Depresión, ansiedad, burn-out, estrés: la salud mental de los deportistas ha ganado protagonismo durante 2021, con casos muy sonados como el de la gimnasta Simone Biles en los Juegos Olímpicos de Tokio, con lo que se ha roto un tabú, aunque el camino por recorrer todavía es largo.
«Somos humanos, no simples atracciones»: a sus 24 años de edad, Biles, multicampeona de gimnasia y que estaba llamada a ser la superestrella de los Juegos de Tokio, acaparó la atención en la cita nipona por problemas de salud mental, por pérdida de referencias que le ponían en riesgo físicamente.
Biles dio prioridad a su recuperación mental. Paró la competición varios días en plenos juegos y volvió al final, para colgarse una medalla de bronce.
Dos meses más tarde, esta campeona, un icono de la gimnasia tras sus cinco medallas en los Juegos de Rio-2016, explicó que tendría que haber abandonado antes de Tokio por el estrés acumulado en los últimos años.
Simone Biles, que forma parte además de las víctimas del exmédico del equipo estadounidense Larry Nassar, condenado por haber agredido sexualmente a más de 250 gimnastas, se ha propuesto terminar con el tabú de la salud mental en el deporte de élite.
Unas semanas antes fue la tenista japonesa Naomi Osaka la que compartió públicamente sus problemas de ansiedad, marcados por «varios episodios depresivos». Lo hizo en pleno torneo de Roland Garros en París.
Ansiedad, fatiga mental, depresión, bipolaridad… La salud mental puede verse afectada de múltiples maneras y en diferentes grados, y los deportistas no son ajenos a esa cuestión.
En el documental Juego, set y crisis de angustia, el tenista estadounidense Mardy Fish, describe el problema de ansiedad que le impidió un día llegar a la pista y la ayuda que necesitó para superarlo. Actualmente es el capitán del equipo de Copa Davis de su país.
Horizonte: París-2024
Recientemente, la esgrimista francesa Ysaora Thibus contó sus problemas después de los Juegos de Tokio.
«La salud mental no debe ser más un tabú, ni para el deportista, ni en la sociedad», explicó esta deportista, que quiere implicarse en la proyección pública de estas cuestiones, que hasta ahora quedaban demasiado en una esfera familiar o profesional.
A menos de tres años de los Juegos Olímpicos de París-2024, los diferentes países hacen balance de medallas y planean los mejores métodos de entrenamiento para triunfar en la cita francesa.
El acompañamiento psicológico puede ser por ejemplo especialmente importante para los franceses, que tendrán la presión de competir en casa.
Por ello, el INSEP (Instituto Nacional del Deporte en Francia), templo del deporte de alto nivel en su país, cuenta con un equipo de psicólogos, aunque deportistas como la propia Ysaora Thibus consideran que Francia parte con retraso.
Por otra parte, el contexto de crisis sanitaria ha pesado también en los ánimos de los deportistas.
El parón, aplazamiento o cancelación de las competiciones supuso para algunos una pausa reparadora, pero para otros fue un freno que les sumió en el desánimo y el estrés.
Los casos de depresión y ansiedad aumentaron en más de un cuarto en el mundo en 2020, según un estudio publicado recientemente en The Lancet. Los deportistas no escaparon a esta preocupante tendencia.
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