Tom Cruise continúa de vacaciones en las costas de Cornualles, Reino Unido, a bordo de un yate, de los más codiciados del mundo. El actor de 59 años decidió ponerle una pausa a todos sus proyectos laborales para disfrutar de extensas jornadas en altamar y rodeado de los lujos que una embarcación de más de 44 millones de dólares proporciona.
El imponente barco tiene más de 68 metros de largo y está adaptado para transportar motos de agua y tablas de wakeboard. Entre otras cosas, cuenta con un jacuzzi, gimnasio y solárium incorporados además de un tobogán de agua inflable para tirarse del barco al mar sin inconvenientes.
Pero quizás las partes más llamativas y lujosas del Triple Seven se encuentran dentro. Cinco habitaciones incluyendo una suite principal, cuatro cabinas dobles y camas desplegables permiten que la embarcación pueda albergar hasta a diez huéspedes.
Living comedor con amplias ventanas, televisión, una mesa para seis comensales y un diseño que roza lo minimalista completan el interior de uno de las embarcaciones más caras del mundo.
Pero los lujos no se limitan al interior. En la popa del barco, varias reposeras rodean a una pileta con hidromasaje. Si bien el yate no es propiedad de Cruise, se puede alquilar por 632 mil dólares por semana.
