Los calambres clínicamente son espasmos musculares sostenidos que se manifiestan por dolor, que en algunos casos puede llegar a ser incapacitante. De acuerdo con la Unidad de Rehabilitación del Hospital San Ignacio en Colombia, son un síntoma y en sí no constituyen ninguna enfermedad.
Entre las causas se encuentran el sobreúso sin entrenamiento de algunos músculos como es el caso del ejercicio sin preparación. Lo mismo ocurre cuando no se realiza ningún estiramiento después de alguna actividad que haya requerido sobreesfuerzo.
También están la deshidratación y en muy pocos casos desniveles en algunos minerales y electrolitos involucrados en la contracción muscular como el calcio y el potasio.
En pocos casos, los calambres musculares pueden acompañar algunas enfermedades bien de tipo neurológico o nervioso. Ese es el caso de la de los nervios motores de la columna que salen de la médula espinal o algunos procesos inflamatorios de las fibras musculares.
Se sabe también que las malas posturas, el estrés, la falta de descanso reparador, actúan como factores que sumados a la edad favorecen su aparición. Aunque tienen un curso benigno, requieren intervención cuando se acompaña de dolor intenso sostenido, o cuando se propaga a algunas extremidades del cuerpo.
El tratamiento por lo general es simple y se basa en mantener adecuada la estructura muscular, hacer ejercicio regular con estiramientos proporcionales a la intensidad del ejercicio, adecuar las posturas, disminuir el estrés y descansar tiempo suficiente.
Al realizar ejercicio se recomienda una buena hidratación.
En la mayoría de los casos no se requiere ningún medicamento. Contrario a lo que se cree, no hay una deficiencia específica de vitaminas que condicionen esta patología.
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