Hace pocos meses, HBO preparaba la pista para uno de los estrenos más fuertes que tenía preparados para este 2023. Se trataba de The Idol, una serie creada por Sam Levinson (responsable de Euphoria), protagonizada y escrita por el rapero canadiense The Weeknd, y con Lily-Rose Depp como su principal estrella. Sin embargo, el rodaje presentó no pocos conflictos, el estreno parecía demorarse indefinidamente y las críticas iniciales antes de su lanzamiento adelantaban que el título iba a ser una catástrofe. En medio de esas controversias, la señal anunció este lunes la cancelación.
A través de la palabra de un representante del canal, HBO anunció que la ficción fue cancelada, y que no habrá segunda temporada. «The Idol fue uno de los programas originales más provocativos, y nos complació la sólida respuesta de la audiencia. Luego de pensarlo detenidamente, HBO, al igual que los creadores y productores, decidimos no seguir adelante con una segunda temporada. Y estamos agradecidos a los responsables, al elenco y al equipo técnico por su gran trabajo».
La ficción tuvo cinco episodios al aire (a pesar de haberse anunciado originalmente seis), y la conclusión de la primera temporada dejó un mar de dudas y varias respuestas por contestar. Y si bien algunos de sus protagonistas, como Moses Sumney, estaba convencido de que el proyecto sería una miniserie, lo cierto es que los productores tenían la intención de continuar la historia.
Cuando The Idol llegó a las pantallas en junio de este año, las críticas fueron lapidarias. A pesar de haber tenido una premiere en Cannes que generó expectativas, el resultado final recibió opiniones muy poco favorables.
Un rodaje imposible
En medio de una seguidilla de éxitos en la línea de Succession y Game of Thrones, la pantalla de HBO se preparaba para recibir a The Idol. Pero un llamativo silencio con respecto a la fecha de estreno dio pie a rumores de todo tipo, que pronto fueron avalados por un artículo publicado en Variety en el que se revelaba que la serie atravesaba serias dificultades.
La realizadora Amy Seimetz, que había sido elegida para dirigir todos los episodios, renunció al proyecto en medio de versiones cruzadas con respecto al por qué de su decisión. Todo indicaba que Seimetz habría chocado una y otra vez con The Weeknd en lo referido al rumbo de la historia y a la representación de esa cantante pop que se sumergía en un infierno personal. A partir de ese momento, descubrir qué sucedía tras bambalinas en la filmación de The Idol se convirtió en una suerte de deporte para gran parte del periodismo de espectáculos.
En medio de ese torbellino, Sam Levinson dejó de ser solo guionista para también involucrarse en la dirección de la serie, a medida que no dejaban de crecer las versiones sobre un rodaje atravesado por una gran tensión y constantes reescrituras de guión. Con el objetivo de contrarrestar esos rumores, HBO emitió un comunicado en el que aseguró que la partida de Seimetz tuvo que ver con que “su visión no cumplía con los estandartes del canal”. “A lo largo de este proceso, el equipo creativo está comprometido a garantizar un espacio de trabajo seguro, colaborativo y respetuoso. Y durante el último año se realizaron cambios que se sintieron mejor para la producción como también para elenco y el equipo técnico”, sostuvo.
Frente a la partida de la primera directora y con casi toda la serie filmada, The Idol partió nuevamente desde cero y se rehicieron infinidad de escenas. El propio Levinson se ocupó de reescribir casi todo el material, y fue necesario inyectarle al proyecto un monto cercano a los 75 millones de dólares con el objetivo de volver a filmar prácticamente la totalidad de la temporada.
La producción estaba en marcha nuevamente, pero su destino era incierto. Se habían cumplido casi dos años del anuncio de la serie y ni siquiera había una fecha de estreno pautada. Para agregarle más leña al fuego, Rolling Stone publicó un artículo en el que trece fuentes anónimas que trabajaron en el rodaje aseguraban que la partida de Seimetz había afectado notablemente el tono de la historia, que ahora contenía escenas de “violencia sexual”, con un argumento que giraba en torno a una “fantasía de violación digna de cualquier hombre tóxico, y cómo una mujer vuelve a él solo porque de esa manera logra mejorar su música”.
Según ese medio, el golpe de gracia era que esa ficción se había convertido en lo mismo que pretendía satirizar. Al llegar finalmente The Idol a la pantalla, se confirmó que muchas de esas opiniones eran acertadas, y que el relato se había convertido en un muestrario de malos tratos en el marco de una relación de matices groseramente violentos.
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