Decenas de personas se aglomeraron frente a la sede de Netflix este miércoles para protestar por la difusión de un especial de comedia y acusar a la plataforma de streaming de lucrar y manipular con contenidos que hieren a la comunidad LGBTQ.
Algunos empleados de Netflix salieron para participar en la manifestación, a la cual se sumaron activistas trans y seguidores que exigían una mejor representación en la programación de este gigante.
Las críticas surgieron a partir del lanzamiento de The Closer, en el cual el comediante estadounidense Dave Chappelle afirma que «el género es un hecho» y acusa a la comunidad LGBTQ de ser «muy sensible».
«Esperamos aclarar por qué los chistes que fueron hechos fueron hirientes», dijo la organizadora de la protesta Ashlee Marie Preston.
«Mucho más importante, dejando a Dave Chappelle de lado, es esta amplia conversación de cómo las compañías capitalizan la tensión [y usan] la ciencia de los algoritmos para manipular y distorsionar las percepciones que tenemos de nosotros y de los demás», agregó.
Las críticas llevan semanas, mientras que The Closer se posiciona entre los títulos más vistos de Netflix.
El martes, víspera de la protesta, la compañía intentó apaciguar los ánimos.
«Respetamos la decisión de cualquier empleado que elige protestar, y reconocemos que tenemos mucho más trabajo por delante en Netflix y en nuestro contenido», dijo la plataforma en un comunicado, en el cual la compañía afirma que «comprende el profundo daño que ha causado».
Siguiendo las palabras de la empleada transgénero de Netflix Terra Field, los manifestantes el miércoles pidieron poner una etiqueta de advertencia al especial de comedia y promover más «talentos y comediantes queer y trans».
«Un lugar no puede ser un buen lugar de trabajo si alguien tiene que traicionar a su comunidad», escribió Field en un blog el lunes.
The Closer ha sido condenado por grupos LGBTQ, citando estudios que aseguran que el estereotipaje de minorías causa daños.
En un texto dirigido al personal de la empresa, el jefe de contenido de Netflix, Ted Sarandos, escribió días atrás que «el contenido en la pantalla no se traduce directamente en agresión en el mundo real», y enfatizó la importancia de defender «la libertad artística».
«Metí la pata»
Pero Sarandos ofreció entrevistas a varias publicaciones de Hollywood al final del martes en las cuales dijo: «Metí la pata».
«Debí primero haber reconocido en esos correos electrónicos que un grupo de nuestros empleados estaban sufriendo, y que realmente estaban heridos por una decisión que tomamos en la compañía», dijo a The Hollywood Reporter.
Y, aunque concordó con que «el contenido en la pantalla puede tener impacto en la vida real, positivo y negativo», Sarandos reiteró su posición de que el especial de Chappelle no debe ser retirado ni debe tener un aviso de advertencia.
«Este grupo de empleados se sintió un poco traicionado porque creamos un lugar tan bueno para trabajar que a veces olvidan que esos desafíos van a aparecer», agregó Sarandos.
Tres empleados, incluyendo a Field, fueron supuestamente suspendidos después de interrumpir una reunión virtual de ejecutivos para discutir el episodio, pero luego fueron reincorporados.
Otro fue despedido por filtrar datos internos sobre el costo del especial de Chappelle.
La protesta ganó apoyo de celebridades de la televisión como Jameela Jamil (The Good Place) y Jonathan Van Ness (Queer Eye), quienes grabaron un video para expresar «amor y apoyo» al movimiento.
La aclamada comediante Hannah Gadbsy, que tiene un especial también en Netflix, calificó la semana pasada al gigante del streaming como un «culto al algoritmo amoral».
Chappelle ha sido acusado de burlarse de transgéneros en el pasado, pero sigue siendo muy popular.
En The Closer hace chistes sobre la comunidad LGBTQ y bromea con amenazar de matar a una mujer y esconder su cuerpo en su auto.
Chappelle, que es negro, también argumenta que los gays blancos «son minorías hasta que necesitan ser blancos de nuevo», y que las comunidades LGBTQ han logrado avances en los últimos años que los negros no tienen tras décadas de lucha.
Una pequeña contra-protesta se reunió el miércoles también para apoyar a Chappelle con pancartas diciendo «Los chistes son graciosos».
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