Los Manuales Merck de diagnóstico y terapia explican que el aparato digestivo se encarga de recibir el alimento, fraccionarlo luego de que la persona realiza el acto de masticar, y transformarlo en nutrientes (un proceso conocido como digestión). Después, se procura su absorción por parte del torrente sanguíneo y se elimina del organismo los restos de alimentos no digeribles.
Muchos especialistas argumentan que un proceso digestivo sobresaliente empieza cuando se realiza la acción de masticar el alimento. A menudo las personas suelen comer muy rápido o incluso comer mientras hablan, acciones que hacen que los alimentos se traguen sin masticarlos lo suficiente.
No masticar los alimentos lo suficiente puede ocasionar algunos problemas digestivos generando indigestión, hinchazón, acidez, estreñimiento, dolor de cabeza o falta de energía.
Por ello, muchos especialistas piden a sus pacientes tomarse el tiempo de masticar cada bocado sin afán hasta diez veces para descomponer las partículas más grandes de comida hasta reducirlas para facilitarle el trabajo de digestión al organismo.
Se sabe que cuando las personas no mastican bien, el centro de saciedad no se activa. Esto provoca que, por intervalos cortos de tiempo, las personas vuelvan a tener hambre.
Cabe destacar que algunos nutricionistas han argumentado que alimentarse debería ser una actividad importante. Por eso debe realizarse en un espacio adecuado en que se pueda tener toda la atención concentrada en el proceso de comer.
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