El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional que si no se controla puede devenir en enfermedades. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento de frustración, rabia o nerviosismo.
Hoy en día todas las personas, en algún momento de la vida, han experimentado situaciones de estrés que, independientemente de lo que lo causan, se manifiestan en tensión mental y corporal, con síntomas como dolor de cabeza, cuello, hombros y espalda, malestar estomacal, entre otros.
El estrés es la reacción del cuerpo a un desafío o demanda que, si aumenta, puede causar enfermedades. Se sabe que en pequeños episodios el estrés puede ser positivo, como cuando ayuda a evitar el peligro o cumplir con una fecha límite. Pero cuando el estrés dura mucho tiempo, puede dañar su salud.
Son muchos los estudios que demuestran las consecuencias de no saber manejar el estrés: un mayor riesgo de padecer enfermedades como la hipertensión arterial y problemas cardíacos, son solo algunas de ellas. De hecho, recientemente una investigación de la Universidad de Yale, Estados Unidos demostró que acelera el envejecimiento.
Se debe tener presente que el cuerpo reacciona ante el estrés al liberar hormonas. Estas hormonas hacen que el cerebro esté más alerta y que los músculos se tensionen. Cuando tiene estrés crónico, su cuerpo se mantiene alerta incluso cuando no hay peligro. Con el tiempo, esto le pone en riesgo de problemas de salud, incluyendo:
– Presión arterial alta
– Insuficiencia cardíaca
– Diabetes
– Obesidad
– Depresión o ansiedad
– Problemas de la piel, como acné o eczema
– Problemas menstruales
– Si usted ya tiene una condición de salud, el estrés crónico puede hacer que sea peor.
«El estrés aumenta el azúcar en la sangre y puede empeorar la diabetes. Puede crear presión arterial alta y causar insomnio. También puede hacer que las personas se sientan ansiosas, preocupadas, deprimidas o frustradas», explicó la doctora Ann Webster, psicóloga de la salud del Instituto Benson-Henry de Medicina Mental y Corporal de Harvard.
De acuerdo con la doctora Webster, el primer paso para aprender a controlar el estrés es conocer qué es lo que le produce el estrés: «Si sabe qué es lo que lo empuja, evítelo. Pero hay tensiones que tenemos que aceptar, por lo que debemos cambiar nuestras reacciones ante ellas», explicó en una publicación de la universidad.
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