Por Dr. Pablo Kaplún Hirsz
La semana que viene ya comienza la esperada COP 26 (Cumbres de las Partes que firmaron tratados para mitigar los efectos del cambio climático) o, simplemente, Cumbre de Glasgow. Debido a ellos hemos preparado una selección de extractos de textos publicados en diferentes sitios que pueden clarificar la importancia, pero también las dificultades que pueden suponer rocas, obstáculos infranqueables de superar.
Se explica en un portal web[1]: “En noviembre, líderes de todo el mundo se reunirán en Reino Unido en la cumbre sobre el clima de la ONU, la COP26,en un último esfuerzo por mantener el calentamiento global en 1,5 grados centígrados en este siglo.
La cumbre anual -organizada por las Naciones Unidas, y pospuesta el año pasado debido a la pandemia de coronavirus- es una reunión en la que representantes diplomáticos de varios países negocian tratados destinados a ralentizar los peligrosos cambios en el clima del planeta. En 2015, esos países firmaron el Acuerdo de París -un tratado no vinculante que tiene por objetivo mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados con respecto a la temperatura de la era preindustrial, idealmente en 1,5 grados-, a pesar de que continúan quemando combustibles fósiles y talando árboles en cantidades incompatibles con dicho objetivo.
Ahora, con los efectos ya visibles del cambio climático tanto en los países ricos como en los países pobres, se realizará la que los analistas consideran la conferencia más significativa desde la firma del Acuerdo de París. El cambio climático ha trepado en la agenda política en medio de fenómenos climáticos extremos y protestas públicas masivas, y los líderes de varios países contaminantes se han comprometido a descarbonizar sus economías para mediados de este siglo.
«En las últimas dos décadas pasamos de enfrentar el cambio climático a vivir en estado de emergencia climática”, dijo a DW Shikha Basin, analista senior del Consejo de Energía, Medio Ambiente y Agua (CEEW, por sus siglas en inglés), un laboratorio de ideas en Nueva Delhi, India. «Y ese es exactamente el motivo por el cual la COP26 es clave”.
¿Cuál es la agenda de la COP26?
Con el Acuerdo de París, los líderes mundiales eligieron la velocidad a la que sus países reducirán las emisiones de gases de efecto invernadero. Acordaron actualizar sus planes de acción cada cinco años.
Pero unas pocas semanas antes de la COP26 en Glasgow, aún faltan los planes de los países que más CO2 emiten, como China, India y Arabia Saudí. Un informe de septiembre de 2021 de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC), responsable de organizar las negociaciones climáticas, reveló que solo hay planes actualizados para cerca de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global.
Reino Unido, que es coanfitrión de la cumbre junto con Italia, presionó a los países a entregar sus nuevos planes e instó a que se realicen acuerdos concretos que ayudarían a lograr esos objetivos. El primer ministro británico, Boris Johnson, llamó a los líderes mundiales a cumplir compromisos audaces sobre «carbón, automóviles, dinero en efectivo y árboles”.
Gran Bretaña está impulsando un tratado que «catapulte el carbón a la historia”, y propuso una fecha límite hasta 2040 para dejar de vender automóviles con motor a combustión. También quiere invertir más dinero para frenar la deforestación.
¿Quién pagará?
Uno de los temas principales de la agenda será cuánto dinero enviarán los países ricos -mayormente responsables de la polución de la atmósfera- a los países pobres, que son los más golpeados por el cambio climático.
En 2009, los países ricos acordaron aportar 100.000 millones de dólares por año para la financiación de la protección climática hasta 2020. Pero en 2019 fallaron en cumplir ese objetivo por unos 20.000 millones, después de recolectar solo 79,6 millones, de acuerdo con las últimas estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En esos diez años, la temperatura promedio de la Tierra aumentó tanto que la última década fue la más calurosa jamás registrada.
Según analistas, el fracaso en pagar lo acordado a los países pobres es importante por dos razones. Primero, porque ese dinero se necesita, aunque no sea suficiente para cubrir los costos del cambio climático ni la transición hacia las energías renovables. Y segundo, porque se trata de un asunto diplomático, explica a DW Jennifer Tollman, experta en diplomacia climática en el laboratorio de ideas europeo E3G. «Cualquier negociación internacional está basada en crear confianza. La entrega de menos de la suma acordada de 100.000 millones de dólares, obviamente, está haciendo que esa base de confianza se desmorone en cierta medida”.
¿Qué más es importante en la COP26?
Los países más vulnerables para el cambio climático llamaron a que se les preste más atención -y se les de fondos- para poder adaptarse a los efectos de la crisis climática.
Más allá de eso, también hay detalles técnicos del Acuerdo de París que aún deben cimentarse antes de que entren en vigor. Eso incluye normas en torno al mercado global del carbono -la manera en que los países comercian emisiones a través de las fronteras y las compensan mediante inversiones en proyectos que reducen la polución- así como la forma en que deberían reportar formalmente las reducciones de sus emisiones.
Las conversaciones principales, que tendrán lugar durante dos semanas, desde el 31 de octubre hasta el 12 de noviembre, reunirán a líderes mundiales, científicos, empresarios y grupos de la sociedad civil. Delegados de los países más pobres advirtieron sobre restricciones de viaje, la falta de vacunas contra el COVID-19 y sobre costos de alojamiento que podrían dificultar y hasta impedir su llegada a la cumbre. Eso podría hacer más difícil responsabilizar a los ricos contaminadores históricos del planeta.
En la última COP, en Madrid, en 2019, las conversaciones se demoraron dos días porque los frustrados negociadores batallaron en torno a un compromiso para reducir las emisiones y no lograron cerrar un acuerdo sobre los mercados de carbono.
Hasta ahora, las cumbres climáticas no han logrado que los países rindan cuentas, pero la COP26 podría ser una oportunidad para tender un puente de confianza, dijo Basin, del CEEW. «Esto es lo que tenemos y, por lo tanto, tenemos que encontrar la manera de hacerlo funcionar».
Venezuela y la COP 26
Venezuela – eso ya lo sabemos hace tiempo- es bicéfala y a veces nos preguntamos si simplemente nuestro país no cayó en una esquizofrenia permanente. Tratemos de explorar lo que dicen nuestras propias “partes”. Puede decirse que Venezuela necesita más que las tensas negociaciones en México para acordar algún tipo de acción climática.
El gobierno venezolano ha mantenido a Venezuela dentro del ALBA. Y revisando en la web sobre ello, encontramos lo que sigue[2]: ”Con el fin de planificar la ruta para adoptar una declaración del Alba TCP, con miras a la Cumbre del Clima en Glasgow (COP26) que se realizará entre el 1° al 12 de noviembre próximo, fue uno de los propósitos del foro internacional “Reencuentro con la Madre Tierra” celebrado en Bolivia en abril y en Caracas este 27 y 28 de agosto.
Así lo informó el secretario Ejecutivo del Alba-TCP, Sacha Llorenti, durante su participación como conferencista en el II Reencuentro con la Madre Tierra. A través de una videoconferencia señaló que la ruta se realizó cumpliendo con el mandato de los jefes de Estado y de gobierno, las ministras y ministros del ambiente de la alianza, donde además está contemplado realizar jornadas de trabajos con equipos técnicos, políticos de negociadores de los países del ALBA, bajo el liderazgo de los titulares de las delegaciones para evaluar y consolidar una posición con mira a la COP26.
Proponen participar articuladamente, según corresponda, en la referida cumbre con una posición conjunta. Otra de las propuestas, es conformar el grupo Juventud de Cambio Climático de los países del Alba para articular una acción unida sobre temas ambientales y prioritarios, de cara a la Conferencia de la Juventud de Cambio Climático a realizarse del 28 al 31 de octubre venidero.
Entre otro de los puntos contemplados en la ruta destaca el intercambio entre académicos y expertos de los países del Alba -TCP para generar una propuesta de posición y que sea sometida a la aprobación de los miembros de la misma sobre el impacto de las medidas coercitivas unilaterales en la implementación del acuerdo de París y el derecho al desarrollo sustentable de los países.
Al respecto, el presidente de la Comisión Permanente de Ecosocialismo de la Asamblea Nacional (AN), diputado Ricardo Molina, señaló que entre los objetivos del foro internacional está profundizar el debate sobre la lucha contra el cambio climático y fortalecer los derechos de la Pachamama, así como promover recomendaciones y propuestas para que los presidentes o jefes de gobierno que integran el Alba –TCP las presenten en la COP26.
Celebró la participación de los movimientos ecologista, ecosocialistas populares y de la juventud ecologista del mundo, así como la participación de Colombia, Ecuador, Bolivia, Argentina, Brasil, Nicaragua Cuba, México, Canadá, Francia, Reino Unido, Italia, Benín, República Democrática del Congo y Azerbaiyán, que se conectaron a través de Internet durante el primer día de la actividad en Caracas.
En la primera jornada participaron Geraldina Colotti – (Italia) con su ponencia: Ataques a los pueblos que luchan por la Madre Tierra; Roberto Ango, (Benín – África) con La necesidad de leyes para proteger el ambiente; Antonio Rumbos (Amazonas – Venezuela), Terminología ambiental como herramienta de dominación; Guiomar Rodríguez (Venezuela), con su ponencia Ecologización de la economía o economización de la ecología; Isabel Donato (Argentina) con Caminos hacia el Ecosocialismo; y Samuel Urbina con su conferencia Red Venezolana de Juventud en Acciones Climáticas”.
Por lo que se ve, mucha declaración y poca concreción. Sin embargo, hay que reconocer que en las instituciones del Estado sigue existiendo gente con mística y profesionalismo.
Ambientalismo no gubernamental y contra el ambientalismo de bodegón
Aunque se supone que en Venezuela hay dos gobiernos, dos Asambleas Nacional y varios dos más, la práctica resulta en que no hay ambientalismo de dos lados. Ciertamente líneas arriba se mencionaron a ecologistas de muchos años, pero son muchos más los que no entraron en esa lista.
“Si las organizaciones ambientalistas venezolanas no asumimos está realidad y hacemos un esfuerzo para cambiarla estaremos haciendo ambientalismo de bodegón” dice en twitter la ONG “Clima 21”, preocupada por la prácticamente inevitable desorganización de la sociedad civil ambientalista venezolana. Clima 21 hace un enorme esfuerzo para que sus actividades no puedan ser conocidas por, al menos, una parte de la sociedad venezolana. Denuncia permanentemente los atropellos que sufren los indígenas en las zonas de extractivismo minero y las malas praxis en la industria petrolera la cual ha ocasionado derrames con frecuencia.
Un grave problema es que en realidad se carece de mucha información expresada científicamente en casos considerados “emblemáticos” como lo son la minería en el Arco Minero del Orinoco, el deterioro del Lago de Maracaibo, el comportamiento atípico de la cuenca endorreica del Lago de Valencia – que crece por las aguas residuales urbano-industriales que se drenan en ella- los derrames de petróleo en diferentes frentes fluviales y marinos del país – pero sobre todo en las costas de Falcón y Carabobo, las acumulaciones de coque en las explotaciones petroleras del Oriente del país y muy especialmente en el Complejo Criogénico de Jose, entre otros. Sin embargo, son ingentes los esfuerzos académicos por cuantificarlos.
Se cuenta con un informe de 2018 elaborado con protagonismo de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales en alianza con la Academia Nacional de Ingeniería y el Hábitat[3]. A parte de ello, existe también una Alianza para la Acción Climática que logró realizar en marzo pasado un importante evento. En el mismo participaron cción Campesina, CIDIAT ULA, CISP, Clima 21 Ambiente y DD HH, Colectivo de Montañismo Ecológico Tatuy, Departamento de Ingeniería Hidrometeorológica, Escuela de Ingeniería Civil, Facultad de Ingeniería UCV, Dirección de Sustentabilidad Ambiental de la UCAB, Foro para el Estudio del Cambio Climático de la Universidad de Los Andes (FECC-ULA), Todos por el Futuro Universidad Nacional Experimental del Táchira, Fundación Desarrollo Sustentable de Venezuela, Fundación Tierra Viva, Grupo Social CESAP, INVESP, Más acciones más planeta y Provita.
Además. mientras termino estas líneas se desarrolla II Encuentro Venezolano Interacadémico sobre Cambio Climático, abocado a evaluar el potencial de las energías renovables en Venezuela. Las Academias insisten, además en sistematizar las pocas evidencias que se cuentan. Por nuestra parte citamos algunos artículos cuyos títulos ilustran bastante sus preocupantes contenidos: Álvarez, Alejandro La gestión del cambio climático como si los Wayuu importaran[4] Yurasi Briceño: “En el lago de Maracaibo estarían muriendo cerca de 150 delfines al año”[5] Las deudas ambientes de Venezuela en 2020: Arco Minero en ríos, mares de petróleo y nuevos focos de tala ilegal[6] “Pdvsa contamina más que lo que produce”[7] María Suárez Luque “La política del despojo: el conflicto territorial del pueblo yukpa de la Sierra de Perijá” [8] y Capitulo Derecho al Ambiente Sano del Informe Anual de Provea[9]
En lo positivo hay acciones constantes, pacientes increíbles como las labores de Provea y Tierra Viva y el sostenimiento de esta columna (Geografía Viva).
Un recuento somero, bien hecho
En la búsqueda de tratar de saber cómo estamos, encontré un material de Mixzaida Peña Zerpa “Cambio climático en tiempos de pandemia: el caso venezolano”[10]: me resultó un particular recuento desde una óptica de cambio climático, algo difícil de entender para muchos quienes se empeñan en ver el clima (largo plazo) como si de tiempo atmosférico (corto plazo) se tratase. He realizado unos breves cambios en ese material, que constituyen nimios errores.
“Uno de las problemáticas mundiales es el calentamiento global. Junto al crecimiento desproporcionado de las grandes ciudades, patrones de consumo y producción no eficientes ni sostenibles han provocado una serie de eventos de impactos negativos sobre el ambiente a nivel global, regional, nacional y local.
No es un asunto pasajero que surgió en los últimos años. Todo lo contrario, ha evolucionado a través de décadas con la generación de nuevas emisiones de gases de efecto invernadero de origen antropogénico más que natural.
Las consecuencias podrían atenuarse mediante la intervención de profesionales especializados que buscan frenar las grandes olas de calor, subida del nivel del mar, periodos intensos de sequías e inundaciones en diferentes zonas del planeta.
No es una tarea fácil ralentizar el proceso de las emisiones de gases de efecto invernadero (CO2, CH4, N2O, HFC, PFC y SF6) o buscar las alternativas de adecuación a los fenómenos provocados por el cambio climático.
Venezuela también es vulnerable al cambio climático. Esta situación ha impacto negativamente en los suelos, aguas, bosques y algunas especies (flora y fauna) de los ecosistemas terrestres y acuáticos. Entre los efectos se pueden mencionar:
- La baja producción agrícola (verduras, hortalizas, granos).
- La baja producción ganadera y sus productos (leche).
- El repunte de una sola cosecha (caso del arroz).
- Las fuertes olas de calor en periodos lluviosos.
- El desplazamiento de comunidades indígenas en búsquedas de mejores condiciones de vida.
- La escasez de agua en las viviendas, centros de trabajos y educativos.
- Las inundaciones de ciertos ríos que arrastran siembras, viviendas y objetos de espacios públicos (Caso del río Limón ubicado en Maracay).
- El derretimiento del hielo de los picos Bolívar y Humboldt.
- La frecuencia de ondas tropicales.
- El cambio en el oleaje de playas.
- Los bajos caudales de cuerpos de agua y embalses en Miranda.
Una situación que coincide con el índice de cumplimiento global de los ODS, que ubica al país en el puesto 108/162, con una puntuación de 63,1, comparado con el resto de los países (Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible, 2018). Con ello, nos impulsa a revisar las prácticas en tiempos de pandemia:
1.-El avance de la deforestación en las principales cuencas hidrográficas.
2.-El avance de la minería en Guayana.
3.-El incremento de la quema de leña en los hogares venezolanos (andinos, orientales) debido a las constantes fallas en el suministro de gas y electricidad.
4.- El aumento de la quema de basura dentro de las comunidades.
5.- El aumento de desechos sólidos de diversos orígenes. Con ello, la implementación de una logística no adecuada para su uso o traslado dentro de las grandes ciudades.
6.-El funcionamiento de las presas que no controlan las inundaciones, suministro de energía hidroeléctrica (limpia y renovable) ni el agua para uso agrícola, doméstico e industrial.
Lo anterior representa el modelo energético de un país. Un sistema inestable basado en la mala gestión de prácticas ambientales que apunta al uso irracional de los recursos. Un consumo masivo que dirige la mirada hacia el gas natural, petróleo y otras fuentes de energía económicas, de fácil obtención que generan impactos en la contaminación, cambio climático y economía de un país. Ejemplo de ello, el tiempo promedio de 4-6 horas en el abastecimiento de combustible de un vehículo particular (90 -120 litros/mes por usuario). Un panorama desalentador para un país petrolero como Venezuela.
No solo es suficiente firmar un tratado internacional en la lucha contra el Cambio Climático. Al contrario, entran en juego el compromiso, la responsabilidad ambiental y la credibilidad de una nación ante los ojos del mundo.
El llamado global mediante la Convención de Río (Convención Marco sobre el Cambio Climático, 1992), y el Acuerdo de París, 2015) nos impulsan a reflexionar sobre los avances ambientales contemplados no solo en los informes entregados ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sino en las vivencias de sus habitantes.
¿Qué medidas ofrece el Estado? En tiempos de pandemia, no se ha aprobado ningún paquete de medidas energético y/o cambio climático. Las tarifas de electricidad subieron y el servicio sigue con fallas caracterizadas por bajas y apagones en algunos estados y zonas de la capital. El racionamiento eléctrico se hace sentir más en algunos lugares que otros con impacto en los diferentes servicios: agua, internet, telefonía, movilidad (ascensores, trolebús) y comercios (puntos de ventas).
Tampoco, se han identificado avances en proyectos de captura y almacenamiento del carbono. Todo lo contrario, a pesar de la escasez de gasolina, el transporte terrestre sigue activo en las principales ciudades, pero en menor cantidad si lo comparamos con otros tiempos donde el humo se apoderaba de los cielos caraqueños.
El llamado es a unir esfuerzos mediante el trabajo colaborativo entre los diferentes actores, reactivar la economía desde la sostenibilidad y no desperdiciar los recursos (renovables y no renovables) que tenemos.
No podemos levantar una nación mediante el sacrificio ambiental. Pensemos no solo en el presente sino también en las futuras generaciones que buscarán satisfacer necesidades básicas (alimentación, vestido, vivienda)”.
[1] Ver: https://www.dw.com/es/crisis-clim%C3%A1tica-por-qu%C3%A9-es-clave-la-cop26/a-59541984
[2] Ver: http://www.asambleanacional.gob.ve/noticias/alba-tcp-planifica-hoja-de-ruta-para-cumbre-del-clima-en-glasgow
[3] https://www.researchgate.net/publication/351563539_PRIMER_REPORTE_ACADEMICO_DE_CAMBIO_CLIMATICO_PRACC_RESUMEN_PARA_RESPONSABLES_DE_POLITICAS_EN_CAMBIO_CLIMATICO_PARA_VENEZUELA_RRP_Conocimiento_e_Investigacion_PRIMER_REPORTE_ACADEMICO_DE_CAMBIO_CLIMATI
[4] https://provea.org/opinion/la-gestion-del-cambio-climatico-como-si-los-wayuu-importaran/?fbclid=IwAR08PD99ebAmpilb77ka3VARbQ9MjdyGket6G4AHhuFrBaiUmPmfHwoM_Us
[5] https://es.mongabay.com/2020/03/delfin-costero-caceria-y-pesca-en-lago-maracaibo-venezuela/
[6] https://es.mongabay.com/2020/12/deudas-ambientales-balance-ambiental-venezuela-tala-derrames-arco-minero/
[7] https://www.connectas.org/especiales/pdvsa-contamina-mas-de-lo-que-produce/
[8] https://www.unilim.fr/trahs/index.php?id=141&lang=en
[9] https://provea.org/actualidad/informe-anual-en-2020-continuo-la-devastacion-ambiental-en-venezuela/
[10] https://www.iagua.es/blogs/mixzaida-pena/cambio-climatico-tiempos-pandemia-caso-venezolano
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