Por Pablo Kaplún Hirsz
Lo conocí en Venezuela en 1993. Fue a parar a mi país producto de ser un viajero incansable, capaz de ir hasta el último rincón del mundo con su sencillo y profundo mensaje. Fue por invitación de la entonces senadora Lucía Antillano, presidenta de la Comisión de Ambiente de la Cámara Alta del Parlamento venezolano.
Les hablo de Alfonso del Val, un alegre español que sembró su tierra con mensajes ecologistas, antinucleares (la campaña “¡Nuclear, no gracias!”), promoviendo las energías libres[1] y el uso eficiente de la energía, ofreciendo alternativas para promover un consumo más responsable y destacando especialmente por sus planes participativos en campo de la recogida selectiva de residuos y el reciclaje de los mismos. En este último campo se volvió un referente imprescindible, sembró a España de planes de detalladas propuestas participativas porque, en la década de los ochenta y noventa los primeros tres lustros del siglo XXI, de todas partes de España lo llamaban e igualmente de América Latina y parte de África.
Su pionera experiencia como promotor de la recogida selectiva municipal en Navarra en 1983-84 sigue siendo una referencia imprescindible. El Libro del Reciclaje, su obra más conocida, fue uno de los libros técnicos más vendidos de España -y en habla hispana en general- sobre la materia en la década de 1990, pero también se cuentan por decenas sus artículos y publicaciones. Además, es un experto en el tema agua. Fue también perito judicial de juicios que, por 10 años (1997-2007), se llevaron contra la poderosa Incineradora de residuos de Valdemingómez (Madrid).
De verbo encendido, discursista excepcional, consecuente cabal, nunca titubeó en brindar su apoyo a quien lo necesitara. En 2019, cuando pisé territorio español para quedarme quién sabe por cuánto tiempo, fue la primera mano que encontré tendida… no me ha fallado desde entonces ni una sola vez. Tanto es así que mi primer proyecto profesional en este país lo he completado con él y gracias a él. Sin pensarlo mucho me vi envuelto en un quimérico proyecto recopilatorio documental y biográfico, pactado en una atmósfera de amistad y solidaridad por parte de sus compañeros más cercanos. Hoy dicho proyecto, parido durante la pandemia, es una realidad, y ha sido gracias a ello que hace pocos días me vi, por primera vez desde que pisé territorio peninsular, dirigiéndome a una sala llena de gente para moderar la presentación del mismo en público. Yo era un orador incansable en Venezuela y siempre supe ser seguro para dirigirme a la gente, pero este segundo exilio que me ha tocado vivir, me llevó a titubear en ese sentido; esta experiencia me ha hecho salir de nuevo del cascarón.
La presentación se hizo en la sala del Ateneo La Maliciosa, en un acto coorganizado entre la asociación a la que yo pertenezco, Movimiento SER[2], Ecologistas en Acción, la editorial Traficantes de Sueños y amigos cercanos [3], el día 1 de diciembre pasado.
Invito hoy a españoles, venezolanos y de cualquier nacionalidad a conocer la impresionante obra de este hombre y su vida, absolutamente consecuente y capaz, todavía hoy, de contagiar con su ejemplo a cualquiera, sin por ello ser superficial o predicar un optimismo vacío. Su discurso no derrocha confianza en el futuro; más bien, desnuda los oscuros intereses que han hecho abortar casi todos sus emprendimientos, porque nunca tuvo temor de enfrentar los grandes usureros, especialmente del sector residuos, pero su mensaje tan coherente, puede mover piedras. Les invito a visitar la página www.alfonsodelval-ecologista.org y conocer 50 años de ecologismo español, porque esta vida pasa por las grandes avenidas de este movimiento y es una referencia para ecologistas sociales de cualquier parte del globo.
Nota: Ambiente: Situación y retos es un espacio del diario El Nacional coordinado por Pablo Kaplún Hirsz.
[1] Así se conoció en aquella época a los proyectos con energías renovables y limpias no dependiente de las grandes empresas energéticas.
[2] Movimiento SER: Sinergia, Experimentación. Reinvención. www.movimientoser.wordpress.com.
[3] Txema Alonso y Evelio Gómez.
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