¿En función de cómo se duerme se tienen más o menos probabilidades de encontrar pareja? Sí, es una realidad. Y es que, según diferentes estudios científicos revisados por la Sociedad Española de Neurología, el sueño puede condicionar a la pareja y, del mismo modo, la pareja puede influir en el sueño.
“Se han encontrado diversas evidencias científicas de que el cronotipo, o lo que es lo mismo, la inclinación biológica a dormir en unos horarios y estar despierto y alerta en otros, puede determinar encontrar pareja”. Así lo señaló Ana Fernández Arcos, coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN) al medio especializado Cuídate Plus.
“Dos personas con cronotipos extremadamente opuestos, que son muy matutinas o vespertinas difícilmente convergirán debido a la escasa coincidencia en su tiempo libre en lugares comunes”, comenta. También se ha visto que “en las parejas con preferencias horarias distintas puede haber dificultades en la convivencia por querer adaptarse. Se vuelve complicado si uno de ellos debe forzar los horarios de sueño afectando al descanso. Y, en esos casos, pueden darse problemas de sueño y de funcionamiento de la pareja. Por el contrario, se encuentran y son más afines las parejas con un cronotipo similar debido a que será más fácil que tengan intereses y aficiones comunes”, afirma.
Mejor calidad de sueño
Más allá del éxito o no para encontrar pareja, otros estudios señalan que existe una mejor calidad de sueño cuando las personas duermen juntas, principalmente en jóvenes. Esto es así porque, a pesar de que puedan darse más despertares y que haya un tiempo total de sueño menor, la realidad es que es mejor para la arquitectura de sueño, con incremento alrededor de 10% en la duración de la fase de sueño REM.
Además, dormir en pareja también parece favorecer el vínculo, la intimidad y el sentido de seguridad y protección. Este hábito implica rutinas compartidas, por lo que algunos estudios apuntan a que dormir juntos también podría tener un efecto protector en el desarrollo y mantenimiento del insomnio en parejas que mantienen rutinas saludables como tener una alimentación equilibrada, hacer ejercicio o no fumar.
“Por el contrario, las parejas que duermen juntas durante años y deciden separarse de cama o incluso de habitación presentan un cambio importante de su ritual de ir a dormir; esto puede ser en cierta manera disruptor. Es cierto que dormir juntos implica una expectativa social de un comportamiento de pareja o matrimonio considerado adecuado».
No obstante, dormir separados no debería ser indicativo de una pareja rota o desapegada. Todo lo contrario. «Debe surgir tras tener un diálogo acerca de cómo mejorar de forma individual el sueño. Asimismo, para tener una relación más satisfactoria”, comenta por su parte Celia García Malo. La experta trabaja en el Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
“En todo caso, aún hay muchas variables a tener en cuenta en cuanto a dormir en pareja. La mayoría de los estudios se han hecho con parejas heterosexuales. Por eso, también deberían estudiarse las diferencias entre hombres y mujeres y orientación sexual y género”.
Lo malo de la pareja también se pega
Lo que sí que está ampliamente estudiado es que cuando un miembro de la pareja sufre un trastorno de sueño, puede complicar el descanso de la otra persona. Por ejemplo, los compañeros de cama de personas con ronquidos o apneas obstructivas del sueño pueden presentar dificultades para conciliar el sueño. Además, molestias diurnas como cefalea o somnolencia.
“En conclusión, podemos decir que los estudios realizados parecen apuntar a que dormir en pareja aporta beneficios emocionales. Aunque puede resultar complicado en situaciones de diferentes cronotipos o en presencia de trastornos de sueño”, destaca Fernández Arcos.
«Los problemas del sueño han sido normalizados o culturalmente aceptados. Pero mejorar el descanso tiene que ser una prioridad para todos. El sueño es esencial para la salud, tanto para la persona que sufre un trastorno, como para su compañero de cama«, enfatiza.
Desde la SEN se recuerda que dormir en pareja también implica adaptar el ambiente más adecuado para el descanso, entre lo que se incluye la elección de la ropa de la cama, la temperatura o las condiciones de oscuridad del dormitorio. Es recomendable que el ambiente sea más bien fresco y mantener la oscuridad, favoreciendo el silencio en esa zona de la casa.
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