Ya que no pudo decidir aspectos sobre su nacimiento, sí quiso poner en orden todo lo relacionado con su muerte. No hay una motivación trágica detrás, quiere y está preparado para morir. Una clínica de lujo en Ginebra ofrece servicios de suicidio asistido y le da la oportunidad de fallecer viendo la bruma sobre el lago, cerca de los Alpes suizos. Podrá elegir todo: desde cómo quiere ser vestido en el ataúd hasta su última comida. Incluso, tiene la posibilidad de escoger qué pasará con su cuerpo después de que muera. Su último deseo: que el cadáver sea entregado a un necrófilo.
Estrenada en 2019 en Montevideo, Cuando pases sobre mi tumba es el relato ficcional sobre los últimos días de Sergio Blanco. Es la cuarta pieza del dramaturgo francouruguayo que Deus Ex Machina lleva a las tablas dirigida por Rossana Hernández. Forma parte de un ciclo que rinde homenaje al autor para conmemorar el noveno aniversario de la agrupación teatral. Se estrenó el viernes y tendrá seis funciones en el Espacio Plural de Trasnocho Cultural, que ya está funcionando a su máxima capacidad (100 butacas).
Es un texto que Blanco escribió, literalmente, con sangre. “Compré sangre de un toro en Sevilla, me mandaron la sangre en polvo, tenía que diluirla todas las mañanas. El papel lo mandé a traer de Florencia, de una papelería que es de la familia que abastece a los Medicci del papel, entonces es un papel muy poroso que absorbía bien la sangre”, explica al medio uruguayo Montevideo Portal a propósito de una reposición de esta obra el pasado mes de abril.
Agrega en su blog: “Esta obra solo podía escribirla de esta manera. Los procedimientos de escritura tienen mucho que ver con lo que la obra cuenta y Cuando pases sobre mi tumba es un texto que habla de temas tan encarnados que solo podía escribirlos con sangre”.
La muerte es el tema obvio y que salta desde el título. Pero hay una exploración de las decisiones que se pueden tomar sobre ella y, sobre todo, de la necrofilia. No es una apología ni una aproximación morbosa. Plantea, entre otras cosas, que, desde lo poético, las personas se pueden enamorar de cosas muertas.
Daniel Jiménez, Elvis Chaveinte y Abilio Torres conforman el elenco. Tradicionalmente, el actor suele representar un personaje claramente definido en el texto. En esta pieza, como en las anteriores de Blanco, es distinto. Desde que comienza la obra, los actores se representan a sí mismos y están muertos. De hecho, están es una especie de recinto de almas contando los detalles de su muerte: cómo murieron, cómo son sus tumbas, dónde están ubicadas, qué saben de su funeral.
A la vez, ellos son los ayudantes de Sergio, actores que se convierten en actores para contar cómo el dramaturgo puso fin a su vida. Jiménez interpreta por primera vez a Blanco, Chaveinte toma el papel del doctor Godwin, que trabaja en la clínica de eutanasia y suicidio asistido. Torres da vida al joven necrófilo Khaled.
La selección del elenco no fue al azar. Hubo decisiones prediseñadas en el libreto. Primero, el actor que interpretara a Sergio Blanco no podía hacer de Sergio nuevamente y tenía que ser, además, un actor de cine, como Jiménez. Una decisión para exaltar la ironía: en la vida real al dramaturgo no le gusta el cine. Segundo, el actor que hiciera del doctor Godwin debía ser alguien que hubiera interpretado al alter ego de Blanco antes, como Chaveinte, que lo hizo en Tebas Land y El bramido de Dusseldorf.
Torres llegó a escena porque la directora siempre había querido trabajar con él. Antes trabajó con Deus Ex Machina como musicalizador. “Es la primera vez que trabajo con un texto de Sergio Blanco como actor. Para mí ha sido una escuela de mucho aprendizaje, sobre todo el cuestionamiento de quién está aquí [en el escenario] en realidad contando la historia, el actor o el personaje, sobre todo en este personaje que me tocó interpretar”, explica.
Continua: “Hay un gran aprendizaje. Para contar esta historia no debe haber ningún tipo de pretensión, debe haber una intención de contar la historia y respetarla. No se antepone el proceso de ensayo, de conformar de formas y maneras, modos y tonos. Es un personaje en construcción, el Frankenstein de la pieza. Es Abilio, pero es Khaled y es Khaled y es Abilio, y no se sabe, pero no tiene que haber respuestas. Es muy enriquecedor para mí”.
La presentación de documentación sobre el tema de la pieza —en este caso la eutanasia, el suicidio asistido, la necrofilia— vuelve a estar presente, así como la intertextualidad entre las obras, o quizás el propio universo del autor. La música juega un papel más importante en esta pieza. No son solo las Variaciones Goldberg de Bach en las transiciones y algunas ambientaciones, sino que tiene un espacio propio para expresar y reforzar sentimientos e ideas. Y para ello vale la música de Yordano.
“Locos de amor” y “Perla negra” son interpretados por los actores en dos momentos distintos y se resignifican completamente. En el texto original de Blanco, se planteaba “Paisaje” de Vicentico, vocalista de Los Fabulosos Cadillacs. “Creo que [las canciones de Yordano] mantienen el espíritu de lo que Sergio quería transmitir. Podía causar en el público venezolano un efecto mucho más directo y efectivo, porque todos lo conocemos. Son temas que van con la situación y atmósfera de ese momento”, señala al respecto la directora Rossana Hernández.
El nuevo montaje extiende el universo de Sergio Blanco, que Deus Ex Machina ha traído a Venezuela desde 2018 a través de Tebas Land, La Ira de Narciso y El bramido de Dusseldorf. “En lo personal, me ubica en un lugar como artista en el que quiero estar siempre. Me hace preguntarme sobre mi lugar en el mundo, mi relación con el oficio y la forma en la que quiero llevarlo a cabo. Me hace entrar en contacto con temas que me importan de una manera muy profunda”, señala Hernández.
Añade: “Nos hace colocarnos en universos inquietantes con canciones pop, con una Coca-Cola de por medio, mezcla lo clásico con lo contemporáneo, lo escandaloso con la sutileza de la poesía. Quizá sin darte cuenta supiste sobre Osiris, sobre eutanasia. Toda esa habilidad me parece fantástica”.
El Ciclo Sergio Blanco durará dos semanas más y tenía previsto la presencia del dramaturgo con una programación de charlas magistrales, pero no pudo asistir por motivos familiares. Deus Ex Machina indicó que esperan reprogramar la visita. “Está suspendido momentáneamente. Tenemos la intención de llevarlo a cabo en cuanto se pueda, cuando pase este momento difícil. Creo que en algún momento lo tendremos en Caracas. Es algo que se pospone, no que no se va a dar”.
Cuando pases sobre mi tumba
Espacio Plural – Trasnocho Cultural
Del de 24 de junio al 3 de julio
Viernes, sábado y domingo: 6:30 pm
Entradas: Ticketmundo