
Para tratar esta afección, los profesionales de la salud suelen recomendar medicamentos para el dolor (analgésicos), antibióticos para la faringitis estreptocócica y en algunas ocasiones la extirpación quirúrgica de las amígdalas.
Los analgésicos por vía oral, como el paracetamol (acetaminofeno) y los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), a menudo contribuyen a reducir el dolor en quienes sufren infección de garganta.
Según los manuales, algunos médicos también administran una dosis única de un corticoesteroide, dexametasona, sobre todo si los síntomas son graves. La dexametasona puede acortar la duración de los síntomas. También puede ayudar a reducir la obstrucción de las vías respiratorias causada por la mononucleosis.
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