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Los riesgos de la semaglutida, la popular inyección para bajar de peso

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El medicamento, llamado semaglutida -que se comercializa con los nombres de Wegovy, Ozempic y Rybelsus- se utiliza para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y como medicamento contra la obesidad. Y ahora acaba de ser aprobado en Reino Unido para uso en el Servicio Nacional de Salud (NHS).

Elon Musk afirma que la ha usado y, según algunos medios en Estados Unidos, el uso de este fármaco se ha convertido en «el secreto peor guardado de Hollywood».

Es una inyección para bajar de peso cuya creciente popularidad en Estados Unidos está llevando a la escasez en las farmacias.

El fármaco, que se administra con una inyección subcutánea, provoca que la persona se sienta más llena y satisfecha, lo que le hace comer menos.

Las autoridades sanitarias, como la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) en Estados Unidos, o el Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y Atención (NICE) en Reino Unido, señalan que el fármaco es seguro y efectivo para el control de peso crónico en adultos con obesidad que presentan al menos un trastorno vinculado con ese sobrepeso, como hipertensión o diabetes tipo 2.

Y subrayan que su uso debe ir acompañado de una dieta baja en calorías y programas de actividad física.

Según NICE, la evidencia muestra que la semaglutida puede ayudar a una reducción de peso de más del 10%, si se implementa junto con cambios en la nutrición y el estilo de vida.

La semaglutida funciona como un supresor del apetito imitando una hormona intestinal llamada péptido-1; ésta está dirigida a las áreas del cerebro que regulan el apetito y el consumo de alimentos.

Efecto drástico

La hormona se libera después de comer y, por lo general, hace que las personas se sientan más llenas, lo cual ayuda a reducir la ingesta total de calorías.

Las inyecciones deben ser recetadas por un especialista y la recomendación es que el fármaco se tome durante un máximo de dos años.

Sin embargo, el efecto del fármaco para perder peso ha sido tan drástico, que en muchos países su popularidad se ha disparado.

Un artículo publicado el año pasado en la revista Variety dice que el medicamento «ha saturado la industria [del cine y entretenimiento en Hollywood] en los últimos meses; ayuda a las personas bellas y ricas a perder sus kilos de más rápidamente».

Las compañías de seguros en Estados Unidos se niegan a cubrir el costo de su uso, que es de unos US$1.300 al mes, en personas que no son diabéticas o que no lo toman como medicamento recetado.

Pero su popularidad se ha incrementado tanto que actualmente hay una escasez generalizada en ese país, con temores para las personas que dependen del fármaco por razones médicas.

En febrero, el presidente ejecutivo de Novo Nordisk, la farmacéutica que fabrica el medicamento, le dijo a la cadena NBC News, que están aumentando su producción para poder enfrentar la creciente demanda.

«Sabemos con certeza que los pacientes han estado en fila [para comprarlo]», dijo Lars Jorgensen, el director ejecutivo de la compañía.

Los riesgos

La farmacéutica subraya que la semaglutida solo debe usarse recetada por un médico.

Como todos los medicamentos, esta medicina tiene efectos secundarios y riesgos, como náuseas, dolor de estómago, vómitos y diarrea.

Otros efectos secundarios que enumera la FDA son: dolor de cabeza, fatiga, indigestión, mareos, distensión abdominal, flatulencia, gastroenteritis y enfermedad por reflujo gastroesofágico.

El organismo señala además que los profesionales de salud deben advertir a los pacientes sobre el riesgo potencial de tumores de tiroides.

«Wegovy no debe usarse en pacientes con antecedentes personales o familiares de carcinoma medular de tiroides o en pacientes con una enfermedad rara llamada síndrome de neoplasia endocrina múltiple tipo 2», indica la FDA.

Además, la pérdida de peso rápida también puede hacer que la piel pierda colágeno y elastina, lo que provoca lo que algunos medios han llamado la «cara de semaglutida», con un aspecto demacrado.

Imagen: BBC Mundon:

Opción «bien recibida»

Pero para quienes perder peso es un problema o el sobrepeso está conduciendo a otros trastornos de salud, la medicina es una alternativa positiva.

Kailey Wood, de 36 años, tomó Ozempic durante siete meses, luego de que su médico le recetara el medicamento en Nueva York.

Como le contó a la BBC, perdió poco menos de 30 kg, pasando de obesa a saludable y dentro de su rango de índice de masa corporal (IMC).

«Tengo síndrome de ovario poliquístico y resistencia a la insulina, pero, sinceramente, no tuve problemas con mi peso hasta que llegué a los 30, después de tener a mis hijos», cuenta.

«Estaba aumentando de peso rápidamente. Tenía un entrenador personal y seguí todas las dietas conocidas: keto, baja en carbohidratos, ayuno intermitente y nada parecía funcionar».

Cuando Kailey fue a hacerse pruebas con su médico, le dijeron que tenía presión arterial alta y colesterol alto. Además, debido a los riesgos asociados con el síndrome de ovario poliquístico, también corría el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

«Los efectos a largo plazo [de ser obesa] me asustaron porque tengo dos hijas», dice. «Solo quería dar lo mejor de mí misma, mostrarles cómo se ve una madre sana, salir y jugar con ellas».

Kailey, que trabaja para una empresa emergente de tecnología y tiene su propia página de TikTok, señala que quienes quieran usar semaglutida necesitan conocer los efectos secundarios del fármaco.

«Cuando comienzas a tomar este medicamento, tu cuerpo casi entra en estado de shock: tienes dolores de cabeza, náuseas, cansancio», explica. «Pero tu cuerpo comienza a acostumbrarse. Tienes que ser consciente y escuchar a tu cuerpo».

Kailey dice que le parece de «muy mal gusto» que algunos promocionen la medicina en los medios estadounidenses como un «producto para adelgazar rápidamente».

Cree que esto está enviando un mensaje equivocado.

Mensaje equivocado

«Lo que realmente está haciendo es cambiar la vida de las personas: tratar al paciente antes de que tenga la enfermedad», asegura.

Helen Knight, directora de evaluación de medicamentos de NICE, afirma: «Para algunas personas, perder peso es un verdadero desafío. Así que un medicamento como la semaglutida es una buena opción».

La experta subraya que en Reino Unido, el fármaco «no estará disponible para todos».

«Es importante recordar que vivir con un alto peso corporal o con obesidad no es una opción de estilo de vida; las personas que desean mejorar su salud deben recibir apoyo». Esto lo señaló el doctor Duane Mellor, dietista registrado y profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Aston en Inglaterra.

«También está claro que en Reino Unido la intención de la semaglutida no será la de un producto de pérdida de peso para el estilo de vida. Debe usarse con el propósito de mejorar la salud».

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