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Gerascofobia: las claves para entender y enfrentar el miedo a envejecer

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La cantidad de productos que ofrecen la disminución de características asociadas con el envejecimiento, como las canas y las arrugas, son incontables. Esto, con razón en el miedo generalizado que se ha establecido en la sociedad a verse viejo o envejecer. 

Y, aunque ya se está luchando contra el estigma de llegar a edades mayores, hay casos tan graves que se han convertido en fobias y severos trastornos.

¿Cuál es la razón de esta situación y cómo enfrentarla? De acuerdo con la neuróloga clínica Mejive Majjul, en un artículo que escribió para El Tiempo, aunque no se hace de manera consciente, se les enseña a los niños a repetir actos buenos y saludables con disciplina para que luego se conviertan en hábitos y virtudes, solo con la  razón de prevenir el envejecimiento.

«Los jóvenes arrancan proyectos saludables y los abandonan a mitad de camino; mujeres y hombres siguen mirándose al espejo y a la menor señal de una arruga buscan la manera de disminuir las líneas de expresión que delatan la edad. Y si es una cana, o tres, corren de inmediato a pintarlas y lo hacen una y otra vez», explica la especialista.

Gerontofobia, la fobia a ser un adulto mayor

Se le denomina gerontofobia o gerascofobia al miedo irracional a envejecer, trastorno que puede alterar la calidad de vida y degenerar la imagen propia a medida que llegan los años.

Parte del problema radica en los prejuicios negativos generalizados que califican a los adultos mayores como personas enfermas, deprimidas y pobres que no tienen sexualidad ni vida plena; cuestiones que ya han sido desmentidas.

Para la especialista, lo importante es desarrollar estrategias para un envejecimiento saludable. Para ello se debe tener presente que la juventud es un ingrediente que trasciende el concepto de edad.

Los síntomas y signos de alerta

«Son similares a los de un trastorno de ansiedad: sudoración, temblores, taquicardia, dificultad para respirar o hablar y presión arterial baja. Pueden traer aislamiento social y afectar la vida cotidiana. Requiere intervención y tratamiento», especifica Majjul.

Entre los signos de alerta están el desapego de la realidad, la confusión o desorientación y ciertas molestias físicas como dolor de cabeza, presión en el pecho, escalofríos y resequedad en la boca.

Los tratamientos y recomendaciones

De acuerdo con la experta, depende de la severidad del cuadro, además de ser clara en la necesidad de atención especializada en psicología.

«Generalmente se requieren terapias cognitivas y conductuales. También pueden ser necesarios medicamentos y psicoterapia específica. El tratamiento debe realizarlo un equipo interdisciplinario encabezado por un psiquiatra o un psicólogo».

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